Cuatro pasos esenciales
Para prevenir su aparición y reducir su visibilidad son esenciales la fotoprotección, el uso de activos despigmentantes y de inhibidores de melanina y exfoliación.
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Las manchas cutáneas no se forman en la epidermis “porque sí”, como un peaje a pagar por la exposición excesiva o inadecuada al sol. Son el resultado de un proceso más complejo que es necesario conocer para “manejar la situación”.
Existe la creencia de que las manchas cutáneas son un souvenir de los meses veraniegos con el que hay que lidiar cuando se vuelve a la rutina. Esto es un grave error que impide poner en práctica un gesto que es clave no sólo para evitar la aparición de manchas sino también para minimizar el aspecto de las ya existentes: la prevención.
Prevenir en 4 gestos
Ana Santamarina, experta en dermocosmética y formulación y fundadora de Santamarina Cosmetics nos explica qué hacer en cada “fase”:
- Fotoprotección de amplio espectro. “Cuando se trata de prevenir las manchas, el primer paso (y el fundamental) es la protección solar, ya que los rayos UV estimulan la producción de melanina, de ahí que el uso de un protector de amplio espectro resulta imprescindible”, dice la experta, quien recomienda también evitar la exposición a irritantes cutáneos que puedan desencadenar la inflamación y estimular indirectamente a los melanocitos: “Hay que optar por fórmulas suaves y calmantes, que ayuden a mantener el equilibrio cutáneo”.
- “Blindar” a las células cutáneas. No basta con la barrera de la fotoprotección, sino que hay que dar un paso más para reducir la pigmentación, “y esto pasa por frenar la transferencia de los melanosomas (orgánulos que contienen melanina) a las células de la epidermis. Activos como la niacinamida, el extracto de regaliz y el ácido tranexámico son excelentes para este objetivo, ya que ayudan a minimizar la propagación de la melanina y a uniformar el tono de la piel”.
- “Ponérselo difícil” a la melanina. Otro enfoque efectivo es inhibir directamente la actividad de la tirosinasa, que es la enzima responsable de la producción de melanina. “Ingredientes como la vitamina C, la azeloglicina y el ácidotranexámico actúan en este proceso, reduciendo la formación de nuevas manchas. Por eso, incorporar estos activos a la rutina de cuidados diaria ayuda a mantener una piel más clara y uniforme”.
- Exfoliar: un gesto que no es negociable. Ana Santamarina pone de relieve la importancia de la exfoliación en la prevención de las manchas: “Es un gesto clave para acelerar la renovación celular y eliminar la melanina acumulada en las capas superficiales de la piel. Los ácidos exfoliantes como el salicílico, el glicólico y los retinoides son ideales para este propósito, y su uso regular favorece una textura más lisa y una piel visiblemente más luminosa”, concluye.