Un buen bocadillo de paté de hígado de cerdo, un plato de lentejas o
unas almejas a la marinera pueden ayudar a tu hijo a conseguir el sobresaliente
que tanto soñó

Sobre todo si la
asignatura en cuestión es Matemáticas. Así lo ha demostrado un estudio
realizado a 5.400 niños y adolescentes de 6 a 16 años, en la Universidad de Rochester (EEUU), cuyas calificaciones fueron notablemente
mejores en los niños analizados que no tenían carencia de hierro, que en aquellos
cuyos niveles registrados estaban por debajo de lo normal. Ningún ejemplo
ilustraría mejor la importancia que tiene el hierro para los niños y
adolescentes que el de Popeye comiendo sus famosas
espinacas, muy ricas en este mineral.

¡Mamá, no
consigo concentrarme!

Los problemas de concentración están altamente ligados
a la carencia de hierro, mineral imprescindible para que puedan desarrollarse
funciones tan vitales como el transporte de oxígeno a todos los tejidos del
organismo, gracias a su unión con la hemoglobina, la proteína de los glóbulos
rojos, que también es imprescindible en la asimilación de las vitaminas del
grupo B.

La carencia de este mineral altera la máquina
intelectual y física de nuestros hijos, debilitando además su sistema inmunológico
y predisponiéndole a más infecciones. Se cree que la causa biológica de
que  disminuya la función cerebral es que
las enzimas que dependen de este mineral 
para sintetizar y procesar los neurotransmisores reducen su actividad
cuando la concentración de hierro es baja. Su aporte tiene especial importancia
en edades de crecimiento y desarrollo, como la pubertad, así como en el período
fértil de las mujeres, por la pérdida de sangre que se produce con las
menstruaciones. Según han demostrado estudios realizados en centros de salud
españoles, a mayor velocidad de crecimiento, mayores son las pérdidas de hierro
en la orina y  en la sangre, lo que
también ocurre mientras más actividades deportivas se practiquen. Por este
motivo, es frecuente que en los períodos de crecimiento rápido y en los de
desarrollo, como la pubertad, se pueda producir una anemia ferropénica,
la más frecuente en los países desarrollados y que ocupa el 90 % de las anemias
que se producen en la infancia.

Una asignatura pendiente

Los expertos consideran la falta de hierro y la prevención
de estas y otras carencias nutricionales como una asignatura pendiente de los
países desarrollados. El organismo contiene unos 4 gr
de hierro: en el hombre a razón de 50 mg por Kg de
peso, y en la mujer a razón de 35 mg/Kg. Del total, un poco más de la mitad se
encuentra formando parte de la hemoglobina de los glóbulos rojos. El resto está
almacenado en compuestos tales como la ferritina o hemosiderina, repartido en diversos órganos, como son el
hígado y el bazo, o bien constituyendo algunas sustancias como la mioglobina de los músculos. Mientras que el hierro orgánico
se reutiliza pasando a la sangre, una pequeña parte es eliminado del cuerpo,
básicamente por la piel, las mucosas, las heces, el sudor y la orina. Así pues,
se calcula que un hombre adulto sano elimina al día 1 mg de hierro,  mientras que la mujer en edad fértil elimina
entre 1,5 mg y 2,5mg al día. Durante el embarazo también es necesario un aporte
mayor de hierro debido a las necesidades del feto y al aumento de volumen de
sangre circulante.

En las
comidas, huye de la monotonía

No sólo una alimentación insuficiente, sino también
monótona, puede dar lugar a un déficit de hierro, mineral imprescindible para
que tus hijos puedan desarrollar con normalidad sus actividades diarias, sobre
todo en esta época de exámenes que se avecina. Para conseguirlo, lo mejor es
incluir en su dieta todo tipo de alimentos ricos en hierro, mejor cuanto más
combinados. Según el Grupo de Estudios en Nutrición y Alimentación (GENA), los
chicos de 10 a 14 años deberían consumir entre 12 y 15 miligramos de hierro al
día, y 18 en el caso de las chicas.

Los cereales,
el hígadodecorderoydepollo, el riñóndebuey, las habas, las lentejas, los
garbanzos, la soja, el huevo, la mostaza, el perejil y la pimienta, y
las almejas y mejillones tienen un alto contenido en hierro. El hígadodecerdo es uno de los
alimentos de origen animal que aporta una cantidad considerable de hierro a
nuestra dieta: según datos de GENA, 100 g de paté pueden contener entre 5 y 6 g
de hierro, cubriendo así hasta un 40 % de las cantidades recomendadas.

Saber elegir

Teniendo en cuenta que sólamente
se aprovecha un 10% del hierro presente en los alimentos que consumimos, habrá
que considerar cuáles se absorben mejor y de qué manera podremos ayudar a su
mejor absorción. El hierro contenido en los alimentos de origen animal (carne,
hígado, pescado y yema de huevo) es hierro hemo y se
absorbe mejor que el hierro no hemo aportado por los
vegetales (cereales integrales o enriquecidos, legumbres, verduras y
hortalizas). Además, hay nutrientes que favorecen la absorción de hierro
alimentario, como la vitamina C (contenida en las naranjas, pimientos y
tomates) y las proteínas (carnes, pescados y huevos), y las sustancias como los
taninos y los fitatos entre otros. Los germinados
aumentan el contenido de hierro asimilable, por lo que es bueno incluirlos como
ingredientes de las ensaladas.

 

Anemia ferropénica

La anemia ferropénica es la manifestación clínica más severa de la
carencia de hierro. Los síntomas que nos alertan de su presencia son, además de
la pérdida de concentración, un cansancio inusitado, sofoco al menor esfuerzo,
irritabilidad, palidez y debilidad. También es frecuente una necesidad por
comer cosas frías y helados (pagofagia), y hay
quienes hablan de una necesidad imperiosa de comer tierra, cal de las paredes o
granos de café (geofagia). En ocasiones, la piel, las mucosas y las uñas
pierden su coloración normal debido a la disminución de hemoglobina. Si la
anemia es de larga evolución, puede producirse atrofia de las papilas
gustativas de la lengua.

Además de ligarse a las
etapas de desarrollo y embarazo, la anemia ferropénica
puede tener su causa en una pérdida constante de sangre en el tracto digestivo,
debida a problemas como la gastritis, úlceras, varices del esófago, cáncer,
pólipos y divertículos. Los problemas relacionados con el tracto urinario están
asociados a cálculos, infecciones o tumores.

Cuándo tomar suplementos de hierro

El tratamiento principal
de la anemia ferropénica es la administración oral de
hierro en forma de suplementos. En ausencia de anemia no se justifica la suplementación oral. La consulta al médico es
imprescindible a la hora de realizar su diagnóstico mediante un análisis de
sangre y a la hora de prescribir un tratamiento adecuado de este mineral, que
evite en lo posible los efectos secundarios que se derivan de su consumo. La
ingesta de hierro suele producir intolerancia gástrica, náuseas, estreñimiento
y coloración oscura de las heces. En el embarazo, los ginecólogos administran
hierro de forma preventiva, ya que una carencia de este mineral puede aumentar
la incidencia de partos prematuros y abortos en los primeros meses de
gestación. Para su mejor absorción se recomienda tomarlo en ayunas y acompañado
de un alimento o bebida rica en vitamina C, que ayuda a su absorción. Por el
contrario, debe evitarse tomarlos con té o café, ya que evitan su
aprovechamiento por parte del organismo.

Apúntate a nuestra newsletter

* La newsletter para farmacéuticos es para uso exclusivo de profesionales sanitarios (médicos, enfermeros, farmacéuticos) involucrados en la prescripción o dispensación de medicamentos, así como profesionales de la industria farmacéutica y la política sanitaria. Publicitario Farmacéutico SL no se hace responsable del uso de esta newsletter por parte de profesionales no cualificados.

Redacción Consejos

Equipo de redacción de la revista Consejos de tu farmacéutico. Revista especializada en el sector sanitario, editada en España y con más de 20 años de experiencia. Todo nuestro contenido está...