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Por Mª Carmen Sáez creadora de impulsatufarmacia.com
Si tienes un blog de farmacia, pero no sabes cómo hacer más atractivos tus artículos, aquí tienes las herramientas. Mª Carmen Sáez, creadora de impulsatufarmacia.com, nos enseña las claves para que todos tus artículos se lean y compartan.
Me encanta comprobar como cada vez son más las farmacias las que tienen una web con blog. Imagínate un mundo ideal (ya sabes que me encanta soñar), en el que las 22000 farmacias españolas tuvieran un blog donde compartieran contenidos de salud.
Sería la mejor manera de combatir el ruido de los bulos del Doctor Google, ¿no te parece? Y es que, aunque no todo el mundo es hábil con las palabras, en todos los equipos habrá alguien que, aplicando una buena técnica y con práctica, escriba artículos muy interesantes para los clientes de la farmacia. El artículo perfecto es aquel que es útil para el que lo está leyendo, le lleva a una acción y, además es tan atractivo como para que el lector comente y comparta. ¡Casi nada!
No vamos a entrar en cómo un artículo posiciona en Google, ni hablaremos de SEO, ni de palabras clave… Hoy, quiero que tú, lector de este artículo, escribas el tuyo. Y te voy a dar las herramientas para que lo hagas.
A quién escribo. El cliente ideal
Antes de escribir tienes que tener claro para quién estás haciéndolo. El farmacéutico está acostumbrado a hablar con personas reales en el mostrador, pero no a hablar a personas reales a través de una pantalla. Porque, cuando tú estás leyendo este artículo, cuando tu cliente esté leyendo el tuyo, estará solo frente a una pantalla o frente a una revista. Solo, en un ratito que ha sacado para dedicarte unos breves instantes de su valiosísimo tiempo. Así que, lo primero es sentirte muy agradecido con ese tiempo que te dedica. (Aprovecho para darte las gracias a ti, lector que hoy me regalas tu tiempo).
Y no puedes preguntarle como en la farmacia. Por eso tienes que pensar antes en él y decidirte, entre todos los posibles, por uno. Ese será tu “cliente ideal”.
Porque, si quieres mover a la acción a la persona que lea tus líneas, tienes que conectar con él, con sus emociones, con sus deseos y con sus objetivos.
Evidentemente leerán el artículo muchas personas diferentes. Pero si quieres acertar, debes apuntar al centro como en una diana. Algunas flechas caerán fuera, otras más cerca… pero si lanzas sin apuntar, es más probable que no atines. Poner nombre a tu cliente ideal te ayudará.
Por ejemplo, si vas a hablar de la importancia del sobrepeso en la aparición de diabetes, piensa en ese paciente (sé que ahora mismo ya tienes uno en tu mente) que te encantaría que leyera tu artículo y que siguiera tus indicaciones. Escribe para él. Te resultará más fácil.
Un artículo, un tema, un objetivo.
Como siempre: define qué objetivo pretendes con tu artículo. Céntrate en un artículo, un tema, un objetivo. Porque si te dispersas en varios, ni los lectores te harán caso ni tú podrás transmitir en profundidad tu mensaje.
Puedes tener un objetivo final y otros parciales, sí. Pero no olvides el objetivo final durante todo el artículo: ¿qué quiero que haga mi lector al terminar de leerlo?
En el ejemplo que te ponía antes, que tu paciente con sobrepeso acuda a tu farmacia para participar de la campaña sanitaria que habéis preparado donde le haréis un test de Frindisk y le daréis consejos nutricionales.
Y cuando quieras introducir una idea nueva en tu artículo piensa… ¿me acerca a mi objetivo? Si no es así, deséchala.
Aborda el papel en blanco
Estás delante del ordenador y los dedos no se mueven… ¿cómo lo hago? Si sigues estos pasos no te volverá a ocurrir.
1.- Cuenta con un repositorio de temas.
Este es, sin lugar a dudas uno de los tops 10 de por qué no se escribe con regularidad en el blog. La falta de ideas. Para que siempre tengas un tema sobre el que escribir anota en una libreta las dudas que se presentan en mostrador. Escribes para tus pacientes, ellos te darán los temas.
2.- Documéntate.
Lee y contrasta la información antes de ponerte a escribir. Eres personal sanitario y, por tanto, el rigor tiene que ser tu compañero de camino siempre.
No hace falta que llenes tu artículo de bibliografía, a tu lector le da igual. De hecho, en mostrador no le dices que esto lo has estudiado en el libro tal o que se publicó en no sé qué revista… Es una cuestión de ética y responsabilidad.
3.- Elabora un mapa mental.
La idea principal en el centro y de ella salen las secundarias. Y de la segunda línea las terceras. Esto te ayudará a escribir tu artículo. Aquí tienes el mapa mental que yo he usado para crear este artículo.
4.- Escribe.
Ya lo tienes todo, ahora déjalo fluir.
La estructura del artículo
¿Sabes cómo leemos? Escaneamos. Miramos el artículo de arriba abajo y nos detenemos en los títulos, las negrillas y lo que nos llama la atención. Y, luego, si nos ha atraído lo suficiente, entramos de lleno en el artículo. Estoy convencida de que tú has hecho lo mismo antes de llegar a estas palabras que lees ahora ;).
Hay muchas maneras de estructurar un artículo. Yo te voy a contar una que es sencilla y funciona muy bien en los blogs.
1.- Introducción.
Que sea breve. Pon en antecedentes al tu lector, cuenta una historia que resuene con tu cliente, haz que se le abran las ganas de seguir leyendo. Dile lo que va a conseguir cuando lo lea.
2.- Habla del problema.
Porque el lector, como tu cliente en mostrador, está allí porque quiere solucionar un problema, porque tiene una necesidad. Habla de él, no de ti. En tu caso podría empezar así… “Estás harto de que te digan que hay que bajar de peso. Ya lo sabes. Cada vez te cuesta más subir las escaleras del metro y en los partidos del fin de semana te cansas más de lo habitual…”.
3.- Agitación.
Es el momento de “meter el dedo en la llaga”. De que esa persona con sobrepeso caiga en la cuenta de que, realmente, es un problema lo que le está pasando. No es cuestión de asustarle. Pero hay que profundizar un poco más. Aquí puede ser un buen momento de hablar de las consecuencias del sobrepeso para la salud.
4.- Solución.
Qué propones tú para que solucione su problema. Así de sencillo.
5.- Resumen y llamada a la acción.
Como te dije antes, al leer, escaneamos. Así que, lo más probable, es que tu lector haga scroll hasta llegar al final. Si el comienzo y el fin le gustan, entonces leerá. Así que termina con un breve resumen de lo que has abordado, hará redondo el trabajo. Y, por supuesto, anímale a que actúe. Dile lo que quieres que haga: “Ven a la farmacia y, con unas pocas preguntas, sabrás tu riesgo de padecer diabetes.
Cada una de estas partes no tiene por qué tener la misma longitud. Depende de tu objetivo. En este artículo que tienes entre manos, como mi propósito es que escribas el artículo, la solución es más larga.
Cómo escribo. La técnica
- Habla a tu lector.
Ante todo, recuerda a quién estás escribiendo. No es un farmacéutico, es tu paciente, el mismo que ves cada día en mostrador. Utiliza el mismo lenguaje, su lenguaje. Las expresiones que él utilice. Hazle fácil la lectura. Háblale a él, que es “tú”, no “vosotros”.
Sentirá mucho más cercano el mensaje y es más probable que llegue hasta el final.
- Una frase, una idea. Un párrafo, una idea.
Te interesa llegar al objetivo que te marcaste para este artículo. Deja la retórica y las frases rebuscadas para otro momento. Dime, ¿qué entiende mejor tu paciente con sobrepeso?
- “El sobrepeso aumenta el riesgo de padecer diabetes, lo que también hace que puedas desarrollar una dislipemia y, por tanto, tendrás mayor probabilidad de sufrir un infarto. Si previenes la diabetes puedes disminuir el riesgo de infarto.”
- “El sobrepeso aumenta el riesgo de padecer diabetes.
Los diabéticos tienen más riesgo de tener el colesterol elevado. Si eres diabético y con el colesterol alto, tendrás más riesgo de padecer un infarto. Prevenir la diabetes es prevenir infartos.”
- Títulos, subtítulos, negrillas y párrafos.
Tienes poco tiempo para leer y necesitas saber si lo que hay en este artículo te interesa. Tú y todos. Separar con títulos, subtítulos y negrillas permite al lector crearse un mapa mental e ir allí donde más le interese.
Además, el aspecto del texto llama más la atención. Un párrafo de tres líneas es más atractivo que uno de diez.
- Busca siempre tu objetivo.
Si lo que escribes no te lleva a conseguirlo, elimínalo. Quédate con lo esencial. Apunta a la diana y no despistes a tu cliente con luces brillantes alrededor.
- Edita.
Escribir es el primer paso, luego hay que eliminar la paja. Deja reposar el artículo unos días y, después, con una nueva mirada, revisa y recorta si es necesario.
- La práctica hace al maestro.
Nadie nace aprendido y esto de escribir es un aprendizaje continuo. Lánzate ya, porque todos nos hemos sentido más o menos avergonzados de nuestros primeros textos. Ten en cuenta, además, que tu cliente/paciente/lector, sabe menos que tú de ese tema del que le hablas. Seguro que lo agradecerá, aunque tú pienses que podría estar mejor.
Yo sé que aún tengo mucho que mejorar también. Y, precisamente por eso, escribo cada semana y voy aprendiendo con cada artículo. Tú también puedes hacerlo.
Ahora el resumen y la llamada a la acción
Escribir un artículo para tu blog es muy parecido a dar un consejo en mostrador, aunque ahora no te lo parezca. Conoce a quien tienes delante y háblale mientras le miras a los ojos. Con un lenguaje que entienda fácilmente. Mantén el objetivo del artículo siempre en el horizonte y busca que el lector llegue a él.
Ahora, ya sabes…Escribe tu artículo siguiendo estos pasos, publícalo en tu blog y avísame. ¡Quiero leerlo! Recuerda, la acción marca la diferencia.