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La resistencia a los antibióticos es un problema mundial que nos afecta a todos. Ser conscientes de este problema y poder llegar a resolverlo es un proceso largo pero posible.
Por Irene González Orts @boticonsejos
Durante la temporada invernal es frecuente que los pacientes pregunten por antibióticos en la oficina de farmacia o piensen que es la única solución al catarro que sufren. Entre otros nuestro deber es informar de la importancia del buen uso que los pacientes deben realizar con respecto a los antibióticos para evitar problemas mundiales en el futuro.
¿Qué datos disponemos sobre resistencias a antibióticos?
Podemos pensar que este problema no es algo que nos afecte, pero según un estudio del ECDC publicado en The Lancet Infections Diseases las resistencias a los antibióticos causaron 33.000 muertes en Europa en 2015. En España las muertes ascienden a 3.000 según la CMBD. Así que es un problema creciente que debemos de trabajar desde cualquier punto del sistema sanitario y por ello debemos estar ahí, cerca de nuestros pacientes y aportando nuestro granito de arena a este problema mundial.
Pero no todos son datos negativos, según el Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (MSCBS) en España se registró una bajada del 7,2% entre el 2015 y 2018 del consumo total de antibióticos en el ámbito de la salud humana, en el veterinario esta baja fue del 32% entre 2014 y 2017.
La postura de la OMS respecto a la resistencia a los antibióticos
Para la OMS la resistencia a los antibióticos tiene alta prioridad. La Asamblea Mundial de la Salud aprobó en mayo de 2015 un plan con objetivos mundiales sobre la resistencia antibiótica.
Este plan a largo plazo contiene cinco puntos:
- Mejorar la sensibilización y conocimientos sobre la resistencia a antibióticos en la población.
- Reforzar la vigilancia y la investigación.
- Reducir la incidencia de las infecciones.
- Optimizar el uso de los antibióticos.
- Asegurar una inversión sostenible en la lucha contra la resistencia antimicrobiana.
Tras ver estos objetivos y con la inminente llegada de la temporada invernal, ¿qué puede hacer la farmacia para trabajar estos objetivos? Este problema es algo que a todos nos va a suponer un esfuerzo, pero si lo hacemos en conjunto los resultados tendrán grandes beneficios.
Aunque poco a poco la población va cambiando su pensamiento en torno a que los antibióticos sirven para curar un simple resfriado es importante seguir insistiendo para reducir la cifras que antes se han comentado.
El farmacéutico es el profesional sanitario al que el paciente acude frente al primer síntoma de enfermedad, entre otros motivos por la gran accesibilidad. Por ello es nuestro deber informar y educar al paciente cuando viene.
Existen muchas formas de informar al paciente sobre cómo podemos reducir las resistencias a los antibióticos, pero entre las más destacables según la OMS podemos encontrar las siguientes.
¿Qué podemos hacer desde la farmacia comunitaria?
- Informar y concienciar a los pacientes sobre la importancia del uso correcto de los antibióticos durante la dispensación.
- Recomendarles retirar al punto SIGRE la medicación que no van a utilizar tras finalizar el tratamiento. Así evitarán tentaciones en el futuro.
- Informar sobre la duración y la posología del tratamiento, dejando clara esta información al paciente.
- Aconsejar a los pacientes que lleven una buena rutina de higiene (limpieza de manos, corporal y entorno).
- Recordar a los pacientes que no deben solicitar en las farmacias antibióticos sin receta.
- Dar la información suficiente para que el paciente sea consciente de que los antibióticos no son eficaces frente a virus y gripes.
- Recordar mantener al día el calendario vacunal.