También en Europa
Estados Unidos enfrenta una grave crisis de salud pública relacionada con el consumo de fentanilo, responsable de aproximadamente el 70% de las muertes por sobredosis en 2022. Aunque Europa y América Latina aún no enfrentan una crisis de igual magnitud, el consumo está en crecimiento.
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¿Qué es el fentanilo? ¿por qué encabeza las listas de las drogas más consumidas en el mundo? ¿Se puede hablar de crisis mundial asociada al consumo ilícito de esta droga? ¿Qué países están implicados en su producción? A estas y otras muchas preguntas nos responde Patricia Guillem, Catedrática de Epidemiología, Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Europea de Valencia.
El fentanilo es un opioide sintético similar a la morfina, pero 50 a 100 veces más potente. Aunque en su origen se destinara únicamente para usos médicos, en la actualidad también se fabrica y se usa ilegalmente, al ser más fácil de conseguir que otros opioides como la heroína. Ello unido a que permite la mezcla con otras sustancias en la conformación de drogas ilegales adulteradas, expone a los usuarios a sus efectos y riesgos en ámbitos de ocio nocturno, llegando a producir incluso la muerte por sobredosis. Patricia Guillem, Catedrática de Epidemiología, Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Europea de Valencia, nos explica a qué usos médicos se destina y cuáles son los efectos que la han convertido en una de las drogas recreativas más utilizadas en la actualidad.
Una crisis que viene de lejos
La crisis actual del fentanilo que vive Estados Unidos se originó en realidad a finales de los años 90 debido a la permisiva prescripción de oxicodona e hidrocodona. “El abuso generalizado de estos opioides recetados en las décadas de 1990 y 2000 ayudó a crear una gran población de personas dependientes, que luego, cuando los opioides recetados se volvieron más difíciles de obtener, buscaron alternativas en el mercado negro, lo que llevó al auge de la heroína y, eventualmente, al fentanilo. A medida que las políticas gubernamentales intentaron controlar la prescripción de medicamentos recetados, las redes de distribución ilegal de drogas buscaron alternativas más potentes y rentables, y el fentanilo se convirtió en una de las opciones preferidas”, explica Patricia Guillem.
Qué es el fentanilo y dónde se fabrica
Según explica Guillem, aunque el fentanilo utilizado como medicamento es producido y regulado en fábricas legales bajo estrictos controles en EEUU y algunos países de Europa, el fentanilo ilícito es fabricado en instalaciones clandestinas. Hablamos de un opioide totalmente sintético y económicamente accesible que ha ganado terreno debido a la facilidad de su síntesis, a la posibilidad de mezclarse con otras sustancias adictivas y a su superioridad en cuanto a la potencia de acción. Estas características (elevada potencia y bajo costo de producción), lo han convertido en un sustituto peligroso, alimentando aún más la crisis de sobredosis que afecta a Estados Unidos en la actualidad. “De hecho, gran parte del fentanilo que circula de forma ilícita en Estados Unidos se fabrica en laboratorios clandestinos de México (Sinaloa), que utilizan materias primas procedentes de China, país que durante mucho tiempo ha sido el principal productor y exportador de precursores químicos que se venden a traficantes en otros países para la fabricación de fentanilo”, explica Patricia Guillem. De hecho, México ha emergido como un centro clave en la producción de fentanilo ilícito y las organizaciones criminales mexicanas, como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), han comenzado a fabricar fentanilo en laboratorios clandestinos dentro del país. “Su introducción en Estados Unidos rara vez es como fentanilo puro: lo más habitual es encontrarlo como adulterante en otras drogas ilegales como la heroína, la cocaína o las anfetaminas. Asimismo, se ha hecho popular el contrabando de analgésicos conocidos (oxicodona, hidrocodona) que contienen clandestinamente fentanilo, para suplir la falta de prescripción de esta sustancia, y también para fidelizar al consumidor”, explica Guillem.
Miles de muertes por sobredosis
En 2022, de las 107.941 muertes por sobredosis registradas en EEUU, aproximadamente el 70% estuvieron relacionadas al fentanilo. Otro país en el que también han aumentado significativamente los casos de sobredosis es Canadá, mientras que México resulta clave en la ruta de tráfico de la droga y su consumo ha aumentado localmente. En Rusia se declaran con problemas de consumo general de opioides, incluido el fentanilo y se señala a China como un origen importante de los precursores químicos para su producción ilícita. Las tendencias y preocupaciones globales se extienden a Europa y Latinoamérica donde el consumo ilícito y los casos de abusos están comenzando a emerger. Aunque también es consumido en España, nuestro país se libra por el momento de lo que ya se conoce en el mundo como “la crisis del fentanilo”. Según explica Guillem, “la principal razón por la que aquí no se ha producido una crisis similar estriba en el hecho de que en nuestro país tenemos receta electrónica y el acceso al sistema sanitario es universal y gratuito”.
Los peligros asociados a esta droga “adulterante”
- Por qué se ha convertido el fentanilo en una droga recreativa. Cuáles son sus efectos.
Al igual que la heroína y la morfina, el fentanilo se une a los receptores opioides que se encuentran en áreas del cerebro que controlan el dolor y las emociones. Sus efectos más deseables incluyen: felicidad extrema, euforia intensa, alivio del dolor físico y emocional, aletargamiento. Sin embargo, otros efectos más negativos generarán náuseas, confusión, estreñimiento, sedación, adecuación o tolerancia, adicción, e incluso paro respiratorio, pérdida del conocimiento, coma y muerte. La accesibilidad y el bajo costo en algunos lugares hace que resulte una droga más fácil de conseguir que otros opioides como la heroína. Sin embargo, la mezcla con otras sustancias en la conformación de drogas ilegales adulteradas expone a los usuarios a sus efectos y riesgos en ámbitos de ocio nocturno, incluso si no lo buscan directamente.
- ¿Y las consecuencias de un uso prolongado?
El fentanilo es altamente adictivo y el uso prologado provoca en el cerebro la necesidad compulsiva de consumirlo llevando a producir tolerancia y a provocar síndrome de abstinencia cuyos síntomas severos aparecen al dejar de consumirlo (ansiedad, vómitos, diarrea, insomnio y dolor muscular). Además, provoca daño físico de diferente índole por sobredosis crónica debido a su potencia, problemas respiratorios por depresión del sistema, falta de oxígeno en el cerebro y daño permanente en órganos vitales. Así mismo, también produce deterioro del sistema inmunitario generando mayor susceptibilidad a infecciones y daño directo en órganos por acúmulo de toxinas en hígado y riñones. Otras consecuencias no menos importantes son el impacto que tiene sobre la salud mental y emocional, ya que produce ansiedad y depresión, así como deterioro cognitivo, psicosis y paranoia. En cuanto al impacto social y económico, es patente, ya que deteriora las relaciones personales, produce problemas financieros y laborales, así como conflictos legales asociados al consumo y a la adquisición de sustancias.
- Cuál es el perfil de los usuarios de un consumo ilícito de esta droga.
Aunque varía según la región y el contexto, en general se observa que las personas que recurren a este opioide tienen características comunes relacionadas con la dependencia a otras sustancias, como alcohol, tabaco y otras drogas; tienen condiciones socioeconómicas precarias (ingresos bajos, desempleo, situación de vivir en la calle o en vivienda precaria) y residen en entornos urbanos y suburbanos. En cuanto a la edad, suele ser común en adultos jóvenes y de mediana edad (25-44 años) aunque los adolescentes también pueden estar en riesgo, especialmente en contextos de consumo recreativo y acceso a píldoras adulteradas. El consumo es más frecuente en el sexo masculino, aunque el número de mujeres está creciendo considerablemente.
- Por qué es normal su comercialización como adulterante en otras drogas ilegales en lugar de como fentanilo puro.
Al ser extremadamente potente permite que, con cantidades muy pequeñas de fentanilo, los traficantes puedan producir efectos muy fuertes, lo que lo hace extremadamente rentable. Incluso una pequeña cantidad de fentanilo puede alterar significativamente la dosis de otras drogas, haciendo que el fentanilo sea más económico para los traficantes que las drogas más caras. Además, es mucho más barato de producir y transportar que la heroína o la cocaína, debido a que se sintetiza de forma química en lugar de extraerse de una planta (como la cocaína o la amapola para la heroína). Esto permite a los traficantes de drogas maximizar sus márgenes de beneficio, vendiendo productos más baratos que pueden generar efectos más intensos.
Usos médicos reconocidos
Según nos explica Patricia Guillem, en su origen, el fentanilo se ha recetado para uso médico con la finalidad de reducir el dolor generado después de una cirugía, aunque algunas veces también se puede emplear en el tratamiento del dolor crónico en pacientes que resultan tolerantes a la acción de otros opioides. Se utiliza en pacientes sometidos a cirugías con postoperatorios dolorosos, pacientes oncológicos y/o con cuidados paliativos y pacientes con patologías con dolor crónico. La forma de administración médica es a través de la vía endovenosa o como un parche que se coloca en la piel de la persona, aunque también puede consumirse de forma inhalada o intraoral mediante comprimidos o tabletas que se chupan. “Si comparamos el fentanilo con el resto de fármacos de la familia de los opioides, vemos que este es una molécula más pequeña y mucho más soluble en lípidos, lo cual permite que atraviese mejor la barrera hematoencefálica, accediendo con mayor facilidad al cerebro. Además de su característica potencia, presenta otras ventajas: como la rapidez para iniciar su efecto. Por vía intravenosa hace efecto en 1-2 minutos, mientras que por vía nasal o sublingual actúa en 5-10 minutos. Esto es de gran interés en pacientes oncológicos que sufren dolor disruptivo (“ataques de dolor” muy rápidos y muy fuertes). Además, las moléculas que se originan cuando es metabolizado por el hígado carecen de actividad farmacológica, de ahí que los efectos de una dosis sean más fáciles de controlar que cuando se utilizan otros fármacos. Presenta una corta vida útil y cuando el hígado lo metaboliza rápidamente, los efectos desaparecen en un corto plazo. Otros opioides inducen una liberación de histamina que produce picor e hipotensión, sin embargo, el fentanilo causa menos de estos efectos adversos”, finaliza la experta.