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3 de cada 10 muertes que se producen en España se deben a una patología vascular. De entre ellas, el aneurisma de aorta abdominal es, según los expertos, la que más se ha beneficiado de las técnicas endovasculares, (cirugía a través de catéter). Pero es el cirujano vascular quien debe decidir qué tipo de cirugía procede en cada caso.
Se considera que prácticamente el 50% de la población mayor de 50 años sufre alguna patología vascular (arterias y venas), un porcentaje que irá en aumento conforme avance la esperanza de vida de la población. De entre ellas, y pese a la gravedad que reviste, el aneurisma de aorta abdominal es muy desconocida por la población, ya que no presenta síntomas hasta su dramática ruptura, y a menudo se detecta de modo incidental en otras pruebas. Es el ensanchamiento anómalo de la pared de la arteria aorta (≥ 3 cm de diámetro), el principal vaso sanguíneo que irriga el abdomen, la pelvis y las piernas, normalmente debido a la debilidad de sus paredes. En la mayoría de los casos se rompe sin presentar síntomas previos. Si el aneurisma se expande rápidamente, se rompe o la sangre se filtra dentro de la pared del vaso (disección aórtica), los síntomas pueden aparecer de manera súbita. Cuando esto ocurre, se produce un dolor intenso y repentino en el abdomen o la espalda, que puede ser persistente, e irradiarse a la ingle, los glúteos o las piernas. También suele acompañarse de sudor frío, boca seca y sed, debilidad, vértigo, náuseas y vómitos e incluso puede provocar el desmayo o shock. Otros síntomas son frecuencia cardíaca rápida, sensación pulsátil y rigidez de abdomen o presencia de una protuberancia o masa en el abdomen. El tabaquismo, la hipertensión arterial y el factor genético aumentan el riesgo de desarrollar un aneurisma de aorta abdominal.
También en jóvenes
Aunque su incidencia es creciente en pacientes de edad avanzada, los expertos alertan de un incremento de la prevalencia entre personas cada vez más jóvenes como consecuencia de estilos de vida poco saludables ligados a otras patologías como la diabetes, el colesterol o la hipertensión y el consumo de tabaco, por lo que se están desarrollando programas de screening/detección precoz en muchos países.
Con la intención de dar visibilidad a las enfermedades del sistema circulatorio, el Capítulo de Cirugía Endovascular de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV), está llevando a cabo desde el mes de noviembre, una campaña de concienciación en las estaciones de Renfe. La campaña pretende poner de manifiesto la importancia creciente de las patologías vasculares, asociadas al envejecimiento de la población y a estilos de vida poco saludables, y la gran aportación que han supuesto las técnicas endovasculares (cirugía a través de catéter), que ya representan en algunas patologías, como el aneurisma de aorta, el 90% de todas las intervenciones.
Para salir de dudas
Siempre que se sospeche de la presencia de un aneurisma, el médico indicará la realización de una ecografía abdominal y una tomografía computarizada del abdomen para confirmar el tamaño del aneurisma. La llamada ATC (Angiografía por tomografía computarizada) se realizará también para ayudar a planear la intervención y seleccionar la prótesis adecuada para cada paciente.
La intervención puede llevarse a cabo mediante cirugía abierta (el cirujano hace una incisión en el abdomen y coloca un tubo realizado con un tejido especial), o mediante técnicas endovasculares mínimamente invasivas (cirugía a través de catéter). En el segundo caso, el médico hace pequeñas incisiones en cada ingle para tener acceso a las arterias femorales (vasos sanguíneos de las piernas) y orientándose por imágenes de un aparato de Rayos-X, introduce por estas arterias situadas en la ingle, un catéter (tubo) que contiene una prótesis en su interior, hasta la aorta. La prótesis es recubierta por un tejido sintético especial y el catéter tiene un dispositivo para la liberación de la prótesis. Cuando esté adecuadamente posicionada, la prótesis es liberada, expandiéndose a un diámetro adecuado y evitando que la sangre llegue al aneurisma, y el catéter es retirado.
Existe un gran desconocimiento social sobre las patologías de venas y arterias a pesar de su elevada prevalencia: de hecho, el 50 por ciento de los mayores de 50 años padece alguna.
Cirujano vascular: “al César lo que es del César”
Actualmente, el 20 por ciento de todas las intervenciones relacionadas con la patología vascular se realizan con técnicas endovasculares (en aneurisma de aorta representan el 90% de todas las intervenciones), pero “es el cirujano vascular el único que puede decidirlo”. Pero según la presidenta del Capítulo de Cirugía Endovascular (CCEV) de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular, Mercedes Guerra Requena, “ni todos los pacientes tienen que ser intervenidos ni todos los pacientes que requieren intervención pueden ser abordados con técnicas intervencionistas”. Guerra ha subrayado la importancia de trasladar este mensaje a la población, “pues muchos pacientes llegan a las consultas pidiendo que se le aplique una determinada técnica”. “La cirugía clásica sigue siendo crucial para el tratamiento de ciertos casos y la campaña incide también en que es el cirujano vascular quien puede valorar el mejor tratamiento”.
Aneurisma de aorta abdominal: el impacto de las técnicas endovasculares
Según se ha puesto de manifiesto en el IV Congreso de Cirugía Endovascular, que ha reunido en Oviedo hasta el viernes a más de 250 especialistas en el tratamiento de estas patologías, en el tratamiento de las enfermedades del sistema circulatorio, las técnicas endovasculares han supuesto una gran revolución. Se estima que la cirugía endovascular representa ya aproximadamente el 60% de toda la cirugía de venas y arterias que se realiza en nuestro país. Desde el punto de vista cuantitativo, las intervenciones endovasculares de arterias son más frecuentes que las de venas y el grupo más numeroso de estas operaciones no invasivas se concentra en las arterias de los miembros inferiores, especialmente en la arteria ilíaca, en la femoral y la poplítea por patología oclusiva. Desde el punto de vista cualitativo, en cambio, la aportación más significativa se ha producido en los aneurismas de aorta, donde las técnicas endovasculares han reemplazado casi completamente a la cirugía abierta, por sus mejores resultados operatorios y postoperatorios precoces y sus plazos más rápidos de recuperación. Un buen ejemplo es el del aneurisma de aorta abdominal roto donde las cifras de supervivencia hacen diez años eran del 5% y hoy en día con las técnicas endovasculares alcanzan el 80%.