Cuando hablamos de salud dental de la mujer, solemos asociar la falta de calcio a los principales problemas de esta zona, en realidad son las encías las que más sufren los cambios que se producen a lo largo de las distintas etapas de la vida de la mujer. “Los continuos cambios hormonales que tienen lugar en la pubertad, etapa fértil, embarazo y menopausia afectan mucho al modo en que las encías reaccionan ante la placa dental, haciéndolas más sensibles a la enfermedad de las encías: gingivitis y periodontitis”, afirma el odontólogo Iván Malagón, especialista en Ortodoncia y Estética Dental.

Gingivitis puberal
En la pubertad la mujer presenta “gingivitis puberal”, cuya causa está en el aumento de las hormonas sexuales (estrógenos y progesterona). Estas, actúan sobre la circulación sanguínea en las encías, provocando una respuesta inflamatoria exagerada a la acción de las bacterias. Se trata de una alteración transitoria que, “si se controla adecuadamente, es reversible. Por eso, en esta etapa es importante extremar la higiene etapa para evitar la proliferación de bacterias en la boca y daños serios”, afirma Malagón.

Etapa fértil
En algunas mujeres, el síndrome premenstrual lleva asociado un sangrado e inflamación de las encías, que toman un tono rojo brillante. Esta variante de gingivitis que podríamos llamar menstrual, desaparece justo cuando empieza la menstruación.

Por otro lado, las hormonas sintéticas que componen los anticonceptivos orales se asocian a una inflamación de las encías similar a la gingivitis gestacional. “Si persiste en el tiempo puede causar daños irreversibles en los tejidos que rodean y soportan los dientes, por lo que es fundamental que las mujeres que toman anticonceptivos orales sigan controles rigurosos de sus encías”, advierte Iván Malagón.

Durante el embarazo, los cambios en los niveles de las hormonas producen alteraciones en los vasos sanguíneos de las encías –como en la pubertad-, a las células del periodonto –tejido que rodea y soporta los dientes-, a las bacterias de la placa y al sistema inmune local. Si la mujer, además, tenía ya enfermedad de las encías previa al embarazo, la posibilidad de desarrollar una gingivitis gestacional aumenta (la incidencia pasa de un 1% a un 36%) y “con ella aumenta la posibilidad de parto prematuro porque el riesgo se triplica si la mujer presenta periodontitis, y de que el bebé presente bajo peso”.

Y, por la relación entre diabetes y periodontitis (la diabetes favorece la inflamación de las encías y la infección dificulta el control de los niveles de azúcar en sangre), es especialmente importante un control riguroso de la enfermedad en el caso de que la mujer presente diabetes gestacional.

Es muy importante un chequeo del estado de la salud oral de la mujer antes de quedarse embarazada y, si no, en el primer trimestre para evitar todos estos efectos, ya que el tratamiento periodontal es seguro para la mujer y para el bebé.

Menopausia
Contrariamente a otras etapas de la vida de la mujer, en la menopausia, los niveles hormonales se reducen provocando alteraciones que pueden tener consecuencias importantes: el descenso de los niveles de estrógenos, reducen su efecto antiinflamatorio sobre la encía; y el de la progesterona lleva a reducir la densidad ósea, abriendo la puerta a la osteoporosis. Además, en esta etapa también se producen cambios en los tejidos de la boca, en la composición de la saliva y en la flora bucal. Es común, que la mujer en esta etapa presente tres tipos de trastorno relativos a las encías:

  • Trastornos del periodonto, como la gingivitis atrófica con un aspecto de las encías pálido.
  • Gingivoestomatitis posmenopáusica: con encías secas, brillantes y de sangrado fácil).
  • Síndrome de la boca ardiente: provocado por la reducción de la secreción de saliva.

En estos tres casos, es fundamental el control de la placa para evitar que la enfermedad de las encías cause estragos en el soporte de los dientes. Si además la mujer se está medicando contra la pérdida de masa ósea provocada por la osteoporosis con bifosfonatos, la mujer debe seguir rigurosos controles por parte de su periodoncista.

La clave: la higiene y controles periódicos
Por estos continuos cambios, “la clave para que la mujer pueda mantener una adecuada salud de las encías está en una higiene rigurosa y completa de la boca, con el uso regular de la seda dental, cepillado y colutorio, y controles periódicos por parte de nuestro odontólogo de cabecera”, afirma Iván Malagón. Estos controles son especialmente críticos durante la adolescencia, antes y durante el embarazo y durante la menopausia.

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Redacción Consejos

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