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Durante los momentos más difíciles de la pandemia NOA fue una de las artistas internacionales que organizó conciertos online accesibles para todo el mundo, desde el sótano-estudio de su propia casa y abiertos a las donaciones para combatir la COVID-19.
Las cancelaciones y cambios de fechas de sus conciertos en directo en España, por culpa de las restricciones, han sido una constante para todos los artistas, y naturalmente a ella también le han afectado. A pesar de estas dificultades, ha seguido presentando las canciones de su anterior álbum Letters to Bach con arreglos realizados sobre algunas de las más célebres melodías de Johan Sebastian Bach, trabajo producido por uno de los tops de los Estados Unidos, el legendario Quincy Jones. Además, recientemente presentaba un nuevo álbum de jazz, conjuntamente con el músico que le ha acompañado desde sus inicios, Gil Dor, con quien trabaja desde hace 30 años. Este nuevo lanzamiento tiene un título ocurrente e imaginativo: Afterallogy, algo así como “despuesdetodología”, en el que esta pareja artística reelabora clásicos del jazz como My Funny Valentine, Anything Goes o Every time we say goodbye. Sus conciertos de este verano la han llevado por distintos puntos de nuestra geografía.
Por Xoan Luaces
Hace ya 20 años que la entrevisté y escribí las crónicas de sus conciertos madrileños, en marzo del año 2000, creo que estaba a punto de nacer su primer hijo. Por entonces comenzaba a ser conocida en España ¿Su vida ha cambiado mucho en estos 20 años, ha conseguido todo lo que se había propuesto?
Mi vida, por supuesto, ha cambiado grandemente en este espacio de 20 años. He dado a luz a tres hijos, he viajado por el mundo, escrito y grabado cientos de canciones y realizado interminables conciertos en 52 países. También he puesto mi voz al servicio del bien más grande, los derechos humanos, los derechos igualitarios y la paz. De esto es de lo que estoy más orgullosa.
Durante los meses de confinamiento organizó varios conciertos on line en una iniciativa solidaria para recaudar fondos para los hospitales madrileños, entre otros. ¿fue complicado organizar todos estos conciertos solidarios?
Los conciertos que hicimos desde nuestra casa fueron un puro gozo al crearlos, incluso a pesar de que tuvimos que trabajar muy duro para hacerlo bien. ¡Fue un gran reto! Gil y yo lo hicimos todo solos, con la ayuda de dos amigos y de nuestra familia, todo de forma voluntaria. Ni equipo, ni técnicos ni profesionales. Tenemos suerte de tener gente buena a nuestro alrededor. Y fuimos capaces de apoyar a todos estos hospitales y redes de ayuda sanitaria, en Italia, España, Israel y Francia. Aprendimos mucho durante el proceso y tuvimos el placer de hacer música y darnos generosamente a nosotros mismos, mientras alentamos la generosidad en los otros y llevamos la luz y la esperanza en tiempos oscuros.
¿Además de los tópicos que siempre se comentan sobre nuestra tierra, qué significa España en su carrera, un país que le ha hecho ganar tantos amigos y cosechar tantos éxitos?
Adoro España, por muchas razones. La belleza de la tierra, la profundidad y la maravilla de su literatura, su poesía, danza y su música, que me ha influenciado en gran manera, la enorme cantidad de gente increíble que me he encontrado y las experiencias excitantes que tu país me ha dado, las muchas oportunidades para expresarme yo misma ante una audiencia maravillosa, inteligente y apasionada. ¡Me siento tan agradecida a España por todo esto! Más allá de eso que te digo, como judía sefardita, España es parte de mi identidad. Lo puedo ver y escuchar en mi música y en mi forma de moverme, en la comida que hace mi madre y los tejidos que llevaba mi abuela, en las historias, canciones y la literatura que forman parte de mi herencia. Mi conexión con España, por lo tanto, es multifacética con raíces profundas y ramas muy largas.
NOA: «Di un muy bonito concierto en Barcelona justo antes de que el mundo se encerrase y una farmacéutica de la Plaza de Catalunya fue muy amable conmigo, despejando mis falsos conceptos respecto a la pandemia. Me impresionó mucho».
La Fundación Hispano Judía va a abrir una sede permanente en Madrid. Esta iniciativa reforzará los vínculos con España de la comunidad sefardita, que tanto ha conservado su tradición musical y su idioma, ¿va a participar en alguna actividad cultural en relación con esta fundación?
Estoy en el equipo de esta fundación, orgullosa de formar parte de esta actividad. Siento expectación ante la perspectiva de un nuevo Museo Hebreo proyectado para Madrid, y espero ser parte de los proyectos culturales que van a tener lugar allí.
Uno de los supervivientes del holocausto, Oleg Mortkóvich, denunciaba en una entrevista en El País no hace mucho el repunte del antisemitismo. ¿Cuáles son las formas de evitar que esto se extienda otra vez, ve usted síntomas parecidos en la música o en sus experiencias como músico viajando por el mundo?
Personalmente no he sufrido antisemitismo pero seguramente existe, triste y desafortunadamente. Creo que es responsabilidad de todos los seres humanos esforzarse por crear una sociedad que incluya y acepte las minorías, que cuide a los débiles y los no privilegiados, que se afane por la igualdad y la justicia. En una sociedad de este tipo, donde la xenofobia sea suprimida, donde cada ser humano tenga la posibilidad de prosperar de forma equitativa, el antisemitismo disminuirá.
Su anterior trabajo, el álbum Letters to Bach había sido producido ni más ni menos que por Quincy Jones, uno de los músicos más increíbles de nuestra era. ¿Cómo fue trabajar con una leyenda de la música de tal envergadura, como surgió esta elección?
Es Jones el que nos elige, no nosotros a él. Hace lo que quiere. Nos sentimos honrados de que le haya gustado nuestro proyecto y haya querido poner su firma en él. Estamos eternamente agradecidos por su bendición y su apoyo. Es un hombre extraordinario, lleno de amor a la vida y con un gran aprecio por la música y los músicos de verdad, amable, optimista y lleno de energía positiva por la vida. ¡Dios le bendiga!!!
El confinamiento supuso para la cultura y especialmente, para los músicos la imposibilidad de trabajar durante meses… ¿Psicológicamente, hay que prepararse de alguna manera, para no estar deprimido, por ejemplo?
Ha sido verdaderamente un gran reto para los músicos. Creo que siempre que se pueda, debemos centrarnos en la creatividad, preparando nuevos proyectos. Siempre nos estamos quejando de que no tenemos tiempo suficiente para escribir música nueva, así que ahora tenemos montones de tiempo. Los músicos que se van de gira deberían recordar lo difícil que es estar lejos de casa durante tanto tiempo, y disfrutar con sus familias o sus amores. Siempre que se pueda, podemos intentarlo y enseñar, compartir conocimiento. Pero verdaderamente la sociedad debería tender la mano a los artistas y apoyarles, ya sea mediante los gobiernos, que deberían subsidiar a sus artistas e instituciones, o mediante los gigantes tecnológicos que debieran haber propuesto iniciativas para crear fondos de ayuda a los artistas cuyos contenidos han enriquecido a las tecnológicas durante años, mientras pagan a los artistas con cacahuetes. O también a través del público, que debería utilizar el streaming legal y pagar a las plataformas, y no a aquellos que no compensan a los artistas de forma equitativa. Dicho esto, hemos echado de menos los conciertos en vivo, no hay sustituto para ellos. No quisiera imaginar un mundo en el que no podamos encontrarnos y disfrutar juntos de la música, nada hay comparable a esto.
¿Cómo fueron estos meses de encierro en Israel, le ha costado mucho no poder salir de casa, con lo viajera que era en su vida?
Al principio fue duro, pero una vez te acostumbrabas, debo admitir que no he sufrido. Echaba de menos estar en casa, me encanta estar con mis hijos. Tuve tiempo de hacer muchas caminatas por la playa que está frente a mi casa. Estaba ocupada escribiendo canciones y haciendo conciertos en casa, y lo más importante, cuidando de las necesidades de mi familia, así que hice lo mejor que podía, de verdad. Creo que en Israel no ha ido tan mal la pandemia como en otros países, porque la ratio de contagios y muertes ha sido más baja. Fue un tiempo de confusión y de valentía, pero ahora las cosas se están abriendo de nuevo. Me llena de curiosidad ver cómo se desarrollan los próximos meses.
Siendo madre de familia, y seguramente cocinera ¿Qué clase de alimentación es la más habitual en su entorno familiar, los platos tradicionales (el seniyeh, los huevos haminados, la sopa shjav, el kugel…), los platos vegetarianos o alguna dieta especial?
Soy vegetariana, pero el resto de mi familia, no lo es. Intento cocinar de forma saludable, con muchos vegetales, tofu, pescado y carne, lentejas, y semillas enteras…
La labor de los sanitarios y farmacéuticos durante esta crisis del covdi19 tuvo momentos de gran riesgo ¿pudo ser testigo de alguna anécdota o algún hecho que le haya llamado la atención en una farmacia o en un centro de salud?
Di un muy bonito concierto en Barcelona justo antes de que el mundo se encerrase. La COVID-19 estaba ya asustando a todos, pero nadie podía sospechar que se volviese todo tan loco. Una farmacéutica de la Plaza de Catalunya fue muy graciosa y muy amable conmigo, compartiendo su saber, recomendándome vitaminas, un protector para la garganta, gel desinfectante, me explicó todo sobre las mascarillas, los guantes, etc, y me despejó todos mis falsos conceptos. Me impresionó mucho. Mi marido es médico, y he visto lo durísimo que él y sus colegas han trabajado. ¡Todos ellos fueron los héroes del día!
Muchos agoreros y adivinos vaticinaron un cambio radical en nuestra vida cuando la pandemia se haya acabado ¿cree que será así, espera que las cosas sean muy diferentes cuando esto ocurra?
No estoy segura. Solamente puedo esperar que la gente sea más consciente de cómo se comporta con cada uno de los otros, con los que aman o con el planeta. Espero que elegirán ser menos avariciosos, menos centrados en sí mismos, que entiendan que es el tiempo y no el dinero, el activo más precioso. Que el consumo radical es peligroso y que la vida es demasiada corta para gastarla en guerras y odio. Eso deseo.