Aprende a distinguir cuál puedes quitar y cuál sólo
disimular

La hipodermis: el
?búnker? de la grasa

Las células grasas, también
llamadas adipocitos, se sitúan en la capa más
profunda de la piel: la hipodermis. Allí se encuentran tanto en la superficie
como en lo más profundo. Con una diferencia: las células grasas que se
encuentran en la superficie, a uno o dos 
centímetros de la epidermis, son de pequeño tamaño y están separadas por
un tabique de colágeno. Éstas están repartidas por todo el cuerpo, mientras que
las más profundas sólo se sitúan en algunas regiones del cuerpo como las
nalgas, las caderas, los brazos?, constituyendo una reserva que el organismo
bloquea y sobre la que ni los productos adelgazantes ni los regímenes
alimentarios más estrictos ejercen influencia alguna.

El proceso

Las células adipocitas
tienen un rol fundamental, puesto que constituyen un verdadero banco de energía
para el organismo. Estas células almacenan los lípidos provenientes de la
alimentación (lipogénesis) y liberan las grasas en
función de las necesidades energéticas del cuerpo (lipólisis). En condiciones
normales, entre estos dos procesos existe un equilibrio, pero si los aportes
alimentarios son demasiado importantes o si quemamos de forma insuficiente las
calorías, ese equilibrio se rompe, con lo que la grasa se acumula y provoca un
aumento en el tamaño de los adipocitos, que salen a
la superficie y dan a la piel el aspecto abultado de la piel de naranja. Por si
fuera poco, los adipocitos, al cambiar de tamaño y
ocupar más espacio, rompen los pequeños vasos subcutáneos y las fibras de
colágeno. Como resultado de todo ello, la circulación sanguínea y linfática se
ve dificultada, se produce una retención de agua y el colágeno no se multiplica,
haciendo perder elasticidad a la piel.

Eminentemente
femenina

Si la grasa representa el 12 % del peso de un hombre y
se concentra en la nuca, los hombros y bajo el ombligo, en la mujer ocupa el 25
% de su peso y se concentra principalmente en la parte baja del cuerpo:
vientre, nalgas, caderas y muslos. La celulitis, además, está fuertemente
ligada a las hormonas femeninas, lo que explica que se forme fundamentalmente
durante la pubertad, el embarazo y la menopausia. ¿Y cómo actúan estas
hormonas? Los adipocitos poseen receptores sensibles
a los mensajes hormonales. Estos receptores son de dos tipos: los que favorecen
la liberación de las grasas y los que la bloquean. Desgraciadamente, los
receptores bloqueadores son mucho más numerosos, pero sobre todo, los adipocitos situados al nivel de caderas, muslos y nalgas
son mucho más sensibles a los mensajes hormonales que ayudan al almacenamiento
de las grasas.

¿Se quita?

Para atenuar la piel de naranja existen numerosos
productos adelgazantes en farmacia. Su objetivo es limitar las grasas
subcutáneas y favorecer la eliminación de las ya instaladas. Estos productos
poseen fórmulas de principios activos muy completas, que actúan sobre los
bultos típicos de la piel de naranja y sobre el exceso de agua y la flaccidez
de la piel. Sin embargo, tienes que saber que de nada sirven estos productos si
no acompañas su aplicación de un buen estilo de vida, que incluya un poco de
ejercicio físico y un régimen equilibrado.

·        
Para atenuar los
bultos, los activos lipolíticos favorecen la
eliminación de las grasas. Es el caso por ejemplo de la cafeína, de la teofilina o de los bioactivos
alfa y gamma. Estos últimos tienen una acción dirigida
a los receptores de los adipocitos. Otros activos liporreductores impiden la formación y almacenamiento de
las grasas en las células adiposas.

·        
Para luchar
contra la retención de agua están los principios activos antiedema
como el ruscus o el ginkgo biloba, que activan la microcirculación.
Para ejercer una acción reafirmante, se incluyen a menudo en las fórmulas
compuestos que ejercen un efecto de alisamiento de la superficie de la piel.

·        
Siempre que vayas
a aplicar algún producto anticelulítico, utiliza primero un exfoliante sobre la
zona a tratar, para ganar en eficacia. El guante de crin es mucho menos eficaz
de lo que se pensaba, además de que es agresivo para la piel y puede destruir
los pequeños vasos superficiales.

·        
Bebe mucha agua
(al menos 1,5 litros al día), limita el consumo de alcohol y los azúcares de
acción rápida (bollería y pastelería). Y sobre todo, disminuye el aporte
calórico en la última parte del día.

·        
Practica alguna
actividad física regular.

La liposucción

Esta técnica pretende eliminar las grasas profundas
que no pueden ser desalojadas con un régimen alimentario y con productos
anticelulíticos. Según la extensión de la zona a tratar, la liposucción se
realiza bajo anestesia local o general por un cirujano competente. Consiste en
hacer una incisión en la piel de unos 3 ó 4 mm en varios lugares, para a
continuación introducir una cánula que despega y aspira las células grasas.
Esta técnica, que como cualquier acto quirúrgico puede tener complicaciones,
está indicada para zonas como el vientre, la cara interna de los
rodillas, los tobillos, las nalgas y la cara interna de los muslos y brazos.
Los hematomas que siguen a la intervención pueden tardar varias semanas en
desaparecer, mientras que los edemas que se forman tardan meses en
reabsorberse. En definitiva, de tres a seis meses para recuperar la silueta? y
ello sin garantías de que no vuelva a salir.

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Redacción Consejos

Equipo de redacción de la revista Consejos de tu farmacéutico. Revista especializada en el sector sanitario, editada en España y con más de 20 años de experiencia. Todo nuestro contenido está...