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El 12 de mayo de cada año se celebra el Día Internacional de la Fibromialgia, enfermedad reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde 1992, y que afecta a entre el 3% y el 6% de la población mundial. Esta enfermedad, que en nuestro país afecta mayoritariamente a mujeres de entre 40 y 49 años; se caracteriza por dolor muscuesquelético, crónico y generalizado de origen desconocido, y para el que no existen otras enfermedades o alteraciones que lo expliquen.
Aunque no existen unos síntomas comunes a todos los pacientes, el 100% de los afectados registran un dolor generalizado de intensidad muy alta como síntoma principal, sobretodo en la zona lumbar y cervical, además de en hombros y caderas. Además, el 75% de las personas afectadas por fibromialgia padecen un cuadro asténico con una fatiga sin causa que lo justifique, síntomas de inestabilidad o mareo, rigidez matutina, o sueño no reparador.
Al tratarse de una patología de origen desconocido no existen pruebas radiográficas o de laboratorio que confirmen objetivamente el diagnóstico. Por este motivo, según afirman desde el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPDFCM), “muchas veces este tipo de problema de salud no está bien enfocado por parte del sistema sanitario, convirtiéndose en ocasiones en el cajón de sastre donde acaba el diagnóstico del paciente cuando no se sabe con certeza lo que padece”.
Tratamiento de la fibromialgia con fisioterapia
Además del tratamiento farmacológico, que ha demostrado paliar parcialmente las dolencias derivadas de la fibromialgia, el tratamiento con fisioterapia ayuda a los pacientes a mejorar y recuperar su condición física, reduciendo la frecuencia e impacto de la sintomatología, y mejorando el nivel emocional. Existen diferentes tratamientos de fisioterapia que pueden realizarse a la hora de tratar a pacientes con fibromialgia, como técnicas de control postural y respiratorio, ejercicios de fuerza, resistencia y flexibilidad.
Además, “caminar en volumen e intensidad adaptada a cada paciente, o pedalear en bicicleta estática a intensidad baja con progresión lenta, contribuye a mejorar su condición física y reducir así el impacto del dolor”, explica José Santos, secretario general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid. Otras técnicas como la punción seca, la terapia miofascial o la acupuntura, que estimula los puntos del cuerpo que registran dolor mediante agujas especiales para esta técnica; son también beneficiosos a la hora de tratar a pacientes con esta patología.
Por otro lado, “evitar tratamientos no convencionales como curanderos o sanadores milagrosos que aprovechan el grado de desesperación y dolor crónico del paciente, y que además no son nada efectivos y pueden acabar poniendo en riesgo la salud del paciente, son también factores fundamentales a la hora de tratar la fibromialgia”, añade José Santos. Además, como complemento al tratamiento fisioterapéutico, una alimentación equilibrada fundamental también en el tratamiento de pacientes que sufren esta patología.