Hablan los expertos
La Fundación Española del Aparato Digestivo destaca la prevención, el diagnóstico precoz y los hábitos de vida saludables como elementos clave para reducir su incidencia.
Una infección bacteriana en la infancia podría ser un factor clave en el desarrollo del cáncer de colon en jóvenes. Ello unido a la alta incidencia de los últimos años en todos los grupos de población, nos lleva a preguntar qué debemos hacer para pararlo a tiempo.
En los últimos cincos años, la tasa de incidencia del cáncer de colon ha crecido a nivel nacional, hasta convertirse en el de mayor incidencia, debido a diversos factores como el envejecimiento de la población, el crecimiento demográfico, o las mejoras en las técnicas de diagnóstico precoz y cribado en la población, que localizan los tumores en estadios más tempranos, y, por lo tanto, facilitan su tratamiento.
La multiplicación del cáncer colorrectal (colon y recto) entre la población joven estaría vinculado, según un estudio realizado por la Universidad de California y publicado en la revista Nature, a una infección por la bacteria E. coli durante la niñez y al desarrollo de cáncer posterior debido a las mutaciones provocadas por la toxina que produce esta bacteria.
Los avances en medicina de precisión, plasmados en la progresiva incorporación de las terapias dirigidas, y la mejor caracterización de subgrupos de cáncer colorrectal, junto con la incorporación de la inmunoterapia para casos seleccionados, han representado significativos avances en la estrategia terapéutica frente a los tumores más avanzados.
Su ADN
Se desarrolla a partir de lesiones precancerosas llamadas pólipos, que pueden evolucionar hacia un tumor maligno si no se detectan y eliminan a tiempo. Entre sus factores de riesgo están la edad (existe mayor riesgo a partir de los 50 años); los antecedentes familiares (más riesgo cuanto más directo sea el familiar, más familiares
afectados y cuanto más joven sea el familiar afectado); haber padecido algún otro tumor o tener enfermedades crónicas del colon (Enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa), patologías en las que se desarrollan múltiples pólipos y algunas enfermedades hereditarias.
“Si previenes, ganas vida”
La buena noticia es que se puede curar en el 90% de los casos si se detecta en fases tempranas, por lo que la prevención es CLAVE. Por ello, la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) ha lanzado la campaña de concienciación “Si previenes, ganas vida”, con el objetivo de resaltar la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz para reducir la incidencia y mortalidad de este tipo de tumor. Gracias a los programas de cribado mediante las nuevas técnicas de detección temprana (test de sangre oculta en heces y colonoscopia), y a los últimos avances en las terapias oncológicas, más del 60% de los pacientes con cáncer de colon conseguirá superarlo (el 90 %, si se detecta en estadios iniciales. Según la FEAD, en personas sin antecedentes personales ni familiares de cáncer o pólipos, el cribado debe comenzar a los 50 años.
Las personas con antecedentes familiares de cáncer colorrectal, pólipos colónicos o patologías inflamatorias intestinales van a precisar valoración en consultas médicas especializadas para valorar pruebas de cribado más específicas.
- El test de sangre oculta en heces (TSOH) permite detectar restos microscópicos de sangre indicativos de lesiones precancerosas o tumores malignos. El test se realiza sobre una muestra que el paciente recoge cómodamente en casa con un kit diseñado para este fin. Es una prueba higiénica, nada intrusiva y sin riesgos.
- La colonoscopia está considerada como la prueba más precisa para la detección temprana y permite explorar directamente el colon y eliminar los pólipos antes de que se transformen en cáncer. En los programas de cribado se realiza si el test de sangre oculta en heces ha dado un resultado positivo.
Prevenir desde casa
“Existen factores de riesgo que pueden influir en el desarrollo de cáncer colorrectal y que pueden ser evitables y/o modificables”, declara la doctora Pilar Esteban, responsable del comité de nutrición de la FEAD. Entre ellos, se encuentran el tabaco, el alcohol, el sobrepeso, la mala alimentación o el sedentarismo, entre otros. Si se eliminan y se adopta un estilo de vida más saludable, con ejercicio físico regular y una alimentación equilibrada pobre en grasas animales (carnes rojas, embutidos y alimentos procesados) y rica en fibra (fruta, verdura y legumbres, se puede disminuir el riesgo de padecer un cáncer hasta en un 40%, además de mejorar la calidad de vida de las personas.