¡Sal de dudas!
La psicóloga Silvia Llop resuelve muchas de nuestras dudas sobre el amor y las relaciones de pareja. Una visión clarificante y certera sobre el universo afectivo.
Para Silvia Llop, la “Psicóloga del Amor” en las redes, todos los seguidores de su perfil de Instagram (nada menos que 115.000) tienen el mismo nombre: “Mari Carmen”. Un perfil que ofrece, además de respuestas a las dudas más frecuentes, “newsletters del amor”, podcast, cursos y hasta un apartado de citas “Maritinder”. El objetivo: animarnos a tomar el pulso a nuestras relaciones y a mirarlas de frente, sin miedos ni engaños. Seguir sus consejos es garantía de acertar… La prueba, acaba de regresar de su luna de miel.
Muchas veces, el fin de las vacaciones es el punto de partida para dejar una relación tóxica atrás. Y con la psicóloga del Amor, Silvia Llop, “al pan, pan, y al vino, vino”. Con frases tan taxativas como «si te has enganchado a alguien que no te gustaba, quien se enganchó en realidad, fue tu vacío», o «tienes más probabilidades de que te toque el Euromillón a que esa relación que ya se ha roto varias veces funcione por fin»…, Silvia nos invita a quitarnos la venda de los ojos, esa venda que antes o después preferimos ponernos para no tener que tomar la siempre difícil decisión de romper con una relación que “no encaja” y en la que faltan muchas piezas para completar el puzzle del verdadero amor.
En su libro Mándalo a la mierda, mereces algo mejor (Editorial Plataforma Actual) y que ya va por su décima edición, (¿por qué será?), habla sin tapujos de las relaciones tibias, de las medias tintas y de los auto convencimientos, invitándonos a liberarnos de los “tontos del higo que te hacen perder el tiempo” y animándonos “a encontrar a un hombre que te quiera y te trate como te mereces”. Su fórmula secreta: lanzarse de lleno en los brazos de la intuición sin perder la cabeza.
El falso mito de “cada pareja es un mundo”
Silvia parte de la base de que, aunque nuestro universo emocional es tan rico como personas hay en el mundo, las “reglas del juego” son iguales para todos. Y como termómetro de una relación sustentada en el amor, pone todos los huevos en la misma cesta: la intuición, la madre de todas las ciencias amorosas; y la razón, que ayuda a emplear la regla de “creerse los negativos e ignorar los positivos”. «Si la intuición te avisa de que hay cosas que no cuadran, no la ignores. No irte de donde no eres feliz por miedo a equivocarte es justamente la mayor equivocación. Pero cuidado, ten en cuenta que para evaluar si una relación funciona (o no), la razón debería tener más peso que la intuición. Más que nada porque la intuición puede camuflarse con miedos, fantasías, creencias y muchos otros filtros que nuestro cerebro pone de forma inconsciente”. Charlamos con ella para poder seguir sacándole “perlas” tan maravillosas como estas.
Septiembre es el mes récord en rupturas. ¿Qué es lo que ocurre durante las vacaciones para que se dispare el número de rupturas, separaciones y divorcios?
Pues que se pasa más tiempo con la pareja. Y lo que se suele tapar con la rutina (trabajo, obligaciones, actividades, hijos, etc.), se vuelve evidente y si no se gestiona bien puede terminar en una ruptura. Por eso septiembre es el mes con más rupturas, porque es el momento en el que la mayoría de parejas pasan más tiempo juntos y, si la relación no está funcionando, es cuando se hacen evidentes las diferencias.
¿El mercado está fatal? ¿Por qué hay tanta falta de compromiso en los jóvenes de hoy en día?
Porque se puede elegir no tener un compromiso. Ya no estamos obligarnos a casarnos y tener hijos para ser personas de bien y tener una vida aprobada por la sociedad, así que hay gente que elige no comprometerse durante un cierto periodo de tiempo (o incluso toda la vida). También es verdad que venimos de generaciones donde hemos visto a padres y abuelos aguantando en una relación que no les hacía felices y donde incluso había toxicidad y/o maltrato psicológico y físico. Cuando has crecido en un ambiente así, es fácil que sucedan dos cosas: o bien anheles un amor romántico como el de las películas (y te comas migajas a montones porque te enganches del primero que te preste atención) o, por lo contrario, huyas completamente del amor y el compromiso porque tienes la creencia de que es una trampa y de que te va a hacer infeliz, como lo eran tus padres.
Creo que las dificultades de una generación entera no pueden entenderse por completo sin revisar las circunstancias de la generación que les ha criado. Y con eso no quiero decir que la “culpa” de la falta de compromiso actual recaiga solamente en las generaciones anteriores. Pero lo que veo en consulta todos los días es que ha habido una gran contribución al respecto.
¿Qué es la responsabilidad afectiva y por qué carecen tanto los jóvenes de ella?
La responsabilidad afectiva es el hecho de preocuparte por las emociones ajenas y no mirar solo tu ombligo. Por ejemplo, si ya no te apetece seguir conociendo a alguien, tener responsabilidad afectiva significa comunicárselo, en lugar de desaparecer o ir espaciando los mensajes y dando largas hasta que la otra persona “lo pille”. No creo que la falta de responsabilidad afectiva sea algo relacionado con los jóvenes (me consta que lo hacen personas de todas las edades), sino que, en mi opinión, es una problemática que está más ligada a la época que vivimos ahora.
Hoy en día ya no estamos obligados por la sociedad a elegir a alguien cuando somos adolescentes y adquirir un compromiso de por vida con esa persona, así que tenemos libertad para hacer y deshacer a nuestro gusto, lo cual genera que la gente que no tiene responsabilidad afectiva haga muchos más destrozos emocionales porque la sociedad no le está “obligando” a sentar cabeza. Además, creo que en esta época en la que vivimos se habla mucho más de sentimientos que hace 50 años, por ejemplo, así que si a tu abuela la dejó plantada un chaval porque no se presentó en el lugar que habían quedado, a la hora acordada, probablemente solo lo supo su mejor amiga. Ahora hablamos abiertamente de este tipo de actitudes y las redes sociales lo han amplificado todo, así que es fácil tener información sobre todo esto.
¿Cómo huir de las relaciones de “usar y tirar”?
Tengo un mantra que repito una y otra vez y que me parece clave para tomar decisiones que nos cuiden. Se trata de lo siguiente: “créete los negativos e ignora los positivos”. Eso significa que, si hay algo que te chirría, que te preocupa o que no te cuadra con respecto a la persona a la que estás conociendo o el tipo de relación que te ofrece, prestes atención a eso y tengas las conversaciones que hagan falta para aclararlo. Muchas veces nos quedamos en un lugar que no nos hace bien porque nos montamos una película en la cabeza, ignorando por completo todas las señales que nos manda esa persona y que nos hacen entender que ahí no es. Si alguien te dice que le “superencantas”, pero luego tiene la agenda más llena que un ministro y nunca encuentra un hueco para ti, créete el negativo (que nunca encuentra el momento de quedar) y decide en consonancia. Si alguien actúa como si fuera tu pareja, pero te deja claro que no quiere una relación, créete el negativo (no quiere una relación) y sal de ahí, antes de meterte en una no-relación que te destrozará la autoestima por completo.
LOS PILARES DE UNA RELACIÓN SANA, por la Psicóloga del Amor
- Comunicación: “poder hablar de cualquier cosa, que no haya temas tabúes y que puedas expresar cómo te sientes y qué piensas sin miedo a que eso sea usado en tu contra”.
- Poder ser tú: “no hay nada más importante en una relación que poder ser libremente tú. Eso significa poder mostrar toda tu personalidad, sin sentir que hay partes que deberías esconder porque tu pareja no las tolera o porque no son lo suficientemente buenas”.
- Discutir bien: “entenderos en las discusiones es clave a la hora de tener una relación sana porque muchas relaciones se vuelven tóxicas debido a que las discusiones se van de madre y no se terminan de arreglar del todo. Tienes que saber comprender lo que necesita tu pareja cuando se enfada y viceversa para podéroslo dar y desescalar los conflictos lo más pronto posible”.
4. Ser equipo: “voy a añadir un último punto, de regalo, y es funcionar como un equipo y no como dos individuos que van cada uno a su bola. Tener en cuenta al otro a la hora de tomar decisiones importantes y sentir que os cuidáis y os respetáis en todo momento”.
A la hora de calibrar si una relación funciona… ¿cuál es la regla?
Creo que para evaluar si una relación funciona (o no), la razón debería tener más peso que la intuición. Más que nada porque la intuición puede camuflarse con miedos, fantasías, creencias y muchos otros filtros que nuestro cerebro pone de forma inconsciente. Pero lo que vivimos en la vida real y podemos evaluar de forma consciente nos permite tomar decisiones informadas. Por ejemplo, imagina que las peleas con tu pareja son constantes. No las sabéis resolver por vosotros mismos y la otra persona se niega a ir a terapia. Por mucho que tu “intuición” te pueda decir que es el amor de tu vida, tu razón podrá llegar a la conclusión de que no tiene mucho sentido seguir en una relación en la que hay un problema enquistado que ni se puede resolver internamente, ni se quieren buscar herramientas externas para conseguirlo.
“Las relaciones tóxicas tienen muchos picos de química porque vives en una montaña rusa constante y cuando arregláis las cosas, sientes un subidón tremendo”.
Y por qué tantas veces nos seguimos empeñando en una relación que no funciona y aceptamos que se traspasen todas las líneas rojas. ¿Tiene ello que ver con la falta de autoestima?
La falta de autoestima suele ser una de las razones principales por las cuales nos quedamos en relaciones que no funcionan, pero también hay otros motivos. Por ejemplo, si tienes miedo a quedarte sola, será más fácil que luches por una relación que te hace daño porque en tu cabeza es mucho mejor seguir ahí que irte y tener que enfrentarte al más absoluto vacío o a la culpa que podría generarte haber roto la relación.
Otro motivo por el que puedes quedarte donde no te sientes bien es la química. Las relaciones tóxicas tienen muchos picos de química porque vives en una montaña rusa constante y cuando arregláis las cosas, sientes un subidón tremendo. Hay una frase que ilustra bien este tipo de relaciones y es la de: “es que cuando estamos bien, estamos muy bien”. Eso significa que hay muchos altibajos, lo cual genera un enganche tremendo que te puede hacer creer que nunca nadie te hará sentir como esa persona o que es el amor de tu vida, cuando la realidad es que el amor de tu vida nunca debería ser alguien que te hace sufrir de forma continuada o con quien no funcionas.
¿Por qué siempre repetimos los mismos patrones? ¿Huimos de nosotros mismos y nos da miedo pararnos a pensar?
El tema de los patrones es francamente interesante. Tanto, que hice una charla TEDx sobre este tema y también tengo un curso sobre ello. En mi opinión, repetimos patrones cuando hay algo que tenemos que trabajar, pero no lo estamos viendo porque nos estamos dejando llevar. Entonces, nuestro cerebro se queda encallado en un punto concreto y nos hace revivir una y otra vez la misma historia hasta que por fin logramos entender qué está pasando y tomamos la decisión consciente de ir hacia una dirección diferente, lo cual no es nada fácil, pero es muy satisfactorio cuando se consigue. Por ejemplo, un patrón en el terreno amoroso podría ser estar siempre con personas casadas o con gente que no quiere una relación. O dar siempre con parejas que tienen muchos problemas personales y acabar siendo quien les “salva”.
¿Es partidaria de las segundas oportunidades?
Las segundas oportunidades raramente salen bien porque no solemos darlas por los motivos adecuados. ¿Por qué vuelves con tu ex? Porque lo echas de menos. Porque te sientes sola. Porque no has encontrado a nadie mejor (o a nadie, en general). Porque te lo ha pedido y te ha pillado vulnerable… Pero una segunda oportunidad debería darse solo cuando los motivos por los cuales rompisteis ya no existen. Esto es complicado que se dé porque muchas veces estos motivos van ligados a un choque entre personalidades o a que no compartís la misma visión de futuro, valores, etc. Un buen ejemplo para volver con un ex sería que lo dejarais por la distancia y ya no haya distancia entre vosotros (física, me refiero). O que lo dejarais porque uno de los dos era mucho más inmaduro que el otro y los años y la experiencia hayan nivelado la balanza. O lo dejarais porque uno de los dos gestionaba muy mal los enfados, pero ha ido a terapia y ha trabajado sobre esto y se gestiona mucho mejor.
Cuáles son las reglas para detectar que algo no va bien. Cómo distinguir lo que debemos aceptar en tu pareja y lo que podemos cambiar.
Para mí, el indicativo más importante son los estándares. Los estándares son los mínimos que necesitas que te dé tu pareja para sentirte bien en una relación a largo plazo. Me refiero a cosas como: “que sea cariñoso”, “que respete mi independencia”, “que tenga gestión emocional” o “que quiera tener hijos”. No podemos cambiar nada por el otro, pero sí podemos comunicar nuestras necesidades y ver si la otra persona nos las puede ofrecer. Cuando recibimos una negativa por respuesta o, después de muchas conversaciones y/o de hacer terapia de pareja, vemos que nada ha cambiado, es probable que la mejor opción sea la de ir por caminos separados.
Amor también es quedarse cuando las cosas se complican…
Amor es entender que la vida da muchas vueltas y que una relación de pareja pasa por momentos distintos; algunos son maravillosos y otros son complicados. Amor es quedarse cuando sientes que formas parte de un equipo y que la otra parte del equipo necesita de tu energía, de tu fuerza, de tu comprensión, de tu empatía… pero sin que eso signifique destrozar tu autoestima por el camino. No deberías perderte a ti para salvar al otro. Aunque la otra persona no esté en su mejor momento, deberías sentir siempre que la relación es un lugar seguro para ti y que no te está robando tu paz mental.
Debemos perdonar… ¿hasta setenta veces siete?
Yo creo que perdonar, deberíamos perdonar siempre, en el sentido de no vivir con rencor. Pero eso no significa que nos tengamos que quedar en la relación. Entonces, si lo que está ocurriendo te está destruyendo por dentro, perdona y vete. Si lo que tienes que perdonar son minucias del día a día que no te quitan autoestima, ni te restan calidad de vida, paciencia y a por ello.
El miedo, la inseguridad… ¿qué es lo peor que puede instalarse en una relación?
La desconfianza: cuando has perdido la capacidad de creer en lo que tu pareja te dice y analizas cada frase, cada acto, cada silencio. La soledad: el sentir que la otra persona está muy, muy lejos, emocionalmente hablando. Las faltas de respeto. Y, efectivamente, el miedo y la inseguridad: el temer que la relación se pueda terminar en cualquier momento. El pensar que no eres suficiente. Que no eres merecedor de ese amor.
En relaciones de muchos años es lógico que surjan peleas y desavenencias. Pero cimentarlas en discusiones y peleas diarias puede hacer mucho daño a los hijos. ¿Cuándo decir “basta”?
Cuando sientes que estáis atascados en un lugar que no es nada sano para vosotros o vuestros hijos. Cuando tenéis la misma discusión una y otra vez y nunca se resuelve. Lo ideal cuando veis que esto empieza a suceder sería ir a terapia. Una terapia a tiempo puede cambiar toda la dinámica de las discusiones y solventar un conflicto antes de que se enquiste.
Hagamos un poco de examen de conciencia. ¿Qué debo cambiar yo para que mi relación funcione? ¿Cómo puedo detectar que vivimos una relación descompensada?
Quien mejor puede responder esta pregunta es tu pareja. Por eso creo que es importante tener conversaciones profundas sobre la relación de forma constante y así poder incidir en aquello que os está minando a cada uno y daros mutuamente la oportunidad de modificar ciertos comportamientos para poder tener una relación más sana y bonita.
Junto con Patricia Espejo está al frente del podcast más divertido de la red sobre salud mental: háblenos de Bendita terapia, (editorial Podimo), el podcast para ¡trabajar tus mierdas”.
Es un podcast que nació de las ganas de ayudar a los demás, pero dándole un punto de humor muy necesario para que lo difícil se vuelva un poco más llevadero. Nos hemos juntado una cómica y una psicóloga para poder hablar de un montón de temas diferentes con la intención de que lleguen a las personas que puedan necesitarlo y entretengan a todo el mundo.
Maritinder es un lugar de citas dentro de su perfil de Instagram. ¿Qué opina de las relaciones que surgen de este tipo de contactos online?
Las aplicaciones o las redes sociales son como cualquier otro lugar. Una relación no avanza de forma diferente si conoces a la persona en el supermercado o en MariTinder. Se trata de encontrar a alguien con quien encajes y puedas construir algo sano y bonito. El lugar donde establezcas un primer contacto con alguien es totalmente irrelevante y no es ningún indicativo del éxito o fracaso de la relación.
¿Tener muchas ganas de encontrar pareja puede jugar en tu contra? ¿Eso de “casamiento y mortaja, del cielo baja”, es un mito o una realidad? Si quieres tener una relación, ¿es bueno buscarla?
Tener demasiadas ganas de encontrar pareja puede jugar en tu contra cuando lo pones por delante del sentido común. Por ejemplo, tienes tantas ganas de encontrar pareja que sales con personas que ni siquiera te gustan, das oportunidades infinitas a alguien que no te trata bien o te quedas en una relación que no te aporta lo que necesitas. Una pareja puede caer del cielo, en el sentido conocerla de una forma inesperada, pero será más fácil encontrarla cuando sabes lo que quieres y estás emocionalmente disponible. Es lo mismo que el trabajo. Tu trabajo soñado puede caerte del cielo, cuando no lo estabas buscando, pero es bastante más probable que lo encuentres cuando estás activamente en búsqueda, echando currículums, formándote, yendo a entrevistas… Así que buscar una relación no tiene nada de malo, siempre y cuando lo hagas con un poco de sentido común y poniendo el foco en encontrar a alguien que sume en tu vida.
¿Cómo afectan los hijos a las relaciones de pareja? Cómo dosificar el cariño y procurar estar siempre de acuerdo.
Los hijos hacen que el foco cambie y la pareja muchas veces pasa a un segundo plano para dar más espacio a la faceta de padres, especialmente durante los primeros años de crianza. Si bien es cierto que nuestro tiempo y energía tienen ciertas limitaciones, no creo que haya que dosificar el cariño, pero sí es importante poder invertir tiempo de calidad en cada miembro de la familia para seguir fortaleciendo el vínculo. Y tampoco se trata de estar siempre de acuerdo en todo, pero sí de tener el acuerdo de tomar decisiones conjuntas y contar con la opinión del otro en cuanto a todo lo que tenga que ver con la crianza de los hijos.
Y una vez que lo dejas, ¿crees que se puede seguir “siendo amigos”? ¿Ayuda seguir viéndose a superar mejor el duelo?
Creo que seguir viendo a tu ex “como amigos” no es el mejor remedio para superar un duelo. De hecho, es muy probable que el duelo se alargue porque sigues manteniendo el enganche con esa persona y se generan confusiones a nivel emocional. Puedes perfectamente tener una amistad con una ex pareja, pero creo que primero debería hacerse correctamente el duelo (limitando el contacto o haciendo contacto cero, si es posible) y una vez los sentimientos han pasado a otro plano, entonces se puede construir una bonita amistad, si es que es beneficiosa para ambos. Pero cuando hay hijos de por medio, la cosa debería cambiar.