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- ¿Es esto una farmacia?
- Mientras no me demuestre usted lo contrario?
- Es que vengo con una copita
- ¿Con una nada más?
- Resulta que me he caído
- ¿Y eso qué tiene que ver para que venga usted dando camballadas?
- Pues que me han metido en un bar
- ¿En un bar?
- Y allí me han puesto una copita de ginebra, por lo visto para que la echara en la herida, y un servidor con los nervios se la ha echado al coleto?
- Pues si que le hace a usted efecto la ginebra
- Es que después me he tomado cinco más? con los nervios
- ¡Vaya con los nervios!
- Es que a mi la ginebra me vuelve loco y a mi señora le da asco
- Bueno, ¿y en qué puedo ayudarle?
- Mire usted cómo tengo el brazo y la rodilla?
- ¡Uy, qué mal aspecto tienen! Esas heridas se le van a convertir en escaras
- ¡A mi no me importa el precio! Si son caras serán buenas
- Si lo que le quiero decir es que, como no se las cure pronto, pueden infectarse formándose una costra. Lo suyo es de antibiótico
- ¡Alto ahí! Yo si acaso soy antisevillista. A mi Betis no me lo toque usted, ¿yo antibético?? ni borracho
- Pues así, así andamos. Pero pase usted que vamos a intentar limpiar esas heridas
- No me vaya usted a echar alcohol que escuece mucho
- No se preocupe que el alcohol ya lo lleva usted dentro. Le voy a poner unas gasitas de Linitul
- ¡Oiga usted, de mariconerías las precisas, que los tules y las gasas son para las novias!
- Venga y bájese los pantalones
- ¡Vamos allá! ¡Que aunque esté borracho, no estoy para guarrerías!
- Esta herida está peor que la del brazo. Quizá tenga una luxación, ¿le duele aquí?
- A mi no me duele nada
- ¡Como que está usted casi anestesiado!, ¡menuda papa!
- De papas me comía yo ahora un bancal
- Lo conveniente es que cogiese un taxi y se fuese para urgencias
- ¿Urgencia? ¡Yo no tengo prisa ninguna!
- Pero hombre, no se acueste usted en mi cama
- Usted me cura y me cobra lo que sea
- Bueno ya que está tendido empezaremos por la herida de la pierna. Voy por agua oxigenada
- Muchas gracias pero no quiero agua. Si tuviese un poquito de ginebra. Es que parece que ya me estoy sintiendo el dolor
- Mire usted, esto es una farmacia y no un bar y si le duele algo lo que puedo darle es un analgésico, pero con el alcohol que lleva dentro se me va a quedar roque?
- A ese le conozco yo
- ¿Pero de qué me habla usted hombre?
- De Roque el de la tabernita de la esquina
- Doble usted la pierna y separe la otra
- Esto parece una clase de gimnasia y yo no estoy para muchos trotes
- Es que como no colabore vamos a estar toda la noche liados
- Yo estoy en la gloria. Me está usted curando divinamente
- Si es que todavía no hemos empezado. Vamos a ver?
- ¡Ay, Dios mío, cómo escuece!
- Venga, hombre, que es sólo agua oxigenada
- ¿Ve usted cómo el agua no me sienta bien?
- Esto está ya limpio. Ahora le voy a echar un polvito?
- Jefe, que aunque esté borracho yo no estoy para guarrerías, ya se lo he dicho antes
- Si son unos polvos antisépticos para que no haya infección
- ¿Y ahora una inyección?
- Voy a por los apósitos y el esparadrapo
- Vaya usted pero no tarde mucho
- ¡Pero despierte usted hombre, que ésta es mi cama! ¡Vaya nochecita de guardia!