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Pese a que es uno de los profesionales televisivos más admirados (y, también, más piropeados), Jaime Cantizano no se deja desequilibrar con facilidad y vive su peculiar “carpe diem” de éxito televisivo consciente de que “en la tele, hoy estás arriba y mañana desapareces”. Descubre cómo se cuida, lo importante que es para él llevar una vida sana y de qué forma consigue
De él se podría decir que es el “Presentador”, con mayúsculas. Ya sea al frente de un concurso, realizando una entrevista o moderando el último debate en torno a algún personaje del “cuore”, este jerezano de 36 años es capaz de adaptarse a cualquier ritmo y registro sin dejar de ser él mismo, lo que unido a su incuestionable profesionalidad y a una imagen física espectacular le convierten en un estupendo referente de lo que se entiende por trabajo bien en hecho en el mundo nada fácil de la televisión.
Y es que pese a que la fama y el reconocimiento profesional le han llegado siendo muy joven, Cantizano no despega ni medio segundo los pies del suelo. Ha confesado en alguna ocasión que sus mejores amigos se encuentran detrás de las cámaras, y que ello le proporciona puntos de apoyo ajenos a su trabajo que le hacen mantener intacto ese realismo del que hace gala.
Otro de sus referentes constantes son sus padres y la educación que de ellos ha recibido. Tal vez por ello, por no perder nunca de vista las bases de su personalidad que se forjaron en su añorado Jerez natal, este hombre desprende una imagen de autodominio y de tener las ideas muy claras sin por ello dejar de resultar afable y cercano. Todo ello ha hecho de él una “rara 
avis” en el mundo mediático ya que ha logrado algo de lo que muy pocos pueden presumir: ser un personaje popular y, sin embargo, haber sabido delimitar perfectamente su faceta más privada y, lo que parece aún más difícil, conseguir que ésta sea respetada.
-Hemos visto que estás bastante entrenado en la práctica de los deportes virtuales. ¿Qué ventajas crees que tiene esta opción de ponerse en forma?
Desde hace un mes, he descubierto las consolas y me he convertido en un usuario de este tipo de entrenamiento. Aseguro que funciona, y, además, tiene la ventaja de que te permite practicar deporte y entrenarte sin salir de casa. Puedo decir que acabo descubrir todo un mundo (nunca he sido amigo de juegos y de maquinitas y tal) que me ha abierto una nueva puerta para ponerme en forma.
-El tipo de trabajo que realizas (con todo lo que implica un programa en directo como “DEC”) te supondrá un gran desgaste y tensiones, ¿no?
Más que tensión o desgaste, se trata sobre todo de un esfuerzo mental, pero por suerte consigo liberar energías y recuperarme rápidamente con la ayuda del deporte y la actividad física.
-¿Con qué regularidad practicas ejercicio físico?
No soy una persona que se machaque en el gimnasio, aunque sí que voy habitualmente, 4-5 horas a la semana. Es algo que he incluido en mi rutina ya no sólo por una cuestión de estética, sino porque me hace sentir bien. De hecho, en épocas en las que he tenido mucho trabajo y no he podido ir al gimnasio lo he notado mucho, tanto física como mentalmente. Ya sea ir al gimnasio, ya sea nadar o andar, necesito moverme para mantener mi equilibrio físico y mental. Es algo que he asimilado en mi familia; mis padres, por ejemplo, todos los días andan, y superan ya los 65 años; he comprobado cómo, con una actividad tan sencilla como es su caminata diaria, ambos se mantienen en plena forma.
-En cuanto a la alimentación, ¿sigues algún tipo de dieta o te cuidas de alguna manera especial?
Tengo que decirlo con humildad: he sido muy bien educado en materia de alimentación, sobre todo por mi madre, que siempre estuvo muy interesada en leer y estudiar, por ejemplo, las propiedades de los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas y la necesidad de combinarlos adecuadamente en la dieta. Yo no me obsesiono ni por hacer deporte ni por la alimentación, pero siempre he controlado aquellos alimentos menos sanos. En mi dieta, por ejemplo, no hay fritos. Siempre he controlado qué como y de qué forma lo como. Procuro hacer cinco comidas al día, intento beber mucha agua y no me excedo nunca con la carne (aunque sé que es necesaria en la dieta). Todo ello lo tengo ya integrado en mis hábitos desde hace muchos años. Lo hago de forma natural y no es una obsesión ni algo que me preocupe o en lo que piense todas las mañanas al levantarme.
-Y respecto a tus momentos de ocio, sabemos que eres un viajero empedernido. Tus vacaciones ideales son…
Mis vacaciones siempre son sinónimo de desconexión total. Además, tengo la suerte de que soy de esas personas que consiguen desconectar totalmente y no quiero que me ‘conecten’ con una llamada o un mail. A mí me apasiona viajar, y me encanta coger un avión y perderme, algo que hasta este momento he conseguido… y que espero poder seguir haciendo sin problema en el futuro.
-Tu experiencia profesional es muy amplia y te has atrevido con todos los registros. Si entre todos los formatos te dieran a elegir el “programa de tus sueños”, ¿por cuál te decantarías?
Fíjate, he tenido la suerte de hacer musicales (radio-fórmula), de presentar informativos (en Localia TV), de hacer un programa de actualidad en el que se mezclaban las noticias, la crónica social y los sucesos (En Antena) , concursos (Pasapalabra) , un programa en el que se cumplían los deseos de un buen número de personas (Tres Deseos)… Yo soy un afortunado en el mundo de la presentación, porque he hecho muchas cosas. Y, también me considero un afortunado porque el programa que presento en la actualidad, DEC, acaba de cumplir seis años y eso en televisión ya es un regalo. Así que soy poco de pedir.
-¿Y cómo te ves de aquí a unos años?
En el futuro tal vez vuelva a la fórmula del magazine o del programa de entrevistas, pero es algo que no depende de mí, sino que está en las manos del público y de los que mandan. Me dejo llevar pero teniendo muy claro ya cuál es mi camino.