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No lo impone la moda, sino el calor: surfing, natación, submarinismo, vela y por qué no, ciclismo, jogging o tai-chi al atardecer. Son los reyes del verano. Y es que no a todos les gusta ponerse a sudar bajo un sol abrasador
Tienes todo el tiempo del mundo y verdadero interés por estar cachas. Un cóctail perfecto para practicar deporte y lograr estar más en forma que nunca. El objetivo es divertirse a un ritmo sano, pero sin excesos. No hay que olvidar que las altas temperaturas, unidas a un excesivo esfuerzo físico, llevan a importantes pérdidas de agua por medio del sudor y la orina.
El mar, una pista fenomenal
Ya sea en la orilla o sobre sus refrescantes olas, los deportes acuáticos ofrecen un enorme abanico de posibilidades, que conjugan perfectamente la diversión con los beneficios saludables de la actividad física. Esto sin olvidar las propiedades beneficiosas que el simple hecho de estar junto al mar reporta a nuestra salud física y mental.
Las modalidades de deporte acuático son recomendables para todo tipo de personas, salvo para aquellas que padezcan epilepsia o problemas cardiovasculares. A continuación, te proponemos algunas de las actividades acuáticas más saludables:
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Natación:
ya sea en el mar, en un lago o en una piscina, la natación constituye una actividad altamente beneficiosa para nuestro organismo. Tradicionalmente recomendado por los fisioterapeutas, la natación (al igual que el jogging o el aerobic), es uno de los ejercicios considerados aeróbicos, al ser el aporte de oxígeno constante y ponerse en funcionamiento grandes masas musculares (piernas, glúteos, parte baja de la espalda). Precisamente por ello, la natación fortalece los músculos y desarrolla la capacidad pulmonar y cardiovascular. Además, alivia la pesadez de las extremidades inferiores y los problemas de espalda, al mismo tiempo que fortalece el sistema inmunológico.
- Submarinismo: este deporte obliga a mover todos los músculos del cuerpo, activa el ritmo cardíaco y relaja las articulaciones, por lo que resulta muy beneficioso, ello sin contar con el placer que proporciona poder disfrutar en primera línea de las maravillas ocultas que nos ofrecen los fondos marinos de nuestras costas. Únicamente está desaconsejado para personas mayores, mujeres en período de gestación y enfermos con problemas circulatorios (incluidas varices y arteriosclerosis) y en las articulaciones.
- Windsurf: es un deporte basado en la interacción con el agua y el viento. Quien lo practica llega a descubrir una enorme sensación de libertad al surcar el mar con la única ayuda de una tabla y una vela mecidas por el viento. Los principales beneficios de los que hace gala son el fortalecimiento de las articulaciones, así como de los músculos de las manos, brazos y espalda, con los que se efectúa el control de la vela. Ello contribuye a conseguir una buena resistencia física y un fortalecimiento general.
- Kayak y vela: los beneficios del kayak a nivel físico se centran en el esfuerzo que los brazos realizan para remar en esta pequeña embarcación similar a una canoa. Sin embargo, en ambos deportes el principal beneficio es la relajación plena y la absoluta liberación de tensiones que produce navegar a un ritmo tranquilo mientras se disfruta de las vistas que nos ofrece la costa.
- Si prefieres practicar deporte en tierra firme y sin mojarte, el tenis-playa o el jogging sobre la arena son dos buenas opciones, aunque eso sí, evítalos en las horas de más calor. Ambas actividades te reportan los mismos beneficios que cualquier otro deporte, aunque con el aliciente de encontrarte en la misma orilla del mar disfrutando de la pureza y el frescor de la brisa marina.
Disfruta con prudencia
- El contacto con el sol y el yodo marino te reporta innumerables beneficios orgánicos y mejora notablemente el estado y las afecciones de tu piel. Sin embargo, el viento y el salitre pueden convertirse en elementos agresivos, por lo que deberías usar algún tipo de protección para la piel y para los ojos.
- Ten especial cuidado a la hora de introducirte en el agua y hazlo siempre de forma progresiva, mojándote poco a poco. Cualquier cambio repentino de la temperatura corporal, sobre todo los días de mucho calor, podría causarte un colapso vascular e incluso la muerte.
- No hagas comidas especialmente pesadas ni tomes bebidas gaseosas los días de más calor y antes de iniciar alguno de estos deportes, ya que podrían contribuir a que sufras un corte de digestión.
- Aprovecha las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde para practicar estas actividades. Los rayos del sol son mucho más nocivos cuando están más verticales, es decir, en las horas centrales del día. Evita además largas exposiciones.
- Aunque el agua del mar te moje, no olvides que el sol actúa igualmente sobre tu piel, por lo que debes protegerte con un buen filtro solar.
- Controla la transpiración y bebe abundante líquido, ya que puedes deshidratarte.
- Utiliza gafas acuáticas para prevenir irritaciones oculares causadas por la salinidad del mar y la posible contaminación.
- Utiliza tapones para los oídos si padeces otitis o cualquier otro problema auditivo.
- Evita alejarte demasiado de la costa, teniendo siempre en cuenta la dirección, la fuerza y las corrientes de las mareas.
- Por supuesto, comprueba el buen estado del equipo antes de iniciar cualquier tipo de travesía o si vas a practicar submarinismo.
Los líquidos, especialmente necesarios
El desgaste físico es mucho mayor al realizar cualquier actividad física durante el verano. Por ello, debemos ser especialmente cuidadosos con la dieta, sobre todo en lo que a la ingesta de líquidos se refiere, puesto que la deshidratación se presenta como la afección principal de los deportistas en la época estival. Las altas temperaturas, unidas a un excesivo esfuerzo físico, llevan a importantes pérdidas de agua por medio del sudor y la orina.
1. No esperes a tener sed para beber líquidos, ya que debes aumentar su ingesta antes, durante y después del esfuerzo físico. Sólo así favorecerás la eliminación de residuos y evitarás el deterioro asociado a la deshidratación.
2. No tomes bebidas hipertónicas (de un contenido en sales minerales más elevado del que habitualmente presenta el plasma sanguíneo o el suero), mientras realizas un esfuerzo físico o después del mismo. Su alto contenido en sales minerales retrasa su absorción y obliga a tu organismo a aumentar la pérdida de orina, contribuyendo a la deshidratación.
3. Aumenta los aportes de hidratos de carbono ingiriendo alimentos ricos en carbohidratos, tales como el arroz, la pasta y los cereales. De ellos procederá entre el 50 y el 60% de tu energía.
4. Si eres un deportista muy activo, procura tomar 5 gramos de carbohidratos por cada kilo que peses, de tal modo que si tu peso es de 60 kilos, debes tomar unos 300 gramos al día.
5. Trata de llevar una dieta lo más equilibrada posible, en la que no falten los cereales, las carnes y pescados, los lácteos, las legumbres y, por supuesto, las verduras y las frutas frescas.
6. El magnesio es uno de los minerales que mayores beneficios aporta al deportista, ya que está implicado en más de 300 reacciones enzimáticas: interviene en la transmisión nerviosa y muscular, favorece el buen funcionamiento del músculo cardíaco (corazón), desempeña una función primordial en la relajación y contracción muscular, forma parte de la matriz ósea y previene lesiones articulares y musculares, como esguinces, fisuras o fracturas. Además, se ha comprobado que su recuperación es mucho más rápida y sólida si los niveles de magnesio son los adecuados. Sin embargo, aunque los deportistas suelen consumir bebidas enriquecidas en este mineral, no es recomendable hacerlo, ya que, en cantidades importantes, el magnesio puede tener efectos secundarios como trastornos gastrointestinales, diarreas o calambres abdominales.