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Los profesionales de Enfermería juegan un papel clave en la atención a los pacientes con esquizofrenia; desde los cuidados de la salud física, hasta ser un elemento clave en su recuperación global, como se ha puesto de manifiesto en el simposio que Janssen ha celebrado en el marco del XXXIV Congreso Nacional de Enfermería de Salud Mental, celebrado en Murcia en el mes de abril.
Patricia Lana, enfermera de la Unidad de Salud Mental Santa Cruz-Salamanca, del Hospital Universitario Nuestra Señora de La Candelaria, de Santa Cruz de Tenerife, ha sido la encargada de impartir este simposio –con unos 400 asistentes- en el que se ha subrayado el papel de la Enfermería como pieza clave en la atención integral y la recuperación global de estos pacientes. “Los enfermeros de las Unidades de Salud Mental son los profesionales más cercanos al paciente. Desde que recibe el diagnóstico de un trastorno mental grave, el enfermero establece una relación terapéutica con el paciente con el fin de facilitar su mayor recuperación”, destaca Lana, al tiempo que resalta que “la frecuencia de las visitas a la consulta de Enfermería es mayor que a las de otros profesionales, ya sea para seguimiento, administración del tratamiento, educación sanitaria, realización de analíticas, participación en grupos psicoeducativos, etc., por lo que el enfermero se convierte en el profesional de referencia y confianza al que el paciente o su familia pude acudir cuando lo necesiten”.
Se calcula que entre el 50 y el 70% de los pacientes con esquizofrenia y otros trastornos mentales graves presentan comorbilidades físicas, siendo las más frecuentes las de tipo cardiovascular y metabólico, lo que se traduce en una reducción de la esperanza de vida (hasta un 20% con respecto a la población general) así como de la calidad de los años vividos.
“Si a los cuidados especializados de salud mental añadimos un programa de cuidado de la salud física observamos mejorías significativas en su calidad de vida, mejorando en la mayoría de los casos condiciones propias de los pacientes como el sobrepeso, el sedentarismo, los hábitos higiénicodietéticos erróneos o el tabaquismo”, destaca Lana, en cuya ponencia ha expuesto la mejoría en todos estos parámetros en una cohorte de pacientes estabilizados con tratamiento inyectable con fármacos antipsicóticos de liberación prolongada (cuya administración se puede realizar cada mes o trimestralmente) que acuden habitualmente a las consultas de Enfermería con más de cinco años de seguimiento en el ‘Programa de Salud Física’.
A juicio de Patricia Lana, el papel de los enfermeros es crucial en la adherencia al tratamiento por motivos diferentes: “En primer lugar, en cada administración se valora al paciente y se refuerzan positivamente los logros alcanzados, también el paciente nos percibe como más accesibles que al psiquiatra a la hora de plantear determinadas dudas y a través de la resolución de estas cuestiones el paciente reafirma su alianza terapéutica”.