Para la Legionella, las torres de refrigeración o el agua de las
redes públicas de distribución son el lugar más idóneo en el que nacer, crecer
y multiplicarse

Desde que se hablara por primera vez de Legionellosis
en 1976, a raíz del brote que se produjo entre los miembros de la Legión de
EEUU en Filadelfia, y que dio origen a su nombre, la bacteria Legionella
continúa haciendo aparición cada año en distintas regiones del globo.

Existen dos formas clínicas de la enfermedad: la enfermedad
pulmonar que provoca una neumonía conocida como enfermedad del Legionario,
causada por la bacteria del género Legionella pneumophila, o la forma no neumónica, mucho menos
grave, conocida como fiebre de Pontiac, que se
manifiesta como un síndrome febril agudo que desaparece por sí solo. Los
síntomas de la fiebre de Pontiac pueden incluir
dolores musculares, cefaleas, tos, náuseas, mareos y otros síntomas.

Una
enfermedad urbana

El calor y la humedad son las dos variables que mejor han
servido a la extensión de enfermedades infecciosas, y en buena medida a la
extensión de los últimos brotes de Legionellaque se
han producido en España. Aunque pueda encontrarse en el hábitat natural de
lagos y aguas estancadas en pequeñas proporciones, esta bacteria se reproduce
favorablemente en las aguas templadas y estancadas de los sistemas de
distribución de agua de grandes establecimientos urbanos, como hoteles u
hospitales, en torres de refrigeración y en condensadores de evaporación de
grandes sistemas de aire acondicionado, así como en baños y piscinas de
hidromasaje o en fuentes públicas. Desde 1980, Alcalá, Alcoy, Granada,
Barcelona o Vigo han sido las ciudades donde se han registrado brotes
epidémicos, además del de Murcia en el año 2001, uno de los mayores
registrados. Estos brotes han llevado a la Administración sanitaria a aprobar
un Real Decreto en el año 2001, tras 14 años de trabajo, por el que se
establecían los criterios higiénico sanitarios para la
prevención y control de la legionellosis.

El
peligro de respirarla

El peligro de la Legionella no está en ingerirla, sino en respirarla, ya que
sólo en el caso de que entre en el organismo a través de las vías respiratorias
puede producir neumonía, y ello sólo es posible si previamente se han formado
aerosoles, algo así como una pulverización del agua que se forma con facilidad
en sistemas de riego, fuentes públicas, duchas, y por supuesto, sistemas de
refrigeración. La inhalación de gotículas de agua
contaminada y aerosolizada es el mecanismo de
transmisión de la enfermedad más frecuente.

Los aires
acondicionados: verdaderas incubadoras

Un aparato de aire acondicionado que no observe las
reglas de higiene necesarias, puede llegar a ser el paraíso soñado de la Legionella. Las
altas temperaturas que se concentran en estos aparatos favorecen el crecimiento
del microorganismo. Ello unido a la humedad, a la ausencia de luz solar directa
y a la presencia de cierta cantidad de nutrientes, crea las condiciones
necesarias para la diseminación del organismo patógeno. De ahí que deba
imponerse un control periódico cada seis meses, en el que se observen
condiciones como: suciedad (la presencia de otros microorganismos y protozoos
sirven de nutrientes a la bacteria), el uso de materiales en mal estado o
inadecuados (madera o celulosa), o la presencia o no de corrosión o
incrustaciones, que también pueden servir de nutrientes a la Legionella.

Factores
de riesgo

El pérfil típico de una persona
susceptible de padecer Legionella
es un hombre de más de 50 años, fumador, consumidor de alcohol y con alguna
enfermedad de tipo inmunodepresiva (trasplantes,
diabetes, etc). Así lo puso de manifiesto la doctora Carol Joseph, del Public Health Laboratory Service (PHLS) de Londres, quien participó el pasado mes de
enero en la jornada sobre legionella organizada por
el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Alicante (COFA). De hecho, los factores
de riesgo que podrían favorecer la infección por Legionella son los siguientes:

1.       
Tabaquismo,alcoholismoy Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica(EPOC), son los factores de riesgo más comunes. En estas personas
existe una alteración de la barrera mucociliar que
favorece el paso desde la cavidad oral al tracto respiratorio.

2.       
Inmunodepresión:
la depresión del sistema inmunitario predispone a padecer la enfermedad. Es el
caso de las personas ancianas y de aquellas que padecen cáncer, sida,
insuficiencia renal, transplantados o personas con hepatitis, diabetes o que se
encuentren bajo tratamiento con inmunosupresores.

El seguimiento realizado por el sector turístico en
los últimos años ha alejado el fantasma de la Legionella de los hoteles y
complejos turísticos

Una tranquilidad para
el turismo

Según datos de la Sociedad Española de Enfermedades
Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), la mayoría de los brotes de
infección por Legionella que se producen en la
actualidad se originan en las instalaciones de refrigeración de edificios
públicos o establecimientos no turísticos, aún cuando representan un número
relativamente menor de torres de refrigeración en comparación a la de los
establecimientos hoteleros en zonas de gran densidad turística. Esto es la
consecuencia de la aplicación de medidas de salubridad y seguimiento en el
sector privado turístico, que a juicio de la SEIMC, deberían cumplirse también
en otros sectores de nuestra sociedad.

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Redacción Consejos

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