Más
problemas de salud por las altas concentraciones de contaminación en la
atmósfera; incremento de las enfermedades transmitidas por ciertos insectos, y
aumento de la mortalidad a causa de las olas de calor, más frecuentes e intensas:
éstos son los principales efectos que, según los expertos, está produciendo el
cambio climático sobre nuestra salud

Tanto los especialistas en la materia como
los organismos competentes lo llevan advirtiendo desde hace un tiempo: el clima
está cambiando, lo puede acarrear serias consecuencias para la salud humana.
Términos como ?capa de ozono? o ?efecto invernadero? poco a poco se han ido
convirtiendo en familiares, pero no ha sido hasta los últimos años cuando los
de que habitamos en las sociedades llamadas desarrolladas hemos empezado a
verle ?las orejas al lobo?: olas de calor cada vez más frecuentes -y
mortíferas-; niveles de sequía que alcanzan niveles preocupantes; catástrofes
naturales de magnitudes impresionantes y extensión de enfermedades que hasta
ahora eran patrimonio de zonas exóticas y vacacionales. Según ha afirmado la doctora Kerstin Leitner, subdirectora general del departamento de
Desarrollo Sostenible y Ambientes Saludables de la OMS
durante la
presentación de uno de los estudios que este organismo ha realizado sobre la
incidencia del cambio climático en la salud, ?cada vez hay más pruebas de que
las variaciones del clima mundial tienen profundos efectos en la salud y el
bienestar de los ciudadanos.

Las consecuencias de un clima enfermo

  1. Ya a finales del siglo XIX 
    se empezaron a realizar mediciones de la temperatura mundial,
    demostrándose que a lo largo del siglo XX, como promedio, el aumento de la temperatura fue de
    0,6º C. Fue entonces cuando se empezó a hablar de ?efecto invernadero?,
    esto es, la elevación de la temperatura del planeta producida, entre otros
    factores, por la acción de gases como el dióxido del carbono.
  2. Asimismo, el nivel del mar
    ha crecido
    de 10 a 12 centímetros, lo que, según los expertos, es
    debido a la expansión de océanos cada vez más calientes. Respecto a este
    siglo, y debido a las condiciones de vida actual, las previsiones no son
    nada halagüeñas: si no se ponen los medios para reducir las emisiones de
    gases nocivos, la temperatura global puede aumentar entre 1,4ºC y 5,8º C
    antes del 2.100. Esto se traduciría en unas condiciones climáticas
    extremas, con olas de calor más fuertes y más frecuentes.
  3. Las irregularidades que el cambio climático produce sobre las
    precipitaciones hace que cada vez sean más frecuentes los fenómenos
    meteorológicos extremos, como es el caso de las inundaciones y las sequías.


Así afecta a la salud

: además de las lesiones físicas y el aumento de los cuadros
diarreicos, las inundaciones pueden producir un sobrecrecimiento de hongos, lo
que a su vez aumenta la incidencia las patologías respiratorias. Asimismo,
tanto las inundaciones como las sequías tienen efectos adversos sobre la salud
alimentaria y sobre la higiene, ya que favorecen la contaminación del agua
potable con materiales pesados, fertilizantes de cultivos y lodos, con lo que
aumenta la propagación de enfermedades infecciosas tanto por consumo directo
del agua como por la ingesta de alimentos que hayan estado en contacto con las
mismas.

  1. Alteraciones en los fondos marinos:
    las fluctuaciones de temperatura, los efectos del transporte de
    contaminantes a larga distancia y los vertidos de aguas residuales de
    industrias favorecen la aparición de algas nocivas que portan toxinas, las
    cuales, al ser digeridas por los peces y moluscos, se transmiten al ser
    humano cuando se consumen.


Así afecta a la salud:
se corre el riesgo de envenenamiento por biotoxinas. Además, los
cambios en la cantidad y calidad de las aguas superficiales, debido al
calentamiento marino, también producen otros efectos sobre la salud,
fundamentalmente enfermedades diarreicas.

  1. Más polución: parece ser que el
    impacto de algunos contaminantes sobre la salud es más intenso en las
    temporadas en las que las temperaturas son más altas, y lo mismo ocurre
    con los valores de ozono, los cuales se elevan a medida que aumenta la
    temperatura.


Así afecta a la salud

: la incidencia de estas partículas contaminantes, unido a la elevada
temperatura, perjudica especialmente a los pacientes con enfermedades
respiratorias, registrándose a menudo un aumento de los casos de asma,
bronquitis y dolor torácico.

  1. Alergenos: los inviernos cada
    vez son más templados, lo que produce un inicio más temprano de la
    polinización y puede aumentar las concentraciones ambientales de
    determinados alergenos. Además, cada vez está más claro el papel que
    juegan las partículas desprendidas por los motores diesel, ya que
    incrementan hasta 27 veces la capacidad del polen de producir alergia.


Así afecta a la salud

: en los últimos tiempos se han incrementado en las ciudades los casos
de rinitis alérgicas y el asma bronquial, así como la intensidad y duración de
los síntomas.

Olas de calor: aviso a veraneantes

Se sabe que las temperaturas extremas (tanto
altas como bajas) pueden causar alteraciones fisiológicas y daños a diferentes
órganos, provocando la enfermedad y en muchos casos llevando a la muerte. Además,
el efecto letal de estas subidas extremas de las temperaturas es mayor si la
ola de calor coincide con el inicio del verano (cuando la población aún no ha
podido aclimatarse al cambio térmico) y, también, si ésta es de larga duración
y si las temperaturas nocturnas se mantienen elevadas. Hay dos situaciones en
las que los efectos de la ola de calor pueden ser especialmente nocivos:

  1. Por un lado, en los habitantes
    de las ciudades
    , debido al llamado ?efecto de isla de calor urbano?,
    es decir, la liberación nocturna del calor almacenado durante el día en el
    cemento, el asfalto, el hormigón y los materiales metálicos.
  2. Por otro lado, las olas de calor suponen una situación de alerta
    máxima para los niños y sobre todo
    para las personas mayores
    , especialmente para aquellas con problemas
    cardíacos o respiratorios, especialmente vulnerables ya que el calor
    extremo puede exacerbar estas condiciones preexistentes.

Evitar
el golpe de calor

El trastorno más grave producido por las
temperaturas elevadas es el llamado golpe de calor, que
se produce cuando, debido a la acción directa y prolongada del sol, el
organismo es incapaz de regular su propia temperatura, dándose una situación de
desajuste térmico, que se traduce en un aumento
brusco y sostenido de la temperatura corporal acompañado de fiebre, dolor de
cabeza, mareos, náuseas, vómitos, congestión facial, calambres musculares y
convulsiones; sensación de fatiga y sed intensa
, entre otros.

Para combatirlo hay que  colocarse en un lugar fresco y fuera del
alcance del sol. En los casos leves es útil aplicar compresas frías en la
cabeza, cuello, tórax, brazos y muslos, para hacer descender cuanto antes la
temperatura. Es muy importante beber abundante agua y otros preparados
isotónicos, aunque hay que evitar las bebidas excesivamente frías e intentar la
ingesta de líquidos poco a poco, nunca 
de golpe.

Cómo protegerse

    • Aumentando la ingesta de líquidos sin esperar
      a tener sed, para mantener así una hidratación adecuada.
    • Evitando las bebidas alcohólicas, las muy
      azucaradas o las que contengan cafeína. Éstas últimas causan una pérdida
      mayor de líquidos corporales.
    • Evitando las comidas muy copiosas.
    • Reduciendo la actividad física.
    • Descansando con frecuencia a la sombra.
    • Permaneciendo en espacios ventilados o
      acondicionados.
    • Prestando especial atención a niños, ancianos
      o enfermos.

Enfermedades infecciosas

En peligro de expansión

En peligro de expansión

Uno de los informes más recientes de la OMS
sobre las repercusiones del cambio climático en la salud lo ha dejado claro: el
2,4 por ciento de todos los casos de diarrea que existen en el mundo y el 2 por
ciento de los casos de malaria se deben al cambio climático y, más
concretamente, al calentamiento de la tierra. La razón es la siguiente: el
aumento de la temperatura, unido a otros factores como los cambios en las
precipitaciones (que pueden dar lugar tanto a inundaciones como a sequías),
influyen en el comportamiento, desarrollo y reproducción de insectos como
mosquitos, garrapatas y moscas, los cuales son transmisores de ciertas
enfermedades infecciosas.

Por tanto, los cambios climáticos inciden
directamente en el aumento de los brotes de estas enfermedades, así como en su
expansión:

  • Malaria: producida por la picadura de un mosquito, sus síntomas son
    repetitivos: se manifiesta principalmente con fiebre, escalofríos y
    sudores.
  • Dengue: se trata de una patología viral transmitida por un mosquito
    cuyos síntomas se parecen a los de una fuerte gripe y que, en algunos
    casos, produce hemorragias internas que pueden llevar a la muerte.
  • Encefalitis: se trata de la irritación e hinchazón del cerebro producida
    frecuentemente por una infección viral y cuyos síntomas son fiebre, dolor
    de cabeza, vómitos, fotofobia…
  • Virus del Nilo
    Occidental:
    presenta síntomas
    similares a la gripe: fiebre; dolor de espalda, de cabeza y muscular;
    náuseas, irritación de la garganta… En 
    sus formas más severas puede derivar en una encefalitis
  • Enfermedad de
    Lyme:
    es transmitida por una garrapata, y se
    trata de una patología inflamatoria aguda caracterizada por cambios en la
    piel que se presentan junto a síntomas similares a los de la gripe, entre
    los que destaca la fiebre recurrente.

Cómo protegerse

    1. Tal y como han recomendado los expertos
      reunidos recientemente en las III Jornadas de Medicina del Viajero,
      celebradas en Lisboa, los españoles que viajan a zonas tropicales donde
      se ha producido un rebrote de estas patologías, perciben como bajo el
      riesgo de contraerlas y no toman las medidas de prevención adecuadas.
      ?Entre las enfermedades más graves que se pueden adquirir en estos
      destinos destaca la malaria,
      una dolencia que se puede prevenir mediante tres pasos sencillos: conocer
      lo que es la enfermedad, cómo se transmite y cómo se manifiesta; ser
      consciente de la necesidad de establecer una barrera con repelente de
      mosquitos y, por último, saber que existen pastillas para prevenirla, las
      cuales deben tomarse generalmente durante una semana antes y cuatro
      semanas después de volver del destino de riesgo?, ha explicado el doctor Rogelio López-Vélez, jefe de
      la Unidad de Medicina Tropical y Microbiología Clínica del Hospital Ramón
      y Cajal, de Madrid,
      y codirector de estas jornadas.
    2. Respecto a la prevención de las otras
      patologías, los expertos reunidos en Lisboa han coincidido en resaltar la
      importancia de una adecuada información tanto sobre los riesgos de la
      zona a visitar como respecto a las vacunas y otras medidas de protección
      necesarias. Para ello, lo mejor es ponerse en manos de un experto:
      farmacéutico, médico de atención primaria o los centros de vacunación
      internacional.

España los próximos años

  • Según los expertos que han participado en la elaboración del
    informe Evaluación Preliminar de los Impactos en España por efecto del
    Cambio Climático
    , realizado al amparo del convenio de colaboración
    entre el Ministerio de Medio Ambiente y la Universidad de Castilla-La
    Mancha, el clima de España sufrirá durante los próximos años cambios más
    que notorios, sobre todo en su temperatura, y se volverá más cálido.
  • Habrá un cambio en las precipitaciones, con una tendencia a la
    baja.
  • Aumento de la morbi-mortalidad causada por olas de calor, más
    frecuentes en intensidad y duración durante los próximos años.
  • Aumento previsible de las partículas finas y del ozono, los
    cuales pueden agravar los problemas de salud derivados de la presencia de
    altas concentraciones de estos gases en la atmósfera.
  • Extensión geográfica de vectores (insectos y microorganismos) ya
    establecidos o por la implantación e instalación de otros de origen
    subtropical adaptados a sobrevivir a climas menos cálidos y más secos.
    Entre las patologías más susceptibles de incrementar su incidencia en
    España están las transmitidas por mosquitos (dengue, malaria, enfermedad
    del Nilo Occidental) o garrapatas (encefalitis).
  • Asimismo, los mayores de 65 años serían el grupo de población más
    vulnerable al incremento de la mortalidad por estas temperaturas extremas.
    Los ancianos, las personas que padecen bronquitis crónica, asma o
    enfermedades cardiovasculares son asimismo los grupos de población más
    vulnerables al incremento de los contaminantes atmosféricos.

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Redacción Consejos

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