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Cubren
imperfecciones, mejoran el tono, tratan, hidratan? y mucho más
. Las nuevas bases han traspasado el límite de productos
de maquillaje y ofrecen un surtido de ?prestaciones? tan amplio y específico
que, sin abandonar ese toque de glamour de la cosmética del color, se están
adentrando cada vez más en el mundo de los productos de tratamiento.
El antepasado más antiguo de las actuales bases lo
encontramos en la mezcla de polvos blancos a base de caolín, tiza y cal con la
que las mujeres de la Grecia clásica blanqueaban su piel. Desde entonces hasta
nuestros días, este producto no sólo ha evolucionado de forma notable sino que
se ha ?reinventado? a sí mismo. Las nuevas bases de maquillaje poco o nada
tienen que ver con las texturas pastosas e untosas de hace no muchas
temporadas. La premisa es muy clara:
mejor cobertura de las imperfecciones, más naturalidad de resultado y extremo
confort para la piel con la menor cantidad de producto. ?La base de
maquillaje debe cumplir una serie de cometidos: asegurar un poder cubriente,
corregir imperfecciones, dar uniformidad y luz al rostro, disminuir las
variaciones lumínicas y, sobre todo, dar como resultado una piel muy homogénea
que sirva como base para la aplicación posterior de los otros productos de
maquillaje?, explica Ana Aliaga, vocal de Dermofarmacia del Consejo General de
Colegios Oficiales de Farmacéuticos .
Coberturas
?inteligentes?
Pero hay más: la incorporación de principios activos
de ?alta tecnología? ha hecho que este
cosmético adquiera una nueva misión: el tratamiento facial. Basta con leer las
etiquetas: poderosos humectantes, antioxidantes, minerales y esencias botánicas
ocupan lugares prioritarios en la lista. A ellos hay que unir la acción de
sustancias como los hexapéptidos, capaces de reducir las arrugas hasta en un 50
por ciento; la cafeína, con efecto
tensor o los estimuladores de la producción de colágeno. Pero sin duda son los
pigmentos los ingredientes que han experimentado una auténtica revolución,
tanto en la forma en la que están formulados como en el cometido que desempeñan
como componentes estrella de la tecnología ?micro? (los polvos y pigmentos de
color que se incluyen en los fondos de maquillaje son tan microscópicos que
forman un velo opaco), cuyo objetivo es
establecer una red o malla imperceptible sobre el rostro que
permita a la piel respirar y, a la vez, fije el color.
Concordancia
con la piel: la clave del éxito
?Independientemente del tipo de producto elegido, de
la textura y del color, la premisa fundamental para que una base de maquillaje
cumpla su cometido a la perfección es que esté adaptada al tipo de piel sobre
la que se va a aplicar. Sólo de esta forma se pueden evitar que el resultado
luzca artificial y que aparezcan efectos colaterales como, por ejemplo, los
antiestéticos brillos?, señala Ana Aliaga. Estas son las necesidades concretas
que debe atender el producto según las características de la epidermis:
-Piel seca: Precisa fórmulas
ligeras y sedosas (fluidas o en crema), que dejan un aspecto satinado y
duradero, atenuando además las arrugas y las líneas de expresión. Se benefician
de los agentes hidratantes (aceites de almendra y albaricoque, derivados de
soja, extractos vegetales) que permiten un aporte de agua constante a las
células de la epidermis
-Piel grasa: Dos palabras:
oil free (libre de aceites); esa es la pista que deben seguir al elegir la
base, preferentemente fluida. A los ingredientes tradicionales dirigidos a la
absorción del exceso de sebo (almidón, microesferas de silicio, pigmentos
minerales), se unen nuevos ingredientes matificantes, destinados a mantener los
brillos en su sitio, como el extracto de lirio.
-Piel mixta. Son las
principales beneficiarias de la
cosmética inteligente, ya que las formulaciones actuales están perfectamente
entrenadas para activar sus ingredientes absorbegrasa allí donde se necesitan
(algas, extracto de loto) y aportar hidratación en las zonas secas.
Criterios de
selección
-Según la textura: La
clásica es la formulación en crema, especialmente recomendadas para las pieles
más secas, mates y con irregularidades, ya que permiten un acabado más uniforme
y una mayor cobertura de las imperfecciones. Los fondos compacto-cremas
presentan una textura similar a la de los polvos, pero se trata de una crema
ligerísima que se funde al contacto con la piel. Las bases en stick son las que
ofrecen más cobertura y están especialmente indicadas para dar color en zonas
concretas; deben usarse con cuidado en las pieles muy secas y deshidratadas, ya
que pueden cuartearse. Los fondos fluidos son los que cuentan con más adeptas,
ya que, además de su facilidad de aplicación, son los que dan más juego a las innovaciones
tecnológicas: pigmentos, aceites volátiles, ingredientes iluminadores….
-Según el color: Ana Aliaga
nos ofrece la pauta básica: ?La base de maquillaje debe ser siempre de un tono
similar al de la piel para conseguir así un efecto lo más natural posible?.
También es importante que la elección
esté en consonancia con otros rasgos como el color del cabello. Cómo
regla general, las rubias deben apostar
por los tonos beige, ya que son los que mejor se adecuan con su tono de piel.
Las castañas tienen un mayor campo de actuación y pueden probar con toda la
gama de los beige y los tostados. Las morenas deben buscar los tonos más dorados y las pelirrojas
han de decantarse por las gamas melocotón, ya que son las que aportan más
calidez a su tez.
-Según la época del año:
Durante los meses fríos del otoño y el invierno, el tono de la piel se aclara,
y hay una mayor tendencia a emplear tonos porcelana y marfil para lograr un
look más natural. También funcionan muy bien los rosados, para dar un aspecto
saludable a la piel. En verano y primavera las tonalidades se aproximan más a
los tierra, rosas y naranjas. Los terracota combinan perfectamente con el
bronceado ya que contienen pigmentos dorados y naranja, que se adecuan muy bien
a todos los tipos de piel.
-Según el momento del
día:Tanto respecto al tono como a la cantidad de producto aplicada, las bases
de día deben seguir siempre la premisa de la naturalidad, por lo que las más
indicadas son aquellas ligeras y matizadas con un ligero toque de polvos sueltos,
que las mantenga fijas e inamovibles durante más horas e impida la aparición de
brillos. Por la noche están más indicadas las texturas untosas y cubrientes,
preferiblemente con acabado semi mate o mate para disimular las líneas de
expresión y los rasgos de cansancio acumulados durante el día que pueden
hacerse ahora más evidentes.
La técnica, en cuatro pasos
El secreto de la correcta
aplicación de una base de maquillaje es conseguir que la piel luzca… como si
no fuera maquillada. Esto se puede lograr fácilmente siguiendo fielmente estos
pasos:
1-Sobre la
piel limpia y perfectamente desmaquillada, aplicar una hidratante adecuada al
tipo de epidermis y dejar que penetre totalmente antes de pasar a la base.
2-Cubrir
ojeras, manchas, granitos y demás imperfecciones con la ayuda de un corrector o
su versión más moderna, los iluminadores. Para que el producto se difumine
bien, extenderlo con el dedo anular por la línea de las pestañas y la esquina
interior del ojo.
3-Aplicar
la base en pequeñas cantidades. Lo ideal es empezar dando pequeños toques
debajo de los ojos y sobre el hueso del pómulo, extendiéndola hacia el exterior
del rostro. De esta manera, se cubren primero las zonas menos uniformes de la
cara. Después, con los dedos o con la ayuda de una esponja, se aplica el
producto por el rostro del cutis. La clave es ir de menos más, fundiendo la
base en la piel mediante unos ligeros toques con los dedos.
4-El broche
final, sobre todo en las pieles mixtas o grasas o cuando vamos a pasar muchas
horas con el maquillaje puesto, es dar un ligero toque de polvos sueltos
repartidos por todo el rostro. De esta forma, se consigue a la vez un acabado
mate y una mayor durabilidad del producto.
Maquillaje de fiesta: perfecta hasta al amanecer
En estas fechas, hasta las defensoras más acérrimas del look
?cara lavada? sucumben a los encantos (o a la necesidad) de ir maquilladas, y
entre los cosméticos que se emplean para ello, la base juega un papel
determinante, ya que de su correcta elección y aplicación va a depender que se
luzca un aspecto impecable durante muchas horas. Para ello, primero hay que
preparar la piel, limpiándola, tonificándola y recurriendo a los productos
?mágicos? de belleza inmediata, que rellenan a las células de la epidermis de
agentes hidratantes y humectantes, haciendo que éstas ?se hinchen?, con lo que
las arrugas y huellas de cansancio se difuminan Después, hay que seguir un
orden de aplicación del resto de los productos,
dedicando el tiempo necesario a cada uno de ellos, trabajándolo y difuminándolo hasta que se fije en la piel. El orden a
seguir es: antiojeras y corrector, base,
polvos, párpados, cejas, pestañas, colorete (si es en crema debe aplicarse
antes que los polvos), labios y toque final.En cuanto a las tendencias, se
llevan las pieles muy trabajadas, con una base de maquillaje casi inperceptible
en la que, sin embargo, se admiten «licencias festivas» como los
halos perlados.