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Las llamadas moscas volantes o miodesópsias afectan 50% de los mayores de 65 años. El porcentaje aumenta con la edad, llegando al 80% superados los 75 años. “Su aparición suele ser progresiva, pero cuando aparecen de una forma brusca y el paciente refiere también flashes de luz o un telón negro pueden ser síntoma de otras patologías oculares más importantes, como son el desgarro de retina, que sin tratamiento puede desembocar en un desprendimiento de retina o agujero macular” explica la Dra. María Capote, oftalmóloga responsable de la Unidad de Retina y Vítreo de Clinilaser.
El principal motivo por el que se producen las miodesópsias es que con la edad, el vítreo, el gel que rellena el ojo, se va haciendo más líquido y se va separando de la retina, haciendo que aparezcan poco a poco estos “hilitos” o moscas. “En la mayoría de estos casos, los pacientes no acuden al oftalmólogo para una revisión, ya que van apareciendo poco a poco y se produce una neurodaptación que hace que los pacientes no sean conscientes de ellas” afirma la Dra. Capote. Dependiendo de la rapidez o gravedad con la que aparecen de las moscas volantes hay que actuar rápidamente o bien se pueden dejar pasar si estas no suponen mucha molestia para el paciente.
Desgarro y desprendimiento de retina
Si el motivo de su aparición, es un desgarro retiniano, éste puede dar paso a un desprendimiento de retina. En este caso, el tratamiento consiste en la utilización de un láser en consulta que sella el desgarro. Se realiza de forma ambulante, en consulta, y al paciente sólo se le administran unas gotas anestésicas. Si se tiene un desprendimiento de retina, de no tratarse pronto, puede ocasionar pérdida de la visión permanente, debido a que el área afectada de la retina deja de funcionar, y ésta es la encargada de transformar en impulsos nerviosos las imágenes que inciden sobre ella y enviarlas al cerebro.
El tratamiento del desprendimiento de retina es siempre quirúrgico y debe ser realizado a la mayor brevedad posible. Este tipo de patologías suceden sin previo aviso, muchas veces por un traumatismo o accidente “de ahí la necesidad de acudir a un oftalmólogo al menor síntoma, independientemente de la época del año en la que produzca, incluido el verano”, recalca la especialista de Clinilaser.
Con la cirugía (vitrectomía) se logra reparar el daño y recolocar y mantener la retina en su sitio. “Hablamos de una cirugía ambulante, con lo que el paciente viene a la clínica y se va a casa ese mismo día. La duración es de 60 a 90 minutos, dependiendo de la complejidad de la técnica que sea necesario aplicar, y la anestesia es local, aunque a veces se seda al paciente para que esté más relajado”, señala la experta.
Agujero macular
Las moscas volantes también es uno de los síntomas del agujero macular, una enfermedad que suele aparecer a partir de los 50 años, salvo que sea por causa de un traumatismo, y que afecta a la parte central de la retina. El vítreo está adherido a la zona central de la retina, la mácula. Se produce porque este humor vítreo puede traccionar esta zona produciendo una separación de las capas de la retina. En algunos casos cuando se desprende totalmente de su adherencia a la macula puede dar lugar a un agujero macular. Aunque el síntoma más frecuente es la pérdida de la visión central y la metamorfopsias (percibir las líneas rectas como torcidas), las moscas volantes son también un síntoma que nos debe alertar de que se puede estar formando un agujero macular.
“Las revisiones oftalmológicas periódicas permiten detectar etapas precoces del agujero macular lo que, como es habitual, se traduce en un mejor pronóstico para los pacientes. En este caso, para su detección utilizamos la Tomografía de Coherencia Óptica, que nos permite obtener imágenes de gran precisión para conocer el estado del grosor de la retina y su grado de evolución”, explica la experta de Clinilaser.
El tratamiento del agujero macular es quirúrgico, a través de una Vitrectomía, en el caso de éste sea total (afecte totalmente al espesor de la retina retina). “En casos en los que sólo hay una afectación parcial del espesor de la retina (agujero lamerar) también puede inyectarse un medicamento en el ojo, que permitirá el cierre del agujero macular sin necesidad de intervenir, aunque estos casos son muy concretos y seleccionados”, concluye la Dra. Capote.