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Nefrólogos de todo el mundo han participado en la XI Reunión del Grupo de Nefrología Geriátrica de la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) en el que han analizado las últimas experiencias, investigaciones y trabajos para avanzar en el tratamiento de la enfermedad renal en personas mayores. Durante el encuentro se ha insistido en la diferenciación entre los problemas de riñón provocados por el envejecimiento natural de las personas y la enfermedad renal crónica, como una de las medidas para mejorar el tratamiento en los ancianos y personas de edad avanzada que sufren esta patología.
Se estima que algo más de 4 millones de personas padecen en nuestro país Enfermedad Renal Crónica (ERC), y su prevalencia progresa hasta el punto de que cada año unas 6.000 personas con insuficiencia renal avanzan en el deterioro de su enfermedad hasta necesitar Tratamiento Renal Sustitutivo (hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante renal). Además, es una patología cuya frecuencia se incrementa con la edad y el envejecimiento de la población, asociada a la mayor frecuencia de ciertas enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial u otras complicaciones como la obesidad. En la población mayor de 65 años su frecuencia se puede incrementar hasta un 25%. De hecho, la prevalencia de la ERC en España supone un 23% en pacientes mayores de 64 años, y el 40% en mayores de 80 años. Es por ello por lo que la edad avanzada se constituye como uno de los principales factores de riesgo de la ERC y de un mayor aumento de la posibilidad de daño renal, y por lo que la atención nefrológica a la población mayor tiene una relevancia especial.
El proceso de envejecimiento normal conlleva una disminución armónica de la función de los diferentes sistemas corporales, entre ellos el riñón, de forma que a lo largo de la vida se va produciendo una disminución de la función renal. Este proceso es natural y no tiene nada que ver con la enfermedad. Por ello, los expertos asistentes al encuentro han subrayado la necesidad de continuar resaltando la clara diferencia existente entre un proceso normal como el envejecimiento y una enfermedad de gran transcendencia, como es la ERC. “Si igualamos envejecimiento a enfermedad transformamos en enfermos a personas normales y muchas veces esto les impide el acceso a tratamientos que están contraindicados en este tipo de pacientes, limitándoles el beneficio que podrían obtener por ello”, indicaron.
El objetivo de las jornadas ha sido analizar la situación actual de la nefrología geriátrica desde el punto de vista de los aspectos fundamentales de la atención al paciente anciano, como la asistencia geriátrica del paciente renal y a sus grandes síndromes como la fragilidad; el envejecimiento renal y sus diferencias con la ERC, o las formas de diagnóstico de la enfermedad renal, como la fórmula HUGE. Asimismo, se han abordado otros temas como la asistencia al paciente anciano con ERC antes de su inclusión en técnicas de terapia renal sustitutiva, el ajuste de dosis de fármacos, y las complicaciones o patologías que con mayor frecuencia están conectadas en este tipo de enfermos de edad avanzada, como la diabetes, la hipertensión arterial y otros factores de riesgo cardiovascular.