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Las reacciones por alergia al sol pueden desarrollarse en cualquier persona, ya que no son hereditarias y tampoco son más frecuentes en individuos con predisposición a sufrir otras afecciones alérgicas. El término «alergia al sol» se refiere a un pequeño grupo de patologías mediadas por un mecanismo de hipersensibilidad en el que interviene el sistema inmunitario. «Realmente no se trata de una alergia al sol sino de reacciones alérgicas que requieren de la exposición a la luz para su aparición«, afirma el doctor José Luis García Abujeta, del Comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). En este grupo se incluyen las fotodermatitis y la urticaria solar. Ambas constituyen aproximadamente el 10% de todas las enfermedades por fotosensibilidad.
Dermatitis por fotosensibilidad
La utilización de artículos como perfumes, bronceadores o medicamentos puede sensibilizar la piel a los efectos del sol. «Algunos medicamentos, perfumes y cremas solares son los principales responsables de reacciones de fotosensibilidad ya que por la acción de la luz solar estos productos se pueden convertir en sustancias alérgicas», asegura.
Entre los medicamentos la causa principal son los antiinflamatorios no esteroideos bien utilizados de forma tópica (cremas) como cuando se toman por vía oral o pinchada. Producen un eccema en la zona de la aplicación en zonas expuestas al sol e incluso reacciones más extensas cuando la administración es sistémica. «Estas lesiones pueden durar días y semanas produciendo una descamación de la zona afectada. Puede afectar también a personas que administran ese medicamento a otros (padres a hijos, parejas, personal sanitario, etcétera) por eso es muy importante el lavado correcto de las manos tras su aplicación y el uso de guantes», comenta el alergólogo. «Otros medicamentos (antibióticos, antihistamínicos, tranquilizantes, diuréticos…) pueden provocar, aunque con menor frecuencia, esta dermatitis y afectan más a personas mayores de 40 años por un mayor consumo de estos fármacos».
En las cremas solares se relaciona los eccemas con algunos filtros solares empleados en ellas. «La fitofotodermatitis relaciona la exposición al sol en zonas del cuerpo que han estado en contacto con algunas plantas de forma casual, como hierbas que rozan las piernas descubiertas, de forma ocupacional (trabajo) o por afición a tocar higueras (hojas y tronco), frutos cítricos u otras plantas cultivadas. En relación con esto, el uso de perfumes, especialmente aquellos con componentes cítricos, puede producir un eccema en los días posteriores en la zona donde se ha aplicado y expuesto al sol», aclara el experto.
«La mejor prevención de la alergia al sol es disminuir la exposición incontrolada y en lo posible evitar sustancias fotosensibilizantes como medicamentos tópicos, perfumes o cremas solares de baja calidad. Además, antes de cualquier exposición al sol si un paciente está tomando medicamentos es necesario que consulte con su médico los posibles riesgos de la radiación solar en relación con su toma», insiste el doctor García Abujeta.
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