Únete a nuestra comunidad
Toda la actualidad del mundo de la salud y la farmacia en Consejos de tu Farmacéutico.
Además, puedes seguirnos en nuestras redes sociales:
Bajando por la madrileña y céntrica Carrera de San Jerónimo, fue habitual durante varios años ver a Sonsoles Ónega (Madrid, 1977) subida a un taburete delante de la cámara mientras retransmitía su crónica, para tener mejor perspectiva de las escaleras del Congreso de los Diputados situadas al fondo.
Su trabajo como corresponsal parlamentaria de Informativos Tele5, había sido precedido de las crónicas para tribunales en CNN+ y Cuatro. A partir de 2018 comenzó a presentar el programa Ya es mediodía, también en Tele5, en el que continúa esta temporada, además de haber participado en los debates dominicales del reality show La Casa Fuerte del pasado verano. Colabora también en la radio, y por si todo esto no fuese suficiente trabajo, escribe novelas de éxito. Una de las cinco que ha publicado, Después del amor, recibió el Premio de novela Fernando Lara 2017 y está siendo adaptada para la televisión. Ahora acaba de presentar Mil besos prohibidos, su última entrega literaria en la que ofrece a los lectores una historia de amor de ida y vuelta entre una abogada y un sacerdote, encuentro que se sitúa a caballo entre Madrid y Lezzano, un pintoresco pueblecito a orillas del Lago Como, área geográfica en la que habitaron Napoleón Bonaparte, Verdi o Churchill, o los más actuales George Clooney y Madonna, frecuentes residentes de aquellos lares italianos.
¿Esta historia de amor que cuentas en Mil besos prohibidos, tan romántica, puede darse en la realidad o ha sido una completa creación de tu imaginación?
Me consta que estas cosas ocurren, aunque esta historia no está basada en hechos reales tengo varias conocidas que han acabado regresando con su primer amor, es perfectamente viable en la vida. Literariamente, me apetecía bucear en la complejidad de un amor difícil que parece imposible, un amor interrumpido, sobre todo, en el que acaba imponiéndose el destino fruto de una casualidad y permite a los personajes desenlazar aquello que habían vivido. Es evocador también en la vida real, todos tenemos un primer amor en la vida del que nos solemos acordar sin que nos persiga de manera obsesiva como a los personajes de esta novela. Esto puede ocurrir perfectamente.
Se plantea en la novela la cuestión del celibato en la iglesia católica. ¿Cree que algún día la curia católica cederá y se parecerá más a la iglesia anglicana, en la cual se pueden casar los curas e incluso hay mujeres en el sacerdocio?
Esto último que has dicho que haya mujeres que puedan oficiar me parecería fundamental, para adaptar la iglesia a los tiempos actuales. Escribiendo esta novela he conocido mejor la iglesia por dentro, sobre todo la formación de un sacerdote. Naturalmente que el amor a Dios es único, más que el amor, la dedicación es única y no se puede compartir. A partir de ahí desarrollan toda una teoría y práctica sobre el celibato y el voto de castidad que todos los sacerdotes hacen cuando se ordenan. Yo tengo mi propia opinión, en la novela el personaje del Padre Mauro lo traslada a los lectores y no voy a dar lecciones a la iglesia, sólo faltaba. Está ahí como un gran asunto pendiente. Hay movimientos que lo piden a Roma y de momento no hay solución, por eso que te digo, esa dedicación exclusiva que presuponen a los sacerdotes.
Uno de los lugares en los que se desarrolla la historia es Lezzeno, muy cerca del lago Como, en Italia, un área privilegiada con unos paisajes y unas villas espectaculares, que parece conocer usted bien ¿El lujo sigue siendo un reclamo para ambientar las grandes historias de amor?
Es una novela de caprichos personales que me he dado, por ejemplo, en la selección de escenarios, desde la Gran Vía de Madrid hasta ese pequeño pueblo Lezzeno, a orillas del lago Como, que visité hace un par de años y por algún motivo supe que iba a ser escenario de alguna novela. Cuando decidí que ahí transcurriría parte de la historia no me costó nada documentarme, lo tenía todo en mis cuadernos, lo fui apuntando absolutamente todo, seguramente porque me produjo cierta fascinación, me gustó mucho. Lo visité en invierno, o sea que debe ser muy distinto el lago con el lujo y todo eso que tú dices. Hay mucho de leyenda en el lago Como por sus habitantes famosos y poderosos, pero yo encontré un pueblo muy pueblo. Absolutamente evocador por su localización, el escenario del cementerio de Lezzeno es un sitio maravilloso. Tengo la manía de recorrer cementerios, no sé si es por la vena gallega o qué, y ahí me pasé una mañana sin saber que algún día sería escenario de la novela. Es un gusto personal sin más, no responde exactamente a lo que tú me preguntabas, si los escenarios de ricos y poderosos son más atractivos a la hora de vender una novela, no lo hice por eso sino porque realmente me gustó.
Creo que ya ambientó otra novela suya en un cementerio, gallego además…
Sí, escribí la tercera novela, Encuentros en Bonaval, que está localizada en Santiago de Compostela, y concretamente en ese cementerio ya tapiado de Bonaval. Algún día volveré a la Galicia más rural. Además, cuando voy a Mosteiro, el pueblo de mi padre, donde de alguna manera también están mis raíces pienso que todavía hay una generación de hombres y mujeres que tiene tantísimo que contar historias de meigas y de todo eso que pasaba en las aldeas, que me parece muy atractivo. Algún día lo haré.
Sonsoles Ónega: “Hace 40 años la estrategia en la política era el consenso y en este momento es la confrontación”
Mediaset España adquirió los derechos de adaptación de su novela Después del amor, Premio Fernando Lara 2017 ¿sabe en qué estado se encuentra su desarrollo, va a participar en él como guionista?
No, qué va. No por nada, sino por falta de tiempo. Están los guiones ya terminados, pero está parado el proyecto, en parte porque se ha parado todo por culpa de la pandemia. Estaba previsto que empezara el marzo el rodaje, pero si te digo la verdad no he preguntado que va a pasar con eso. Sería una tercera vida para esta historia de “Después del amor”. Está basada en hechos reales, se convirtió en novela y ahora quizá lo veamos en la tele, pero siendo absolutamente sincera, no sé qué va a pasar.
Como cronista parlamentaria que ha sido durante una década, habrá tenido la oportunidad de tratar a toda clase de políticos ¿Son muy distintos a lo que nos ofrecen los medios de comunicación o es todo un espectáculo para las cámaras?
Me sorprendió ver que esos que eran los que peor se llevaban en el hemiciclo luego eran capaces de mantener conversaciones y algún espacio de risas y acercamientos, que siempre es saludable. El problema es que luego no lo trasladan a la política parlamentaria, esa fue mi primera sorpresa, no se llevan tan mal. Hay algo de esperanza, pero no terminan de concebir un clima de entendimiento en las instituciones y ese es el gran problema de nuestro tiempo. Hace 40 años la estrategia en la política era el consenso y en este momento es la confrontación, marcar las diferencias más que todo aquello que les une y es un mal que provocará y profundizará la herida de la desafección de los ciudadanos con sus representantes y sus gobernantes.
Televisión, radio, novelas… van a tener que hacerle un especial en Dimax de “Cómo lo hace”, ¿no?
Se hace con organización, mucha disciplina y algo de sacrificio también, hay veces que te apetecería irte por ahí en vez de estar en casa escribiendo. Probablemente sea lo más duro porque ocupa espacio de tu tiempo libre. Lo demás no deja de ser trabajo como otro cualquiera, pero en casa escribir requiere primero un espacio habilitado, no se escribe en cualquier lado, tienes que hacerlo en un ordenador y en un espacio de silencio y eso y obliga a la familia a someterse a esa necesidad y genera algún problema de convivencia. Me convierto en una señora muy gruñona cuando estoy escribiendo y supongo que es difícil de aguantar. Pero dicho esto, todo se puede hacer, hay que organizarse. Escribir no me cuesta, es al revés, lo busco. Ahora que no estoy escribiendo nada concreto noto que me falta algo. Sarna con gusto no pica.
¿Piensa que las críticas al trabajo informativo sobre la Covid especialmente en televisión, con la propagación de bulos y falsas noticias por parte de algunos medios, es justa, o no se atiene a lo que ha ocurrido realmente?
No creo que se haya hecho mucha crítica al trabajo en televisión creo que es al revés, lo que yo recibo es mucho agradecimiento por parte de los ciudadanos. Han valorado que hayamos estado todos, desde Ana Rosa, o Joaquín Prat por la tarde, todos hemos estado encantados de poder informar en directo. De hecho, temimos en algún momento que se cerraran los platós. Ahora bien, ha sido difícil porque hemos tenido que equilibrar el drama humano que se estaba produciendo con la sensibilidad del espectador y hemos tenido que tomar nota de lo que se nos estaba diciendo, no un día sino durante días y varias semanas: cuidado que hay mucha gente en casa mayor, mucho abuelo que viviendo con sus hijos está percibiendo el abandono al que hemos condenado a nuestros mayores en residencias o en sus casas solos. Por otra parte, hemos hecho un ejercicio con la mejor de las intenciones de ofrecer a los espectadores una información rigurosa y no dejarnos llevar por los bulos que discurren por las redes sociales y por los teléfonos móviles, pues todos hemos recibido alguna cosa que por llamativa es tentadora de ofrecer también en el programa y no lo hemos hecho. Hemos molestado a los sanitarios por demás, a los médicos de los hospitales para que nos dieran testimonios y ofrecer certezas cuando no las había y tampoco las hay ahora, sabemos muy poco de este virus. Así hemos estado.
Para realizar todo ese trabajo es necesario mantenerse en forma y llevar una alimentación adecuada ¿cómo lo hace diariamente?
Efectivamente, esto que has dicho no es ninguna tontería. Desde que empecé a hacer La Casa Fuerte, un nuevo formato muy exigente, me he dado cuenta de la necesidad de estar en forma física. Hace cuatro años que a mi hijo le diagnosticaron diabetes tipo uno e impusimos una dieta bastante estricta de eliminación de procesados en la medida de los posible y reducción drástica del azúcar que está en todo lo que nos llevamos a la boca envasado. Intentamos en la medida de lo posible comer lo que comería mi abuela, aquella generación pobre que comía siempre lo básico y siempre de la tierra. Lo intentamos hacer, pero con un equilibrio de un 80/20, porque al final los niños son niños viviendo en un entorno dulce en constantes bombardeos publicitarios de productos poco saludables. Intento caminar todos los días 40 minutos en la medida de lo posible y cada dos días hago un entrenamiento de musculación para mantenerme un poco en condiciones dada ya la edad que voy teniendo.
¿Confía en los consejos de nuestros farmacéuticos?
Soy asidua a las farmacias porque son quienes me dispensan la insulina de mi hijo y me avisan y me llevan el control, “oye, que te falta para el mes que viene la insulina del niño. Soy de ir a la farmacia y preguntar cosas, casi siempre remedios que sean naturales.
Para los del mundillo literario, 90 por ciento mundillo y 10 por ciento literario, como dijo Ruiz Zafón en su día, ¿afecta participar en un reality show a su prestigio como escritora?
No me habían hecho esta pregunta enfocada a la literatura. Creo que uno no cambia en 15 minutos, por hacer un reality no creo que dejes de escribir novelas, en todo caso a lo mejor dejas de hacer reality, pero no al revés. Sin lectores no hay literatura y sin espectadores no hay televisión, y a partir de ahí trabajemos. No hay nada más.
Por Xoán Luaces