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El mundo de los ingredientes
cosméticos está en constante evolución. Si bien el envejecimiento sigue siendo
el principal foco de atención, también se han conseguido mejoras importantes en
las formulaciones y texturas, con el objetivo de lograr una mayor simbiosis
entre los principios activos y la piel.
La clave está en seleccionar de entre la amplia variedad de sustancias
emergentes cuáles son las que realmente están indicadas para satisfacer las necesidades cutáneas.
Ácidos de nombre a veces impronunciable, diversos complejos e
ingredientes patentados de forma exclusiva por determinadas firmas, etiquetas
cosméticas que nos retrotraen a las lecciones de química del colegio? moverse
con soltura entre los múltiples ingredientes cosméticos que a diario nos
ofrecen distintos sucedáneos del elixir de la eterna juventud no siempre es
fácil, y mucho menos discernir entre tan tentadoras promesas las que son
realmente efectivas y, sobre todo, cuáles resultan más indicadas para las
necesidades específicas de nuestra piel. Además, hay que tener en cuenta que,
al igual que ocurre con muchos principios activos médicos, algunos de los ingredientes cosméticos que
actualmente se perfilan como vanguardistas llevan muchos años en el candelero;
la innovación radica o bien en que se ha
descubierto una nueva aplicación o bien por el papel que juega en una nueva
formulación en la que interacciona con otros principios activos.
La última generación?
La mayoría de los productos cosméticos prometen ?reafirmar?, ?reparar? y
?rejuvenecer?, objetivos que casi todos ellos cumplen a la perfección. Sin
embargo, son pocas las sustancias que han demostrado científicamente la
capacidad para prevenir la aparición de arrugas o eliminarlas, es decir, los
milagros son menos factibles de lo que pueda parecer. Lo que si está claro es
que todas las formulaciones de última generación cuidan la piel de forma eficaz
y, lo que es más importante, todos sus ingredientes son inocuos. Este es el
?estado actual? de los productos de cuidado facial más utilizados:
-Hidratante facial
: Ninguna puede
hacer que las arrugas actuales desaparezcan o prevenir la aparición de otras
nuevas, y tampoco pueden paliar los efectos de la pérdida de gravedad ni del
fotoenvejecimiento. Sin embargo, resultan imprescibles para las pieles más
secas y consiguen que las arrugas y líneas de expresión sean menos evidentes.
Las formulaciones en crema (que generalmente contienen más aceites que agua) y
las lociones (con fórmulas más acuosas) son las mejores opciones, debido a su
elevado contenido en agentes hidratantes. Muchas son además humectantes, esto
es,un tipo de hidratante libre de grasa que reduce la pérdida de agua
reteniéndola en el interior de la piel. Esto ayuda a prolongar los efectos
suavizantes del producto. La mayoría de las hidratantes contienen agua,
glicerina, ácido esteárico y lanolina. Muchas de las formulaciones que se
venden en farmacia contienen también ingredientes botánicos como el aceite de
jojoba o de coco o el ácido linoleico (que ayuda a mantener la capa protectora
externa de la piel intacta a la vez que la nutren). También se incluyen alcohol
acetílico, ácido palmítico y dimeticona, para dar al producto una textura
aterciopelada y transparente.
-Vitaminas y antioxidantes
. En la práctica,
aún quedan algunos cabos sueltos para afirmar con total rotundidad que la aplicación tópica de antioxidantes
proporcione los impresionantes beneficios que las cremas que contienen estos
ingredientes pregonan. La vitamina C, por ejemplo, pierde rápidamente potencia
cuando se expone al aire, mientras que la otra vitamina antioxidante, la E, puede producir reacciones
alérgicas en algunas pieles. También se ha estudiado la efectividad de estos
ingredientes en la protección frente a los rayos UVA y UVB. Lo que sí está claro
es que las cremas que contienen este ingrediente mejoran de forma notable el
aspecto de la piel; y de lo que no hay ninguna duda desde el punto de vista
científico es de la efectividad de estas vitaminas cuando se toman de forma
oral, como suplementos.
-Exfoliantes
. Una de las señas
de identidad que el envejecimiento deja en la piel es la presencia de irregularidades
y un tono apagado, debido a que el proceso de sustitución de las células
muertas de la epidermis por otras nuevas es mucho más lento que en las pieles
jóvenes. Y esta es precisamente la función cosmética que realizan los productos
exfoliantes: la eliminación de las células muertas, lo que permite en cuestión de segundos renovar radicalmente
el aspecto de la epidermis. Los ingredientes estrella de estos productos son
hydroxi-ácidos, fundamentalmente los
alfa , que son capaces de reducir el nivel de pH de la piel, una acción
cosmética que les permite renovar la piel de forma más eficaz que otros
ingredientes como los gránulos o los tónicos exfoliantes. Los alfa
hydroxiácidos (AHAs) se obtienen de las frutas y se pueden encontrar en las
etiquetas de estos productos bajo nombres como el de ácido glicólico, ácido
láctico, ácido málico o extracto de caña de de azúcar. Debido a que estos
ingredientes pueden producir irritación
e incrementar la sensibilidad de la piel frente al sol, la FDA norteamericana (máximo
organismo a nivel mundial en cuanto a a
aprobación de principios médicos y cosméticos) recomienda utilizar sólo
aquellos productos que los incluyan en una concentración del 10 por ciento o
menor y un pH de 3,5 o más (cuanto más bajo es el pH, más ácido es el producto).
-Retinoides
. Por lo general,
las vitaminas no reducen las arrugas, a excepción de la vitamina A, de la que
derivan los retinoides, cada vez más presentes en las formulaciones cosméticas.
La aparición de uno de ellos, el retinol, marcó un hito en el mundo de la
cosmética, ya que es capaz de regenerar y renovar la piel por la síntesis de
colágeno en la epidermis, además de mantenerse estable ante las radiaciones UV
y el oxígeno, lo que lo convierte en un seguro ansiedad.
?. Y los novísimos
–Beta-hydroxiácidos.
Sus beneficios a nivel cutáneo son similares a los de los AHAs pero todo apunta a que suavizan la piel sin
los potenciales efectos irritantes de éstos. El más utilizado es el ácido
salicílico, relacionado directamente con el principio activo de la aspirina y
que, al igual que ésta, posee propiedades antiinflamatorias. También penetran
en la piel de forma más profunda que los AHAs. Es la opción más adecuada para
exfoliar las zonas de la piel más grasas y también para combatir el acné
adulto. La FDA
recomienda probar primero estos ingredientes en una pequeña zona de la piel
para comprobar si produce alguna reacción.
-Argireline
. Es el artífice de
las llamada cosmética botox. Químicamente, se trata de un hexapéptido que
reduce la profundidad de las arrugas de expresión, alisando la piel y
reduciendo el efecto de las dermocontracciones. También ha demostrado activar
los fibroblastos, que son las células responsables de la síntesis de colágeno y
elastina. Su inclusión supone un efecto lifting casi inmediato.
-Tretinoina
. Es actualmente el
?retinoide de moda?. Se trata de un principio activo que ha demostrado
científicamente ser efectivo en la reducción de las arrugas de expresión, ya
que aumenta la producción de colágeno (responsable de la elasticidad y tersura
de la piel). También estimula el intercambio de sangre entre los distintos
vasos sanguíneos cutáneos, lo que mejora
notablemente el tono. Asimismo, es muy efectivo en el tratamiento del acné
adulto y en el alivio de patologías cutáneas como la queratosis actínica. Eso
sí: hay que utilizarlo entre 3 y 6 meses antes de apreciar la reducción de arrugas,
ya que los mejores resultados se obtienen entre 6 y 12 meses de iniciada la
aplicación. Puede producir irritaciones, de ahí que los expertos recomienden
utilizarlo al principio en días alternos y llevar protección solar durante el
día cuando se utilice un producto de este tipo, ya que puede aumentar la
sensibilidad a la luz solar. Es importante usarlo de forma continua para
mantener los beneficios obtenidos.
–Soja. Incluirla bajo
la denominación de los ?novísimos? puede resultar chocante ya que sus propiedades
antiedad son conocidas desde tiempos inmemoriales, especialmente en las
sociedades orientales. Pero ha sido recientemente cuando la industria cosmética
ha reparado en todo su potencial de beneficios, especialmente para las pieles
maduras. Rica en isoflavonas (sustancias de origen vegetal que actúan de forma
similar a las hormonas femeninas o estrógenos), la soja resulta especialmente
eficaz para ?borrar? todos los signos relacionados con el descenso hormonal
propio del envejecimiento femenino: aclara las manchas, refuerza las defensas
cutáneas y mejora el tono de la piel. La saponina, un extracto derivado de sus
semillas, también se incluye en muchas formulaciones ya que estimula de forma
eficaz la producción natural de ácido hialurónico.
-Coenzima Q10:
Búscalos en la etiqueta
Estos son otros de los principios activos que se pueden encontrar con
frecuencia en la cosmética de venta en farmacia:
–Ácido hialurónico: Es una sustancia que ?imita? a la que existe
de forma natural en el interior de la piel y que va disminuyendo con el paso de
los años. Actúa desde dentro hidratando, mejorando la elasticidad y reduciendo
la profundidad de las arrugas.
-Activos despigmentantes. Cada vez más frecuentes, sobre todo en las
líneas específicas para las pieles maduras, su misión es impedir el proceso de
generación de la melanina, impidiendo por tanto la formación de manchas
cutáneas.
–Minerales. El zinc, el cobre y, sobre todo, el magnesio, están
presentes en muchas formulaciones debido a sus propiedades reafirmantes y
restauradoras de la densidad de los tejidos.
-Filtros solares. Son casi una condición ?sine qua non? para formular
actualmente un cosméticoo (especialmente las bases de maquillaje y las
hidratantes de día). Actúan a modo de escudos, frenando la radiación solar y
los efectos nocivos de esta sobre la piel.
Cambio de fórmula: manual de
uso
Todas las novedades cosméticas resultan a priori prometedoras, ya que
suponen un paso más en la investigación que esta industria realiza sobre
aspectos tan importantes como la sequedad, la pérdida de firmeza o las
alteraciones en la pigmentación. Sin embargo, es importante aplicar un
?protocolo de actuación? cuando se cambia el producto habitual por una
formulación más novedosa ya que hay que darle un tiempo para demostrar todas
sus credenciales. Estas son las pautas que hay que seguir para probar una nueva
fórmula cosmética y sacarle todo el partido:
–Recuerda que la piel trabaja de forma lenta. Los granos, las
rojeces, las manchas y las líneas de expresión se han ido formando durante
años, aunque en ocasiones nos percatemos de su presencia de un día para otro.
Por tanto, y teniendo en cuenta esta tendencia acumulativa de la piel, estas
imperfecciones no van a desaparecer de la noche a la mañana, por muy revolucionario
que sea el producto que se ha empezado a aplicar.
–Introduce los productos de uno en uno. La mayoría de los
dermatólogos aconsejan realizar un solo cambio de producto o ingrediente a la
vez ya que de esta forma a la piel le da tiempo no solo de adaptarse a los
nuevos principios activos sino también de reaccionar ante los posibles
irritantes e identificar correctamente a los mismos.
–Ofrece un margen de actuación a los nuevos productos. Para
aquellos cosméticos que actúan a un nivel superficial ?limpiadoras,
hidratantes, protectores solares-, el tiempo estimado para empezar a apreciar
los resultados es de dos semanas, periodo suficiente para comprobar si el
producto irrita la piel, la engrasa, favorece la aparición de granos o, por el
contrario, funciona sin ningún problema. Para la cosmética de tratamiento, la
recomendación es esperar un par de meses para comprobar los resultados.
–Da a tu piel el derecho a réplica. El hecho de que la piel
reaccione en forma de irritación o aparición de pequeños granitos no significa
que el producto esté contraindicado; suele ser algo habitual en aquellas
fórmulas que contienen ácido glicólico, peróxido de benzoilo o retinoides, que
pueden ser muy irritantes al principio pero que una vez que la piel se ha
acostumbrado a ellos actúan con toda su eficacia. En estos casos, lo mejor es
empezar a usarlos en noches alternas y después aplicarlos una vez al día. En
caso de que la piel siga ? revelándose? ante esta formulación, lo mejor es
sustituirla por otra.
La biocosmética: natural de
principio a fin
Desde hace ya un tiempo estamos asistiendo al boom de los ingredientes cosméticos naturales ya que, frente
a algunas formulaciones de la industria cosmética, presentan la ventaja de su
total inocuidad y la ausencia de reacciones adversas como brotes e
irritaciones. Sin embargo, tan
importante como el origen de las plantas empleadas en estos cosméticos
?naturales? es su método de fabricación y estas es la principal aportación de
la biocosmética, que acaba de aterriza en nuestras farmacias de la mano de la
firma Plante System con su línea Les Soins Bio. Además del origen biológico de
más del 90 por ciento de los vegetales empleados, la biocosmética utiliza el método de
extracción con CO2 supercrítico, con el que se consiguen aislar los principios
activos de la planta sin alterarlos, para luego integrarlos en las diferentes
formulaciones cosméticas. Con ello se garantiza la pureza de los extractos y la
máxima tolerancia dermatológica. Esta firma cuenta con el certificado Ecocert,
organismo de control y certificación reconocido en la Unión Europea
que aplica unos requisitos muy exigentes para este tipo de cosméticos cuyo
cumplimiento garantiza el uso de activos procedentes de cultivos biológicos y
el respeto al medio ambiente. Entre las sustancias presentes en estas
formulaciones destacan la flor de lirio, el aceite de camelia, la joroba, la
miel y el extracto de melisa.