Aunque la mayoría de los pacientes que ha sufrido un ictus padece secuelas que le inhabilitan para realizar las actividades cotidianas, un gran porcentaje se recupera. Actuar rápidamente e iniciar la neurorrehabilitación incluso desde la UCI es fundamental para que todo llegue a buen término.

Imagina… que te despiertas y no entiendes lo que ves, lo que oyes, lo que tocas, no sabes quién eres… Sientes que quieres hablar y no puedes, que has perdido tu autonomía y necesitas ayuda para comer, beber, asearte… Sientes que las cosas más simples de tu día a día se convierten en retos imposibles… Sientes que no puedes hacer lo que más te gustaba, relacionarte con tu familia y amigos, pasear, bailar… Según explican desde la Fundación DACER, que trabaja para la rehabilitación del daño cerebral, éstas son frecuentemente las primeras sensaciones de un paciente que sobrevive a un ictus. Y éstas son las que describe Marta Lozano, protagonista de la campaña Volviendo a ser Marta, que sufrió un ictus hace 3 años y tras un proceso de rehabilitación ha conseguido volver a su vida cotidiana. A través de su testimonio, la Fundación DACER quiere concienciar sobre la importancia de reconocer inmediatamente los síntomas del ictus para que la persona afectada reciba asistencia sanitaria de forma temprana, y por lo tanto, la afectación en el cerebro sea la menor posible después de este accidente cerebrovascular.

Qué es el ictus
También conocido como Accidente Cerebro Vascular (ACV), embolia o trombosis, el ictus es una enfermedad cerebrovascular que se produce por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo. La sangre no llega al cerebro en la cantidad necesaria y, como consecuencia, las células nerviosas no reciben oxígeno, dejando de funcionar.

  1. El ICTUS puede producirse tanto por una disminución importante del flujo sanguíneo (ICTUS ISQUÉMICO), cuya consecuencia final es el INFARTO CEREBRAL, una situación irreversible que lleva a la muerte a la células cerebrales afectadas por la falta de aporte de oxígeno y nutrientes transportados por la sangre).
  2. O se puede producir por la hemorragia originada por la rotura de un vaso cerebral (ICTUS HEMORRÁGICO), menos frecuente, pero con una mortalidad considerablemente mayor.

Respecto a los datos de incidencia, el ictus representa la segunda causa de muerte y la primera causa de invalidez en los adultos de los países occidentales. En España es la segunda causa de mortalidad, la primera en mujeres, y también representa el mayor motivo de incapacidad, ya que la mayoría de los pacientes sufre secuelas que en el 40% de los casos los inhabilitan para realizar las actividades cotidianas. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) afecta cada año a 110.000-120.000 personas en nuestro país.

¡Actúa rápido!
Las posibilidades de tratar con éxito un ictus se van reduciendo en el momento mismo en el que aparecen los primeros síntomas. Por ello, en el momento en que aparecen es importante llamar a un servicio de urgencias o acudir al hospital más cercano. Incluso aunque los síntomas desaparezcan a los pocos minutos.

Motivación y neurorrehabilitación
Fundamentales para la recuperación
lorena rodrigez
Según Lorena Rodríguez, vicepresidenta de la Fundación DACER y directora clínica de DACER, “reconocer lo antes posible los primeros síntomas del ictus e iniciar el proceso de rehabilitación desde la UCI puede mejorar mucho el pronóstico del paciente. A partir de este momento ya se pueden crear nuevas redes neuronales.” Por lo tanto, después de un ictus, es muy importante comenzar la rehabilitación neurológica de forma temprana e intensiva. Está demostrado que el cerebro tiene capacidad potencial para reorganizar sus conexiones y se pueden crear nuevas ramificaciones neuronales que compensen la función de la parte dañada del cerebro.Según Carlos González Pericot, presidente de la Fundación DACER, igualmente “la motivación emocional es importantísima porque es la ventana de gonzalesz pericotentrada al sistema nervioso central afectado”. Por lo tanto, “el mensaje, con independencia del daño de las lesiones cerebrales y del tiempo de evolución, es que siempre es posible mejorar, incluso reduciendo las secuelas de la discapacidad. Por eso la campaña Volviendo a ser Marta ha querido mostrar una visión optimista de la vida después del ictus para dar fuerza y esperanza a las personas que pasan por ello pero también concienciando a la sociedad de que la actuación rápida ante los primeros síntomas de la enfermedad puede significar mucho en el futuro del paciente.

Se puede prevenir
La edad (mayor riesgo a mayor edad), el sexo (más frecuente entre los hombres aunque la mortalidad es mayor en las mujeres), los antecedentes familiares de ictus y haber sufrido un ictus con anterioridad son factores de riesgo no evitables. Sin embargo, hay otros factores sobre los que sí podemos actuar, y que se conocen como factores de riesgo evitables: padecer hipertensión, diabetes, síndrome metabólico, colesterol alto, apnea de sueño o enfermedades del corazón. Por eso, a la hora de prevenir que se produczca es de especial importancia evitar el consumo excesivo de alcohol, el colesterol, el tabaco y la obesidad.

El ictus se puede recuperar
El modelo asistencial del ictus debe ser un continuo que se inicia con el reconocimiento por parte del paciente y familiares del ictus, se sigue de la activación del código ictus, la atención en unidades de ictus, la administración de tratamientos específicos y se continúa con el tratamiento de rehabilitación, prevención secundaria y atención sociosanitaria. La neurorrehabilitación del ictus debe estar integrada en dicho modelo y debe adquirir la misma importancia que el resto de las fases que lo componen. “Resulta imprescindible realizar un esfuerzo de planificación para que los pacientes que han sufrido un jaime gallegoictus, además de recibir la mejor atención en fase aguda, puedan beneficiarse de un tratamiento neurorrehabilitador específico que se inicie de forma precoz y se mantenga con la intensidad necesaria y de forma continuada durante el ingreso y, posteriormente, de forma ambulatoria tras el alta”, comenta el doctor Jaime Gàllego Culleré, Coordinador del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV) de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Tratar la espasticidad
Según la doctora Roser Garreta, presidenta de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF),
“la espasticidad consiste roser garretabásicamente en el aumento de tono de uno o varios músculos que no son capaces de relajarse y esto da lugar a posturas forzadas, un estado permanente de rigidez y espasmos musculares involuntarios que provocan dolor y dificultad para realizar actividades cotidianas, como caminar, vestirse, asearse, comer, etc. Teniendo en cuenta que en la actualidad hay entre 180.000 y 230.000 personas con espasticidad como consecuencia de haber padecido un ictus, los médicos rehabilitadores tenemos por delante el gran reto de atender a miles de personas que se quedan discapacitadas cada año con problemas de parálisis, desequilibrio, trastornos del habla, déficit cognitivo y dolor, entre otros”, afirma esta experta.

Aunque la espasticidad suele aparecer un mes después de haber sufrido un ictus, sin embargo, algunas personas lo desarrollan hasta seis meses después. “Los pacientes con espasticidad que acuden tarde al médico o especialista, ya sea el rehabilitador o el neurólogo, a menudo presentan cuadros muy evolucionados y con mayor deformidad”, afirma la doctora Garreta. Por ello, “saber detectar a esos pacientes que han sufrido un ictus y que tienen un mayor riesgo de desarrollar espasticidad permitiría iniciar tratamientos de manera precoz y evitar complicaciones secundarias, de ahí que sean tan importante que los médicos de Atención Primaria tengan un amplio conocimiento sobre la espasticidad, sus complicaciones y los tratamientos disponibles para que los pacientes y sus cuidadores puedan acceder a ellos cuanto antes y así mejorar su calidad de vida”, destaca. En este sentido, la doctora Garreta recuerda que España es país pionero en Europa en implantar el cuestionario post-ictus, una herramienta que se está implantando gracias al apoyo de la SERMEF y a la implicación de muchos profesionales. Su objetivo es controlar mejor a las personas que han sufrido un ictus y hacer un seguimiento más exhaustivo del paciente espástico.

La atención del ictus en España
Uno de los principales avances de la medicina clínica y la salud pública de la última década ha sido la demostración de que una atención neurológica especializada y urgente en Unidades de Ictus (UI) mejora la evolución de los pacientes que han sufrido un ictus. De acuerdo al nuevo informe Observatorio sobre la atención de la patología cerebrovascular en España elaborado por el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV) de la Sociedad Española de Neurología (SEN), en nuestro país hay en la actualidad 57 Unidades de Ictus y se espera la próxima apertura de otra más en Galicia. Actualmente todas las CC.AA. disponen del protocolo de actuación denominado “Código Ictus” y todas disponen de, al menos, una Unidad de Ictus. Sin embargo aún existen 19 provincias sin Unidad de Ictus, además de las dos ciudades autónomas, a pesar de que alguna de ellas tiene una población superior a los 250.000 habitantes. Aunque la mayoría de los ictus se pueden resolver desde el punto de vista diagnóstico y terapéutico en los centros que disponen de estas Unidades de Ictus (UI), algunos pacientes por su complejidad, gravedad, o por precisar técnicas avanzadas de monitorización, estudio o tratamiento, han de ser abordados en centros de máximo nivel, denominados Centros de Referencia de ictus o Centros de Ictus. En España, existen 26 Hospitales de Referencia: Cataluña y Madrid cuentan con 5 centros, Euskadi con 3, y en el resto de CC.AA. con uno, salvo La Rioja que no dispone de ninguno. También de acuerdo al informe “Observatorio sobre la atención de la patología cerebrovascular en España” en nuestro país contamos además con 26 centros terciarios con intervencionismo y el Tele-Ictus está operativo en 9 CC.AA.

La historia de Marta
Hace 3 años Marta sufrió un ictus y de pronto toda su vida se detuvo. Cuando despertó no podía hablar, no podía moverse, ni siquiera sabía quién era. Absolutamente terrible. Podría haber hecho caso a quienes le dijeron que no había nada que hacer, pero eligió no rendirse. Con su enorme valentía y la ayuda que recibió de los rehabilitadores de DACER consiguió superarlo.“Volviendo a ser Marta” es la historia de superación de esta mujer luchadora, invencible. Una demostración viva, de que después de un daño cerebral tan duro, puedes recuperar tu vida.

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Redacción Consejos

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