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Un estudio con el aval científico de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y promovido por Roche Farma España se ha centrado en cómo mejorar el control de la Esclerosis Múltiple (EM) investigando aquellos factores que dependen del médico y afectan a su toma de decisiones. Los datos de este trabajo revelan que el 68% de los neurólogos españoles pueden presentar inercia terapéutica en la toma de decisiones con respecto al tratamiento de esta patología crónica del sistema nervioso central. El estudio DIScUTIR MS (Inercia terapéutica en el cuidado de la esclerosis múltiple: lecciones aprendidas de economía conductual) fue seleccionado por el comité científico de ECTRIMS para ser discutido en la sesión plenaria de «Clinical Highlights» del Congreso del Comité Europeo para el Tratamiento e Investigación en Esclerosis Múltiple (ECTRIMS) celebrado recientemente en Londres. Allí se hizo referencia a la inercia terapéutica como uno de los principales factores negativos que pueden influir en una mejor evolución clínica de la EM (Profesor Michael Hutchinson, Universidad de Dublín, Irlanda).
Se entiende que hay inercia terapéutica (IT) cuando no se modifica el tratamiento de pacientes con evidencias clínicas y radiológicas de que la enfermedad está activa. Como indica el doctor Gustavo Saposnik, del Departamento de Neurología del Hospital St. Michael’s de Toronto (Canadá), Investigador Principal del estudio, es necesario investigar los factores dependientes del profesional y no sólo los correspondientes al paciente (edad, gravedad de la EM, número de lesiones observados en resonancia magnética, curso evolutivo…) y al sistema sanitario (experiencia y naturaleza del centro, volumen anual de pacientes…). “Los que dependen del profesional son los menos estudiados; nuestro objetivo ha sido mostrar en qué medida factores como el sesgo personal del especialista, su tolerancia a la incertidumbre o su aversión a la ambigüedad pueden conducir a la IT”, añade el doctor Saposnik.
Concretamente la aversión a la ambigüedad y la baja tolerancia de los médicos a la incertidumbre fueron los factores que más contribuían a la IT. Esta actitud fue, según el doctor Ángel Pérez Sempere, del Servicio de Neurología del Hospital General Universitario de Alicante (España) y coautor del estudio, hasta siete veces más común entre los médicos con aversión a la ambigüedad y cuatro veces más frecuente entre aquellos con baja tolerancia a la incertidumbre. “El dato de IT entre los profesionales españoles llama la atención si tenemos en cuenta los casos clínicos que debían evaluar los médicos participantes y que incluían progresión clínica y radiológica de la enfermedad”, comenta el doctor Pérez Sempere.