De ?intensa? y ?complicada?
han tildado los especialistas en alergología a la primavera que acaba de
comenzar. Dos palabras que, sólo con escucharlas, asustan a los 6 millones de
alérgicos al polen que existen en nuestro país

La polinosis o alergia
respiratoria al polen es la respuesta exagerada de nuestro organismo frente a
pólenes presentes en la atmósfera, que penetran en el organismo, generalmente a
través de las mucosas expuestas al aire (ojos, nariz y boca). Este proceso alérgico
se manifiesta con síntomas como picor de ojos, enrojecimiento, lagrimeo,
estornudos, congestión nasal y picor de nariz, síntomas que se engloban dentro
de lo que se ha dado en llamar rinoconjuntivitis alérgica. Según los expertos,
la rinitis alérgica en muchos casos es la antesala del asma bronquial,
patología que ha aumentado considerablemente en las dos o tres últimas décadas
sobre todo en las ciudades, debido a la contaminación ambiental y a la falta de
estimulación del sistema inmune (teoría de la higiene), sin restar por ello
importancia a los factores genéticos.

Puro polen

Las
previsiones lanzadas por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología
Clínica (SEAIC) auguran altas concentraciones de polen para esta primavera, en
especial de la familia de las gramíneas, con unas cifras que rondan los 7.000
granos por metro cuadrado (7.000 granos/m3). Teniendo en cuenta que en términos
alergológicos, una concentración superior a 5.500 granos/m3 de aire es
indicadora de una primavera intensa y complicada, se explica por qué la del
2004 va a serlo tanto o más que otras. Después del polen de gramíneas, que
afecta a un 87 % alérgicos, los otros pólenes que más harán estragos serán el
polen del olivo, con un 43 % de afectados, la quenopodiácea, con un 27 %, el
plátano de sombra, con un 22 %, las cupresáceas, con un 13 %, y la parietaria,
con un 11 %.

Las gramíneas, alérgenos por
excelencia

El
seguimiento realizado por el Comité de Aerobiología sobre pacientes con una
media de edad de 30 años, ha mostrado que el tipo de polen que más afecta a los
españoles es el de gramíneas (el más alergénico y que
causa un mayor número de reacciones alérgicas), con
un porcentaje del 87 % de alérgicos sensibilizados. Además, según el doctor
Subiza, existe una estrecha relación entre el incremento de las concentraciones
de gramíneas y el incremento de los síntomas alérgicos y de asma en los
pacientes. Una prueba de ello es que durante los meses de mayo-junio, época de
mayor concentración de gramíneas, se produce un mayor número de casos de
urgencias por asma bronquial en los centros médicos, y como consecuencia, un
aumento en las ventas de antihistamínicos. Las zonas con mayor concentración de
gramíneas son la zona centro y norte de la península,
mientras que en la zona costera mediterránea apenas existen.

La zona centro, la campeona

Los
datos de un estudio multicéntrico realizado por el Comité de Aerobiología de la
SEAIC, en 13 ciudades españolas (La Coruña,
Barcelona, Bilbao, Burgos, Ciudad Real, Logroño, Madrid, Salamanca, Santander,
Sevilla, Toledo, Vitoria y Zaragoza), revelan que la zona centro
de España es uno de los peores lugares de Europa para que un alérgico
establezca su residencia. La escasez de lluvias propia de un clima continental
y la elevada contaminación por partículas del diesel, son algunos de los
factores atmosféricos que hacen que la calidad de vida de los pacientes en
estas ciudades sea cada vez peor. Según el doctor Javier Subiza, coordinador
del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología
Clínica (SEAIC), la mayoría de los alérgicos del centro están sensibilizados a
4 ó 5 tipos distintos de polen, lo que implica una mayor duración de los
síntomas a lo largo del año y una mayor dificultad a la hora de aplicar el
tratamiento farmacológico o profiláctico a estos pacientes.

 

Contaminación atmosférica
por diesel

Una ?bomba de alergia?

Las variaciones en las concentraciones de pólenes durante la
primavera dependen de la pluviosidad registrada durante octubre, noviembre y
diciembre, más que de las lluvias que se producen en marzo y abril como se
creía hace unos años. Sin embargo, los últimos estudios epidemiológicos apuntan a la
contaminación atmosférica como uno de lo principales responsables del
incremento del número de alérgicos a los pólenes, sobre todo en las ciudades. Cada
vez son más los pacientes que presentan síntomas desde el mes de enero,
provocados por el aumento de la contaminación y de la plantación de cupresáceas
(enero y febrero) y plátanos de sombra (marzo y abril), en zonas del interior
como Madrid. Según el doctor Subiza, la contaminación por diesel es fundamental
para explicar este fenómeno, ya que cuando las partículas del diesel
interaccionan con los pólenes del árbol, éstas aumentan su potencial
alergénico. Ello explica el que en los puntos en los que ha habido escasa
pluviosidad se encuentre una alta incidencia de polinosis. En cambio, en el
Norte de España, la pluviosidad mantenida todo el año limpia periódicamente la
atmósfera de partículas contaminantes.

Un coche diesel contamina
150 veces más que uno de gasolina, y España es, junto a Francia y Austria, uno
de los países europeos que más parque móvil diesel tiene en activo

El asma, en alza

La
atmósfera contaminada de las ciudades modernas está constituida por ozono,
óxido de nitrógeno y partículas de diesel que muestran una clara relación con
la respuesta alérgica. Entre estos contaminantes, las partículas de diesel son
los principales responsables en las ciudades, ya que están implicadas
directamente con el tráfico y las calefacciones de las urbes. En el caso del
asma, estas partículas favorecen el transporte del polen hasta el aparato
respiratorio, a la vez que aumentan la capacidad alergénica de los pólenes para
liberar mayor cantidad de esas sustancias pro-inflamatorias.

Los datos

v     
Un 93 % de los alérgicos presenta
rinitis.

v     
Un 89 % de los alérgicos presenta
conjuntivitis.

v     
Un 41 % de los alérgicos
presentan asma bronquial.

v     
La mitad de los pacientes
con rinoconjuntivitis son asmáticos.

v     
La media de duración de los
síntomas es de dos años en el caso de asma.

v     
La media de duración de los
síntomas es de ocho años en el caso de conjuntivitis y rinitis.

v     
Entre
los pacientes alérgicos a los pólenes, el estudio ha mostrado que si bien en el
norte de España (La Coruña, Bilbao, Santander y Vitoria) se encontró que
mientras sólo el 45 por ciento estaban polisensibilizados, por el contrario, en
las ciudades del interior como Ciudad Real, el 95 por ciento de los alérgicos
lo eran; un 91 por ciento, en Toledo y un 88 por ciento, en Madrid.

El tratamiento farmacológico

La
rinitis alérgica produce picor, estornudos y obstrucción nasal, y en muchas
ocasiones, pérdida de los sentidos del gusto y del olfato. Ello se debe a la
liberación de histamina como respuesta a la sustancia que produce la alergia,
en este caso al polen. También como respuesta a la liberación de histamina se
producen cambios en el flujo sanguíneo que provocan un moqueo excesivo y un
taponamiento de la nariz u obstrucción nasal. La manera más natural de combatir
este molesto trastorno es mediante la utilización de sueros isotónicos o de
agua de mar esterilizada. Asimismo, los medicamentos descongestivos están
indicados para combatir la obstrucción nasal, así como el uso de corticosteroides
tópicos o por vía oral.

En
general, el tratamiento de los síntomas alérgicos depende del grado o
intensidad de la alergia, y de su estacionalidad o perennidad. Los llamados
medicamentos antihistamínicos de segunda generación están indicados para tratar
los síntomas alérgicos, evitando efectos secundarios como la somnolencia. En
este sentido, no hay que olvidar que hasta el 2 por ciento de los accidentes
mortales de tráfico están asociados a la alergia, bien por los propios síntomas
o bien por los efectos secundarios de algunos antihistamínicos. El doctor
Chivato señala que una cadena de estornudos incontrolables o un lagrimeo
continuo dificultan bastante la conducción, de igual manera que afecta el consumo inadecuado de antihistamínicos (no hay que olvidar
que el 10 % de los pacientes con alergia se automedica).

La inmunoterapia

La
inmunoterapia contra la alergia consiste en la administración de cantidades
gradualmente crecientes de un extracto alergénico a un paciente para mejorar la
sintomatología causada por la exposición al alergeno responsable. Según la
SEAIC, los pacientes experimentan una mejoría en el control de sus síntomas
desde los primeros meses, aunque los resultados óptimos se obtienen a partir
del primer año. En la actualidad, un paciente que presente alergia a diferentes
tipos de pólenes debe vacunarse con extractos de cada uno de ellos, con
independencia de que compartan unas mismas proteínas.

Hay dos tipos de vacunación
contra la alergia al polen, la preestacional, previa a la época de polinización,
y la coestacional, que aunque no se recomienda iniciarla en esos meses, se
administra durante todo el año

La terapia sublingual

Una
de las alternativas más eficaces a la inmunoterapia tradicional, según datos de
la SEAIC, son las vacunas administradas vía sublingual, indicadas para pacientes
con síntomas de rinitis, conjuntivitis y/o asma ocasionada por pólenes o ácaros
del polvo doméstico. Según el doctor Tomás Chivato, miembro del Comité de
Inmunoterapia de la SEAIC, estas vacunas han demostrado un amplio perfil de
seguridad, y por su comodidad y fácil manejo son una excelencia alternativa
para los pacientes que, por rechazo a las agujas o por falta de tiempo para
acudir al centro de especialidades o al hospital, no cumplen correctamente con
las pautas de administración por vía subcutánea. Según el doctor Chivato, con
el empleo habitual de esta terapia se podría conseguir la universalización en
la utilización de la inmunoterapia, y con ella el control de la enfermedad.

Medidas generales contra la
alergia al polen

1.       
Es
conveniente dormir con las ventanas cerradas para evitar que penetren a la
habitación las partículas de polen.

2.       
Si
vas al campo no te olvides de llevar mascarillas de protección certificadas
(Marcado CE), que actúan como auténticos filtros que retienen las partículas de
polen.  El farmacéutico te ayudará a
elegir el producto más apropiado.

3.       
Para
remover el aire, usa purificadores de aire y aire acondicionado al mismo
tiempo.

4.       
Ventila
la casa sólo al caer la tarde y nunca por la mañana.

5.       
Limpia
el polvo con un trapo húmedo.

6.       
Los
días de viento fuerte quédate en casa, ya que aumenta la tasa de polen en el
aire. La playa y el mar pueden ser una buena alternativa, ya que aquí la
presencia de polen es mucho menor.

7.       
Si
vas a viajar en automóvil, cierra las ventanas.

8.       
Si
vas al campo, ten cuidado con la ropa y lávala al llegar a casa, ya que en ella
se quedan impregnadas las partículas de polen.

9.       
No
seques la ropa al aire libre, porque recogerá polen.

10.    
Protege
tus ojos con gafas de sol.

11.    
Si
también tienes alergia a los ácaros del polvo, utiliza cubrecolchones
especiales y lava las sábanas con agua caliente. Además, retira las alfombras,
peluches y moquetas.

Conducir:

actividad de
alto riesgo

Las
personas que tiene alergia estacional y que están consumiendo medicamentos
deben extremar sus precauciones a la hora de ponerse al volante. Esta es una de
las recomendaciones que cada año dirigen los alergólogos y la Dirección General
de Tráfico (DGT) a quienes padecen rinitis o conjuntivitis alérgica, unos seis
millones de españoles, de los cuales, siete de cada diez desconocen que el
consumo inadecuado de antihistamínicos dificultan la conducción. Tal y como
indica el doctor Chivato, una cadena de estornudos incontrolables o un lagrimeo
continuo dificultan bastante la conducción, y en lo que respecta a los
medicamentos, los antihistamínicos de primera generación producen somnolencia y
afectan a la capacidad psicomotora. El problema se agrava si se potencia este
efecto de sedación con el alcohol o con fármacos como hipnóticos o
ansiolíticos. Por lo tanto, los alergólogos recomiendan que antes de ponerse al
volante nos asesoremos por el farmacéutico sobre cuál es el fármaco adecuado y
leamos bien el prospecto. De esta forma reduciremos la temible cifra del 2 % de
los accidentes mortales de tráfico causados por la alergia.

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Redacción Consejos

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