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La deshidratación afecta tanto a nivel fisiológico como a nivel cerebral y puede disminuir el rendimiento, especialmente en épocas de esfuerzo mental intenso como exámenes o picos de trabajo como las que viven los estudiantes durante los meses de mayo y junio. El rendimiento mental puede disminuir con la deshidratación, sobre todo cuando el cuerpo pierde más del 2% de líquidos. Es conveniente, por tanto, mantener una adecuada hidratación que facilite que el rendimiento sea el máximo. La ingesta frecuente y en pequeñas cantidades de líquidos, incluyendo además de agua, infusiones, refrescos, zumos, lácteos, etc., ayuda a mantener este óptimo equilibrio hídrico. Éstas son algunas las conclusiones que se recogen en la Revisión Bibliográfica Hidratación en temporadas de esfuerzo mental intenso presentada por el Observatorio de Hidratación y Salud (OHS).
La explicación
La hidratación influye en procesos fisiológicos básicos y también en la función cerebral. Esta revisión de estudios pone de manifiesto que, si bien se ha analizado mucho la influencia de la hidratación en el rendimiento físico, en cambio, su papel en la función cognitiva es un área en la que se ha profundizado menos.
En este sentido, las investigaciones recopiladas ponen de manifiesto que una leve pérdida del equilibrio hídrico puede afectar, de manera más o menos intensa, a la capacidad de atención, a la memoria a corto plazo y puede influir en la actividad mental rutinaria o en la concentración. Los estudios evidencian una disminución significativa del rendimiento mental cuando los niveles de deshidratación son superiores al 2%. Conforme avanza el tiempo y el nivel de deshidratación, se detecta un mayor descenso de las habilidades psicomotoras. La pérdida del equilibrio hídrico también guarda relación con un incremento de la fatiga, cansancio, dificultad visual, pérdida de memoria, disminución de la atención, pérdida de habilidad aritmética e incremento del tiempo de respuesta ante estímulos visuales, entre otras cosas. Además, la ausencia de una correcta hidratación afecta a la coordinación motora, el tiempo de reacción y la discriminación perceptiva.
La hidratación en situaciones de esfuerzo mental
Por tanto, en situaciones de esfuerzo mental intenso en que se requiere una mayor capacidad de atención y concentración, es fundamental una óptima hidratación. Éste es el caso de los estudiantes, tanto en sus clases diarias como, especialmente, en épocas de exámenes. Según lo recogido en la Revisión Bibliográfica del OHS, en su caso, cierto nivel de deshidratación puede afectar a la memoria, la atención, el rendimiento, la eficacia aritmética, el tiempo de reacción, etc.
En el área laboral, la deshidratación afecta al rendimiento, la productividad y la concentración del trabajador. En aquellos trabajos que requieren un esfuerzo físico importante a altas temperaturas, como es el caso de los trabajadores al aire libre (bomberos, agricultores, trabajadores de la construcción, etc.) que suelen sufrir importantes pérdidas de líquidos, aumenta el riesgo de accidentes laborales.
Igualmente la deshidratación afecta de forma especialmente negativa a la función cerebral de los ancianos, ya que reducen su velocidad de procesamiento y el rendimiento de la memoria.
Importancia a nivel psíquico y fisiológico
La hidratación es fundamental para el buen funcionamiento del organismo. En el plano psíquico, es vital para que la actividad mental se desarrolle correctamente. En el ámbito fisiológico, ayuda a eliminar toxinas, favorece el transporte de nutrientes, regula el funcionamiento de las células, previene el estreñimiento, contribuye al buen funcionamiento de los riñones y controla la temperatura corporal, entre otros aspectos. Por eso, el OHS recomienda beber de media entre 2 y 3 litros diarios para mantener una correcta hidratación y compensar la pérdida de líquido por sudor, orina o desechos.
Cuando no se bebe lo necesario y no se reponen las pérdidas de líquido aparece la deshidratación, que puede provocar, además de pérdida de rendimiento intelectual y cognitivo, dolor de cabeza, alteración de la presión sanguínea, vértigo y desvanecimiento al levantarse. Cuanto mayor es la pérdida de líquido, los síntomas son de mayor entidad. En los casos más graves puede provocar delirio, inconsciencia e incluso la muerte. Es por ello que el OHS insiste en mantener un buen nivel de hidratación para tener una buena salud.
Recomendaciones en situaciones de esfuerzo mental intenso
En situaciones donde es necesario un esfuerzo mental intenso, como es el caso de las épocas de examen, los picos de trabajo intelectual o de alto nivel de concentración, el rendimiento se puede ver comprometido si no se mantiene una hidratación adecuada. Por eso el OHS recomienda:
• Beber de 2 a 3 litros de líquido al día, para mantener un correcto estado de hidratación, lo que favorecerá la atención y la concentración.
• Procurar tener siempre una botella a mano con el fin de beber regularmente. Así será mucho más fácil hidratarse en la biblioteca, en clase o en el trabajo.
• Variar el tipo de líquidos que se consumen para tomar más fácilmente la cantidad adecuada. Por eso, además de agua, es aconsejable consumir infusiones, refrescos, zumos, lácteos, etc.
• Para evitar llegar al agotamiento a la hora de estudiar, hacer descansos de forma periódica, buscar una postura correcta y un lugar con buena luz y ventilación.