¿Qué es la diabetes?
La diabetes, más
que una sola enfermedad, es un conjunto de enfermedades progresivas crónicas
que se caracterizan por un aumento en la cantidad de azúcar o glucosa en la
sangre, lo que se conoce como glucemia. Hay dos tipos principales de diabetes:
1 y 2.
Los diabéticos de tipo 1 no suelen
producir insulina, una hormona fundamental en el organismo porque regula la
forma en que el organismo utiliza la glucosa.
Los diabéticos de tipo 2 no producen
insulina suficiente o no pueden utilizarla de manera adecuada. Se caracteriza porque:
- Se deterioran las células del
páncreas que segregan la insulina, agravándose la enfermedad con el paso
del tiempo. - El hígado produce demasiada glucosa.
- Se reduce la acción de las hormonas
que segregan la insulina cuando tomamos alimentos. Por eso no pueden
contrarrestar el exceso de producción de glucosa. - El organismo pierde la capacidad de
utilizar la insulina de manera adecuada.
Síntomas y complicaciones
Una persona
puede sospechar que padece diabetes tipo
2 si tiene mucha sed, pierde peso, tiene hambre después de comer, padece
náuseas o vómitos, orina frecuentemente, tiene la boca seca, sensación de
cansancio, visión borrosa, entumecimiento u hormigueos en las manos o los pies,
o infecciones frecuentes de la piel, las vías urinarias o la vagina.
En cuanto a las
complicaciones, la diabetes
puede tener complicaciones a varios niveles: cerebro y circulación cerebral (enfermedad cerebrovascular);
los ojos (retinopatía); el corazón
(cardiopatía coronaria); el riñón (nefropatía); las extremidades inferiores (vasculopatía periférica); el sistema nervioso periférico
(neuropatía, que es causa de pérdida de sensibilidad e impotencia); o el conocido pie diabético que puede llevar a la aparición de úlceras o incluso a
la amputación.
Tratamiento de la diabetes tipo 2
- No farmacológico: consiste en dieta
y actividad física, aunque a menudo no resultan suficientes y se precisan
fármacos. - El objetivo principal del
tratamiento con fármacos es regular las concentraciones de glucosa en la
sangre (glucemia). Los principales
tratamientos orales e inyectables son: las llamadas sulfonilureas (SU), la metformina (MET), las tiazolidinadionas (TZD) y las inyecciones de insulina. Aunque
los diabéticos tipo 2 no dependen de la insulina para sobrevivir, casi
un 30% necesita insulina para reducir las cifras de glucemia.Es importante saber que muchos
tratamientos pueden producir aumento de peso, hipoglucemia (glucemia muy
baja) y efectos secundarios en el aparato digestivo.
Las novedades
Se están
incorporando nuevos tratamientos para la diabetes tipo 1 y 2 como los llamados miméticos de incretinas (que imitan el
efecto de las incretinas ?hormonas segregadas por el páncreas para disminuir la
glucemia en el organismo) y las insulinas inhaladas, una forma
de administrar la insulina sin necesidad de inyectarla. También están empezando
a aparecer en algunos países los llamados inhibidores de la DPP-4, medicamentos oralesqueactúan
en respuesta a las necesidades del organismo para regular las concentraciones
de glucosa y son fármacos con menos efectos secundarios que los tradicionales.
–
SOLO SU MÉDICO PUEDE PRESCRIBIRLE UN
TRATAMIENTO ESPECÍFICO PARA LA DIABETES
–
SIGA SIEMPRE LAS INDICACIONES DEL MÉDICO
SOBRE EL USO DEL TRATAMIENTO
–
HABLE CON ÉL SI SUS MEDICAMENTOS NO
CONTROLAN LA GLUCEMIA O SI APARECEN EFECTOS SECUNDARIOS
–
NO DEJE EL TRATAMIENTO SIN CONSULTARLO
ANTES CON SU MÉDICO
Y, SOBRE TODO, NO SE QUEDE
CON DUDAS SOBRE SUS MEDICAMENTOS.