La dermatitis atópica es la patología crónica de la piel más frecuente en todo el mundo. En España, alrededor de 1,5 millones de personas padecen esta patología y se calcula que, hasta 30.000 adultos, la sufren en un estadio grave.
A pesar de ser el órgano más extenso del cuerpo, la dermatitis atópica en su forma más grave, se encuentra a menudo banalizada. Sin embargo, puede afectar profundamente la vida de quienes la padecen, tanto a nivel físico como emocional. Los síntomas, que incluyen picor intenso, enrojecimiento y lesiones en la piel, alteran con frecuencia el día a día de los pacientes, pudiendo generar trastornos del sueño, estrés y fatiga. También tiene un importante impacto en la esfera emocional, pudiendo provocar ansiedad, depresión e incluso aislamiento social.
Recientemente, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza y el de Bizkaia, en colaboración con la biofarmacéutica AbbVie, organizaron la jornada Hablemos de DA en la farmacia comunitaria. Un encuentro que destacó la importancia de la farmacia como espacio clave en el abordaje de la dermatitis atópica (DA), sirviendo como nexo entre pacientes y dermatólogos.
Los farmacéuticos juegan un papel fundamental al identificar pautas comunes en la DA, lo que permite activar el proceso asistencial de los pacientes, animándolos a volver al dermatólogo, porque la carga de la enfermedad avanza constantemente y podría reducirse en manos del especialista adecuado.
África Luca de Tena, responsable de comunicación de la Asociación de Afectados por Dermatitis Atópica (AADA), subraya que «el farmacéutico es una pieza fundamental en el engranaje que supone el abordaje de la DA. Los pacientes acuden constantemente a la farmacia a por emolientes o productos específicos de higiene y el contacto frecuente ayuda a establecer una relación de confianza. Esto facilita que el farmacéutico pueda aconsejarles sobre la necesidad de acudir al especialista si identifica cambios en la patología. Además, cuando alguien tan cercano te orienta y te anima a acudir a consulta, la recomendación suele recibirse de una manera más sincera y amable«.
La falta de comprensión sobre esta patología, sumada a que, hasta hace pocos años, no existían alternativas para tratar la dermatitis atópica, ha llevado a que muchos pacientes abandonaran el sistema sanitario, dejando de acudir a la consulta del especialista. Sin embargo, en los últimos años han aparecido nuevas alternativas terapéuticas para la dermatitis atópica de moderada a grave, que podrían mejorar significativamente la vida de quienes la padecen.
En este contexto, muchos pacientes recurren a la farmacia comunitaria como primer punto de atención para resolver dudas sobre el manejo de su dermatitis atópica. Esta situación pone de manifiesto, una vez más, la necesidad de que los farmacéuticos estén bien informados para animar a los pacientes a acudir al especialista cuando sea necesario, evitando que se resignen a vivir con sus síntomas. «La formación de los farmacéuticos en dermatitis atópica es esencial no solo para reconocer su sintomatología, implicaciones y animar a los pacientes a acudir a consulta, sino también para comunicarse de la mejor manera con las personas que padecen DA y no banalizar la enfermedad«, concluye África Luca de Tena.