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Hasta una infección vírica por semana pueden adquirir los niños que van a la guardería, uno de los aspectos que más preocupa a los padres cuando llevan por primera vez a sus hijos a estos centros. Sin embargo, muchas de estas enfermedades, aunque aparatosas, son comunes y cursan y desaparecen por sí mismas con pocas probabilidades de complicación si se detectan y tratan a tiempo. Expertos de la plataforma Top Doctors realizan un recorrido por las infecciones más comunes:
1. Catarro y faringitis aguda. Los síntomas del catarro común son fiebre, mocos y congestión nasal y, en el caso de la faringitis, dolor de garganta y tos asociada a secreciones. No tienen tratamiento específico y desaparecen en cuestión de días. Se pueden usar antitérmicos para controlar la fiebre y reducir el malestar.
2. Infecciones de oído. Además de mocos, ruidos en garganta y tos, la otitis, una inflamación del oído medio, puede presentar dolor. En muchos casos esta infección tiene resolución espontánea en 2 o 3 días con un tratamiento de gotas óticas con antiinflamatorios.
3. Conjuntivitis. Se trata de una inflamación de la conjuntiva, una membrana que envuelve el ojo, que produce rojez, aumenta la producción de lágrimas y, cuando estas se sobreinfectan, legañas, lo que agrava la sensación de “arenilla” y provoca dolor leve. Su tratamiento requiere algo menos de una semana de antibiótico en colirio.
4. Herpangina y enfermedad ‘mano-pie-boca’. La primera se caracterizada por la aparición de puntitos rojos en la parte posterior de la boca, que se convierten posteriormente en pequeñas llagas o úlceras que pueden ser dolorosas. La enfermedad mano-pie-boca provoca los mismos síntomas también en las manos y los pies. Ambas enfermedades están causadas por el mismo virus y pueden cursar con fiebre, dolor de garganta y malestar general. No existe un tratamiento contra este virus, pero se
5. Roseola o ‘la sexta enfermedad’. Se le llama así porque se descubrió después de las otras cinco enfermedades exantemáticas más conocidas: sarampión, escarlatina, rubéola, varicela y megaloeritema. El cuadro empieza con fiebre muy alta unos días antes de que aparezca una erupción cutánea que comienza en el tronco y se extiende a las extremidades. No existe tratamiento específico y la enfermedad suele finalizar por sí sola. La fiebre, aunque alta, responde bien a los antitérmicos.
6. Gastroenteritis. La más habitual es la provocada por el rotavirus. Se manifiesta con presencia de diarrea, vómitos, fiebre y dolor abdominal. El tratamiento pasa por una buena hidratación y una dieta astringente, siendo recomendable el uso de antibiótico sólo en el caso de que el cuadro no mejore.
El rotavirus se puede prevenir
Según los resultados de un estudio realizado por Sanofi Pasteur MSD en colaboración con Nielsen, el 54% de los padres desconoce que pueden evitar que sus hijos sufran gastroenteritis aguda provocada por rotavirus. Sin embargo, el 97% considera que es muy importante su prevención.
El rotavirus es un virus resistente y altamente contagioso que afecta especialmente a lactantes y niños pequeños. La diarrea y los vómitos son sus principales síntomas pero, como advierte el doctor Francisco Álvarez, pediatra del Centro de Salud de Llanera, en Asturias, puede llegar a tener consecuencias más graves “como las convulsiones”, por lo que “su prevención cobra vital importancia”.
Para proteger frente al rotavirus el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría recomienda la vacunación universal de todos los lactantes pequeños. En España se comercializan dos vacunas que se pueden adquirir en las farmacias pero no están financiadas por el sistema sanitario público; en cualquier caso, debe ser un médico quien indique la vacunación.