Los viajes internacionales pueden suponer un riesgo sanitario tanto por la situación epidemiológica del país de destino como por sus condiciones higiénico-sanitarias, que a menudo pueden facilitar el contagio de enfermedades a través del agua, alimentos, picaduras de mosquitos, etc. Los expertos de la SEIMC nos dan las pautas para hacer frente a las epidemias más frecuentes: fiebre amarilla, dengue, fiebre Chikungunya y malaria.

Según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, parece que los españoles vamos tomando conciencia conforme pasan los años, de la importancia de tomar precauciones a la hora de viajar. Así, durante 2014, los 101 Centros de Vacunación Internacional autorizados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, atendieron a 219.656 viajeros, un 5% más que en el año 2013, y se administraron 287.098 vacunas, lo que supone un incremento del 3’85%. En total realizaron unas 660.131 actuaciones preventivas individualizadas, tres actuaciones por viajero atendido, y atendieron más de 126.538 llamadas telefónicas.

Pide tu cita previa
Llegar a un país, encontrarte mal y no saber a dónde acudir es algo a lo que todos tememos. Por ello, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a través del programa La Salud también Viaja 2015, aconseja preparar los aspectos sanitarios del viaje con suficiente antelación y pedir cita previa en estos Centros de Vacunación Internacional para evitar esperas y poder recibir la mejor atención en función del lugar al que se va a viajar, teniendo en cuenta que ciertas profilaxis necesitan un periodo de tiempo antes del viaje para ser efectivas. Para aconsejar al viajero, los expertos tienen en cuenta factores personales (edad, sexo, historia clínica, estado vacunal…) y elementos asociados al viaje que van a realizar (países de destino, duración y tipo del viaje, época del año…). Una vez obtenida esta información, aconsejan medidas preventivas para evitar los riesgos relacionados con los alimentos y bebidas, con el entorno (sol, altura, insectos…), con la higiene personal o con las enfermedades de transmisión sexual. Además, se recomiendan y administran las vacunas necesarias y, si es preciso, se indica la especialidad farmacéutica más adecuada en relación con la quimioprofilaxis antipalúdica. Igualmente recomienda acudir al médico al volver si se detecta cualquier síntoma de enfermedad y mencionar el viaje y el país visitado.

En En la página web del Ministerio de Sanidad encontrarás todos los consejos sanitarios (vacunas obligatorias, vacunas aconsejables, necesidad o no de quimioprofilaxis antipalúdica, etc.). Cumplimentando los datos inherentes al viaje en cuestión, podrás auto-concertar una cita previa en cualquier servicio de vacunación internacional.

Toma precauciones

  • En España: los problemas más habituales son gastroenteritis, picaduras de insectos o quemaduras solares.
  • Fuera de España: los principales peligros son la diarrea del viajero, fiebres por diferentes causas y, en determinados grupos, las enfermedades de transmisión sexual.

El Ecuador, zona de peligro
En general, cuanto más pobre y más cercano al ecuador se encuentre el país de destino, mayor es el riesgo. En esta época del año se planifican, o ya se han planificado, la mayoría de los viajes que se realizarán a lo largo del verano, pero no sólo el clima o las atracciones turísticas son factores a tener en cuenta justo manuelcuando se va a visitar un país. Según el doctor Justo Manuel Menéndez, jefe de Servicio de Urgencias de HM Sanchinarro, en el que existe una consulta del viajero, “en general, cuanto más pobre y más cercano al ecuador se encuentre el país de destino, mayor es el riesgo”. Los destinos más problemáticos se encuentran en el África subsahariana (el continente con más riesgos en general), el sureste de Asia y Pacífico y América Central y del Sur. Esto no quiere decir que si se va a realizar un viaje de caza, trekking o similar a Centroeuropa, no se precise alguna vacuna. “Lo ideal es siempre consultar con un servicio especializado, al menos, un mes antes”, apunta. Debido a la gravedad de la enfermedad que previene, la vacuna más importante que se recomienda es la de la fiebre amarilla, aunque no está indicada en bebés menores de un año. De hecho, hay países en los que no se permite la entrada si no se presenta el certificado oficial de haberla recibido. Otras vacunas que se aconsejan son las de la hepatitis A y B, fiebre tifoidea, tétanos, cólera y poliomielitis. Los expertos advierten de la existencia de sujetos en los que el suministro de cierto tipo de vacunas puede estar contraindicado, como puede ser el caso de pacientes oncológicos, inmunodeprimidos o trasplantados. Por este motivo y por el delicado estado de salud de estas personas, es aconsejable que eviten realizar viajes a zonas denominadas de alto riesgo.

LOS 4 JINETES DEL APOCALIPSIS
*Por la Sociedad Española Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC)

1. Fiebre amarilla

  • Qué es. Una enfermedad vírica y hemorrágica, que se transmite de un huésped a otro, mediante la picadura de mosquitos infectados Aedes aegypti. El término «amarilla» alude a la ictericia que presentan algunos pacientes.
  • Síntomas de la enfermedad. Una vez contraído el virus, la infección puede cursar en una o dos fases. La primera, aguda, suele causar fiebre, mialgias con dolor de espalda intenso, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. Posteriormente, la mayoría de los pacientes mejoran y los síntomas desaparecen en 3 o 4 días. Sin embargo, el 15% de los pacientes desarrollan a las 24 horas de la remisión inicial una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre y se ven afectados diferentes sistemas orgánicos. La mitad de los pacientes que desarrollan la fase tóxica mueren en un plazo de 10 a 14 días.
  • Prevalencia y zonas. Se calcula que cada año se producen en el mundo 200.000 casos de fiebre amarilla que causan unas 30.000 muertes, el 90% de ellas en África. El número de casos ha aumentado en los dos últimos decenios debido a la disminución de la inmunidad de la población, la deforestación, la urbanización, los movimientos de población y el cambio climático. Hay 44 países endémicos en África y América Latina con un total de 900 millones de habitantes en riesgo.
  • Medidas de precaución. No hay tratamiento específico para la fiebre amarilla. La vacunación es la medida preventiva más importante. El control de los mosquitos es otra de las medidas de prevención, eliminando los potenciales criaderos de mosquitos y aplicando insecticidas al agua donde se desarrollan en sus estadios más tempranos.
    Deben vacunarse los viajeros que se dirijan a zonas endémicas, y todos los que se desplacen a países que exijan el Certificado Internacional de Vacunación como requisito de entrada. En algunos países la vacunación contra la fiebre amarilla es obligatoria para los viajeros. Los viajeros, en particular de África o América Latina con destino a Asia, deben tener un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla. El Reglamento Sanitario Internacional estipula que los motivos médicos para no administrar la vacuna deben ser certificados por las autoridades competentes.
  • Síntomas durante o después del viaje. En el caso improbable de que presentara síntomas compatibles con fiebre amarilla (fiebre, ictericia, quebrantamiento del estado general y sangrado) tras haber viajado a un país endémico sin haberse vacunado, debe acudir a un centro especializado donde puedan valorar si está afectado por fiebre amarilla u otra infección importada grave.

2. Dengue

  • Qué es. El dengue es una infección vírica transmitida por la picadura de las hembras infectadas de mosquitos del género Aedes sp. Hay cuatro serotipos de virus del dengue (DEN 1, DEN 2, DEN 3 y DEN 4). Es una enfermedad similar a la gripe pero mucho más intensa, que afecta a lactantes, niños pequeños y adultos. El dengue hemorrágico (fiebre, dolor abdominal, vómitos, hemorragia) es una complicación rara aunque potencialmente mortal que afecta principalmente a los niños. El diagnóstico temprano y una buena atención clínica a cargo de médicos y enfermeras con experiencia aumentan la supervivencia de los pacientes.
  • Síntomas de la enfermedad. Los síntomas aparecen transcurridos entre 3 y 14 días tras la picadura infecciosa. La enfermedad se manifiesta como un síndrome febril. Los síntomas varían, desde una fiebre moderada hasta una fiebre alta incapacitante con cefaleas intensas, dolor retroobitario, dolor muscular y articular, y exantema. No existen fármacos antivíricos específicos contra el dengue.
  • Prevalencia y zonas. La enfermedad afecta a habitantes de zonas tropicales y subtropicales. Más del 70% de la carga de morbilidad por esta enfermedad se concentra en Asia Sudoriental y en el Pacífico Occidental. En los últimos años, la incidencia y la gravedad de la enfermedad han aumentado rápidamente en Latinoamérica y el Caribe. En las regiones de África se han registrado más brotes de dengue en los últimos 10 años. En 2010 se notificó la transmisión autóctona del dengue en dos países de Europa: Francia y Croacia. Al aumento mundial del dengue han contribuido la urbanización, los movimientos rápidos de personas y bienes, las condiciones climáticas favorables y la falta de personal capacitado. El mosquito que transmite el dengue puede picar durante el día y la noche, tanto en interiores como al aire libre y a menudo viven en torno a los edificios de las áreas urbanas. Habitualmente no hay dengue en altitudes superiores a 1.500m.
  • Medidas de precaución. Actualmente no existen ni vacunas ni medicamentos para prevenir el dengue. Los viajeros deben protegerse previniendo las picaduras de mosquito.
  • Síntomas durante o después del viaje. No hay ningún tratamiento específico contra el dengue. El dengue grave es una complicación potencialmente mortal, pero su diagnóstico clínico precoz y una atención clínica cuidadosa por personal médico y de enfermería experimentado suele salvar la vida de los pacientes.
  • Lo más importante es acudir al médico si te sientes mal, especialmente si tienes fiebre alta, y hablarle sobre tu viaje. En algunas ciudades existen unidades especializadas en Medicina Tropical donde puedes acudir si tienes fiebre a la vuelta del viaje.

3. Fiebre Chikungunya

  • Qué es. Una enfermedad vírica transmitida por la picadura de mosquitos hembra infectados (Aedes aegypti y Aedes albopictus) por un virus ARN del género alfavirus. Estos mosquitos suelen picar durante todo el periodo diurno, aunque su actividad puede ser máxima al principio de la mañana y al final de la tarde, tanto en interior como en exterior.
  • Síntomas de la enfermedad. La fiebre chikungunya suele aparecer entre 4 y 8 días después de la picadura de un mosquito infectado, aunque el intervalo puede oscilar entre 2 y 12 días. Se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, generalmente acompañada de fuertes dolores articulares, musculares, de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas. Los dolores articulares suelen ser muy debilitantes al inicio, y además persisten durante semanas con frecuencia y en algunos casos hasta un año. La mayoría de los pacientes se recuperan completamente. A menudo los pacientes solo tienen síntomas leves y la infección puede pasar inadvertida o diagnosticarse erróneamente como dengue en zonas donde este es frecuente.
  • Prevalencia y zonas. La enfermedad se da en casi 40 países de África, Asia y el subcontinente indio. Además, en los últimos decenios los vectores de la enfermedad se han propagado a Europa y América.
  • Medidas de precaución. Un factor de riesgo importante es la proximidad de las viviendas a lugares de cría de los mosquitos. La prevención y el control se basan en gran medida en la reducción del número de depósitos de aguas naturales y artificiales que puedan servir de criadero. Durante los brotes se pueden aplicar insecticidas. Las personas que viajen a zonas de riesgo deben adoptar precauciones básicas, como llevar ropa que reduzca al mínimo la exposición de la piel a los vectores, aplicar repelentes a la piel o a la ropa, e instalar mosquiteros en las ventanas.
  • Síntomas durante o después del viaje. Los viajeros que vayan a África, Asía, América Latina y las islas del Índico, Pacífico y Caribe, se encuentran en situación de riesgo. El mosquito que transporta el virus pica principalmente durante el día, y a menudo vive alrededor de los edificios en las zonas urbanas. La proximidad de las viviendas a los lugares de cría de los mosquitos vectores es un importante factor de riesgo.
  • No existe ningún antivírico específico para la fiebre chikungunya. El tratamiento se centra en el alivio de los síntomas, entre ellos el dolor articular, con antipiréticos, analgésicos y líquidos. Tampoco hay comercializada ninguna vacuna aunque hay una en desarrollo.

4. Malaria

  • Qué es. La malaria o paludismo es una enfermedad causada por un parásito denominado Plasmodium sp, que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados hembra del género Anopheles. En el organismo humano, los parásitos se multiplican en el hígado y después infectan los glóbulos rojos. Si no se trata, el paludismo puede poner en peligro la vida del paciente en poco tiempo, pues altera el aporte de sangre a órganos vitales, y genera un estado tóxico generalizado. En muchas zonas del mundo los parásitos se han vuelto resistentes a varios antipalúdicos.
  • Síntomas de la enfermedad. Las personas infectadas suelen presentar fiebre, cefaleas, escalofríos, vómitos y síntomas gripales. En caso de no tratarse, la enfermedad puede provocar complicaciones graves y, en algunas ocasiones, la muerte. Los síntomas del paludismo aparecen después de un período de mínimo de siete días tras la picadura del mosquito, generalmente de 10 a 15 días. El viajero que presente fiebre en los tres meses posteriores a una posible exposición deberá considerarlo una urgencia médica y someterse inmediatamente a un reconocimiento.
  • Prevalencia y zonas. La OMS estima que en 2013 hubo 198 millones de casos de paludismo en todo el mundo y que unas 584 000 personas murieron a causa de la enfermedad, la mayoría de ellas niños menores de cinco años en África subsahariana. La malaria se da en África, Centroamérica y Sudamérica, partes del Caribe, Asia, Europa del Este y el sur del Pacífico.
  • Medidas de precaución. La prevención de las picaduras de mosquito entre el atardecer y el alba constituye la primera línea de defensa contra el paludismo. Además, dependiendo del riesgo de contraer la enfermedad que exista en la zona visitada, los viajeros internacionales deberán tomar medicación preventiva (quimioprofilaxis) antes, durante y después del viaje. Algunos grupos de viajeros, tales como los niños pequeños, las embarazadas y las personas cuyo sistema inmunitario está debilitado, corren un riesgo especial de padecer la enfermedad grave si se infectan. En las embarazadas, el paludismo aumenta el riesgo de defunción materna, aborto espontáneo, mortinatos e retraso ponderal del recién nacido, así como de muerte en el periodo neonatal.
  • Síntomas durante y después del viaje. Entre las intervenciones fundamentales para controlar la malaria se encuentran el tratamiento rápido y eficaz con combinaciones de medicamentos basadas en la artemisinina, el uso de mosquiteros impregnados en insecticida por parte de las personas en riesgo y la fumigación de los espacios cerrados con insecticidas de acción residual, a fin de controlar los mosquitos vectores. En sujetos que presenten fiebre en los tres meses siguientes tras regresar de un área malárica, especialmente si no han realizado quimioprofilaxis, se recomienda acudir al médico de atención primaria o a un centro especializado avisando de estos antecedentes.

Los efectos del cambio climático
A finales de 2014 hubo un brote de chikungunya en el Caribe que se ha propagado por numerosos países de América del Sur, donde ya se han diagnosticado unos 850.000 casos. La llegada de este virus a Europa es un ejemplo de los efectos del cambio climático en la salud y una cuestión que preocupa mucho a los expertos reunidos en CosmoCaixa Barcelona y convocados por la New York Academy of Sciences, que congrega a los mejores investigadores en los ámbitos del clima, ecología, biología marina y evolutiva, epidemiología, salud pública y responsables políticos para discutir sobre los efectos del cambio climático en la salud humana. Según ha advertido el científico Xavier Rodó, profesor de investigació ICREA en el Instituto Catalán de Ciencias del Clima (IC3), “estamos a las puertas de la propagación del chikungunya en Europa si no hacemos nada por impedirlo”.“La amenaza del cambio climático para la salud humana tomará muchas formas, desde un entorno más peligroso al empeoramiento de la calidad del aire y del agua, que contribuirán a la propagación de enfermedades infecciosas por todo el planeta”, comenta Chris Dye, director de estrategia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha liderado el equipo de respuesta del ébola durante la crisis internacional del pasado verano, y ponente de la conferencia.

El cambio climático también tiene efectos directos sobre las personas con enfermedades crónicas cardiovasculares y respiratorias. “Muchas enfermedades son sensibles al clima y puede responder a eventos extremos como sequías, olas de calor o inundaciones”, dice Madeleine Thomson, responsable de los sistemas de alerta precoces para la malaria de la Organización Panamericana de la Salud de la OMS, y ponente de la conferencia. Igualmente el aumento de la población urbana aumenta la emisión de gases de efecto invernadero.

Vayas donde vayas, 5 básicos

  1. Consultar al menos un mes o un mes y medio antes del viaje a un centro de vacunación internacional para conocer la situación sanitaria del país y las medidas de prevención que deban adoptarse.
  2. Visitar al médico antes del viaje si se padece alguna enfermedad o alergia o se esté tomando algún tratamiento. Es aconsejable tener un informe médico preparado y llevar la cantidad suficiente de medicación repartida en la maleta y bolso de mano en el caso de las personas sometidas a tratamiento. Hay que recordar a los viajeros que consulten las medidas de seguridad de los aeropuertos para que puedan organizar su equipaje de forma adecuada.
  3. En el país de destino, precaución con los alimentos y bebidas, que son la causa más frecuente de enfermedad en el viajero. En este sentido, conviene seguir algunos consejos: lavarse las manos con frecuencia para evitar infecciones. Beber agua embotellada o tratada y evitar el consumo de hielo que no haya sido preparado con agua segura. Consumir sólo leche envasada y derivados lácteos higienizados. Tener precaución con la repostería y los helados. Las comidas deben estar cocinadas y conservadas a temperatura adecuada: evitar los productos crudos y tener especial cuidado con las salsas y los preparados que contengan huevo crudo. Pelar la fruta personalmente y evitar el consumo de productos de mercadillos ambulantes.
  4. Especial atención a los riesgos relacionados con el entorno: protegerse del calor, de la humedad y de la exposición directa al sol, especialmente en las personas mayores y los niños. Protegerse contra picaduras de insectos con ropa adecuada, usar repelentes y, si fuera necesario, mosquitera para dormir. Extremar las medidas para evitar contagios en lugares de baño y cuidar la higiene personal.
  5. Elegir ropa y calzado adecuados y llevar un pequeño botiquín que contenga material de cura.

Vete tranquilo
Ante la realización de un viaje es necesario no olvidarse de preparar un botiquín con material sanitario, donde incluir medicamentos básicos para tratar dolencias comunes, artículos para primeros auxilios y cualquier producto sanitario especial que pueda necesitar el viajero personalmente (en cantidad suficiente para cubrir todas las necesidades previsibles durante el tiempo que dure el viaje).

1. Esparadrapo adhesivo.

2. Antiséptico para heridas.

3. Vendas.

4. Botiquín aromático: se ha demostrado que

5. Gotas oculares emolientes.

6. Repelente de insectos.

7. Tratamiento para las picaduras de insectos.

8. Analgésico simple (a ser posible paracetamol).

9. Descongestionante nasal.

10. Sales de rehidratación oral.

11. Tijeras e imperdibles.

12. Apósitos esterilizados.

13. Termómetro clínico.

14. Complementarios: desinfentante del agua, medicación para la diarrea, laxantes, polvos antifúngicos, medicación antipalúdica, sedantes, medicación para cualquier enfermedad previa, jeringuillas y agujas esterilizadas, preservativos. Y recuerda que hay ciertos componentes del botiquín que pueden ocasionar problemas si se llevan el el equipaje de mano sin receta médica, como las agujas hipodérmicas.

Los pacientes que padecen algún tipo de alergia deberán viajar con la medicación recomendada por sus alergólogos. En ocasiones precisarán tratamientos preventivos y en otros “medicación de rescate” como antihistamínicos o broncodilatadores para solucionar los nuevos episodios que se pudieran presentar.

En el caso de las vacunas antialérgicas no es recomendable su transporte cuando el periodo vacacional es corto. Además existen problemas al llevarlas en los aviones: tanto como equipaje de mano al tratarse de líquidos, en este caso debería ser justificado con un informe médico; o en la bodega, ya que las bajas temperaturas a las que son expuestas podrían alterar su contenido. Si el viaje se realiza en automóvil se deberá evitar la exposición directa de la caja de vacunas al sol dentro del coche. Por último, es recomendable llevar un informe detallado del especialista cuando existe un viaje a otro lugar tanto nacional como al extranjero.

Cuidado con las altas temperaturas y los medicamentos: las altas temperaturas existentes en verano también son un factor que puede influir en los medicamentos, especialmente en aquellas terapias farmacológicas que se prolongan en el tiempo y que son propias de pacientes crónicos y con edad avanzada.

 

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Redacción Consejos

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