- Apenas si le veo
- ¡Hombre, con esas gafas tan oscuras que lleva!
- Es que mire cómo tengo el ojo.
- ¿Qué le ha ocurrido?
- Que me ha dado la lata?
- Ya veo que es una molestia muy latosa
- ¡No! es que ha sido con una lata
- ¿Le han dado un latazo?
- Me están dando el latazo desde esta mañana
- Eso me lo imagino, pero a lo que me refiero es si ha sido un golpe con una lata.
- Es que, verá. Fue al abrir una, y nada más que metí el abridor salió disparado un chorro que me dio de pleno en el ojo.
- ¿Estaba abombada?
- ¿Abombada? ¡Era una bomba!
- No habrá usado el contenido.
- Entre el susto y el dolor se me quitó el hambre.
- ¿De qué era la lata?
- De aluminio o lo que sea? vamos, metálica.
- ¡Hombre, eso ya lo sé yo!
- Es que también las hay de cristal que por cierto?
- Pero ya no se considera una lata.
- ?le decía que la de cristal se me cayó al suelo y recogiéndola me corté un dedo? mire.
- Ya veo, pero lo que columbro es que no se le da bien la cocina.
- Llevo viviendo tres meses solo y estoy cansado de comer fuera.
- Mire lo del ojo, así, a primera vista, no tiene mayor importancia. Es una irritación de la conjuntiva como consecuencia del producto agresivo que le entró. Por cierto, no me ha dicho qué era.
- Era atún.
- Conserva peligrosa.
- Como que conservo el ojo de milagro.
- Le veo preocupado con el ojo y el milagro es que no haya comido el atún.
- ¿Tan peligroso es el atún?
- Si está en malas condiciones, sí.
- Como cualquier otro alimento.
- No exactamente. Mire, en el caso de las conservas el tema traspasa la simple intoxicación, puede ser mortal.
- ¡Caray!
- Hay determinados alimentos que mal enlatados producen una toxina letal.
- ¿Bacterias?
- Las bacterias, aún no siendo habitual, pueden encontrarse en las conservas por un mal proceso de esterilización y al producir una alteración del aspecto y olor del alimento, es difícil que el consumidor las tome. Pero no es el caso al que me refiero.
- ¿Hay algo peor?
- Las toxinas, como le he dicho, generadas por algunas bacterias y que pueden ser indestructibles.
- Pero también alterarán el alimento.
- Ése es el peligro, puesto que pueden no detectarse organolépticamente.
- ¿Y qué bicho es ése?
- Pues, por ejemplo, el Clostridium botulinum.
- Hábleme en cristiano.
- Una bacteria que libera una sustancia extremadamente peligrosa, ya que en mínimas cantidades puede producir la muerte, por botulismo, de muchas personas.
- ¿Y cómo se puede detectar?
- Como le he dicho. En el caso de las conservas viendo si el envase tiene un aspecto alterado.
- O sea, que me he podido llevar un disgusto.
- Efectivamente. Así que mucho ojo.
- Pues a propósito de ojo. Ya que sigo vivo, ¿qué me manda para el mío?, porque ya que he salvado la vida quisiera conservar también la vista.
- ¡Y dale con el ojo! ¡Jesús, qué hombre!