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Según datos del Ministerio
de Sanidad y consumo, España es el país europeo con mayor índice de consumo de
productos del tabaco, algo que hace retorcerse en sus asientos a los fumadores
?pasivos?
Producto
terapéutico en sus inicios, no es hasta el siglo XVII cuando el tabaco se
establece en Europa como una moda cargada de connotaciones sociales. Y ocurre
precisamente cuando ya se sabía de sus efectos nocivos: pipa, rapé, puro o
cigarrillo cargaban de placer un hábito que el tiempo ha demostrado ser muy
difícil de abandonar.
Fumar mata
La
SEPAR, en su lucha sin cuartel contra el tabaco, aboga porque el nuevo
Ministerio de Sanidad lleve a cabo el Plan Nacional contra el Tabaquismo
previsto en la anterior legislatura, antes de que finalice el año. Este plan
contemplaba entre otras medidas, la prohibición de la publicidad y el
patrocinio de productos del tabaco, el aumento de los impuestos que lo gravan,
la supresión de las máquinas expendedoras, la financiación de tratamientos
antitabaco y la ampliación de los espacios libres de humo. Y lo hace en base a
datos que, sólo referidos a la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica),
nos hablan de hasta 2.000.000 de españoles afectados, de los cuales sólo una cuarta
parte conoce la enfermedad y se encuentra bajo tratamiento. Entre los síntomas
de esta patología caracterizada por la obstrucción crónica de las vías
respiratorias y cuya causa está directamente relacionada con el consumo de
tabaco, están: disnea (respiración difícil o desproporcionada a la actividad
física realizada) tos, pitidos, y aumento de la producción de esputos. El
diagnóstico más fiable se realiza mediante aparatos de espirometría, mientras
que el tratamiento está destinado a paliar los síntomas con medicamentos
broncodilatadores o tiotropos. Aunque claro está, los neumólogos coinciden en
que el único tratamiento real contra la enfermedad consiste en dejar de fumar.
1 de cada 10 personas
mayores de 40 años padece EPOC, enfermedad que va camino de convertirse en la
segunda causa de muerte en España
?Pasivos? muy activos
La
prohibición irlandesa de fumar en lugares públicos no ha venido de la nada,
sino de la constatación de datos alarmantes: según datos aportados por el
Ministerio de Sanidad irlandés, el tabaquismo ambiental aumenta entre un 20 % y
un 30 % el riesgo de padecer cáncer de pulmón y un 30 % el de sufrir una
enfermedad cardíaca. Tal y como rezan las investigaciones vigentes, en Europa
existe un 80 % de personas mayores de 15 años que están expuestas al humo de
los cigarrillos, porcentajes que en Europa nos hablan de hasta 95.000 muertes
derivadas del tabaquismo pasivo y que en España se evalúan en unas 10.000
muertes anuales.
Datos de consumo
*Fuente:
Encuesta Nacional de Salud 2001
v
España
es el país europeo con más índice de consumo de productos del tabaco (34,4 % de
la población).
v
El
reparto entre sexos equivale a un 42,1 % de hombres fumadores y un 27,2 % de
mujeres.
v
Respecto
a la edad, el grupo situado en la franja de 25-44 años es el más fumador (48,2
%), seguido por jóvenes de entre 16 y 24 años (41,7 %).
v
El
número de muertes directamente atribuibles al tabaco durante el año 1998 ha
sido de 55.613 (92,5 % en hombres y 7,5 % en mujeres).
v
De
todas estas muertes, el 26,5 % se debieron a cáncer de pulmón, el 20,9 % a
EPOC, el 12,8 % a cardiopatía isquémica y el 9,2 % a enfermedad
cerebro-vascular.
Una ayuda triple
Las
tres principales dificultades con las que dicen encontrarse los fumadores a la
hora de dejar el hábito de fumar son, por este orden, el hábito en sí, la
adicción a la nicotina y el placer que produce fumar. Tres titanes imposibles
de derribar sin la ayuda de tres armas cuya combinación las convierte, la
mayoría de los casos, en infalibles: la fuerza de voluntad, la ayuda
psicosocial de manos del especialista y el refuerzo farmacológico con la
Terapia Sustitutiva con Nicotina (TSN). De hecho, según Ignacio Granda, coordinador
del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica
(SEPAR), el éxito de la terapia sustitutiva con nicotina es del 20 %, pero si a
ello unimos el seguimiento del especialista y la combinación de fármacos, se
habla entonces de cifras que rondan el 40 % de éxito, ya que dejar de fumar es
resultado de un largo proceso en el que están implicados los tres pasos. Y lo
que es más, en palabras de Carlos Jiménez, presidente de la Sociedad Española
de Especialistas en Tabaquismo, (SEDET), esta combinación ha resultado ser
eficaz a corto, medio y largo plazo.
Apoyo psicosocial
De manos del médico y/o del
farmacéutico
Normalmente
el objetivo de las terapias psicológicas para dejar de fumar suele radicar en
romper la asociación entre tabaco y vida cotidiana (salidas nocturnas, café de
por las mañanas, sobremesas?). Deshaciendo esos lazos de comportamiento, el paciente
podrá concebir su día a día en ausencia de cigarrillos. Para ello y según
indicaciones de la Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo, el apoyo
psicosocial debe impartirse en tres direcciones: terapias presenciales, apoyo
telefónico, y terapias de grupo. Esta última permite al fumador compartir la
experiencia y las dificultades con personas que están en la misma situación,
con lo que se reducen los sentimientos de frustración.
Síndrome de abstinencia o ?craving?
Los
cigarrillos son adictivos porque proporcionan nicotina al cerebro a gran
velocidad, en un tiempo estimado de unos 10-20 segundos. Cuando un fumador
habitual intenta dejar el hábito, aparece el llamado síndrome de abstinencia o
?craving?, con los consiguientes efectos secundarios. Una vez superados los
síntomas psicosociales asociados a la dependencia tabáquica, la TSN logra
suplir parte de la nicotina normalmente obtenida a través de los cigarrillos,
previniendo o paliando los síntomas del ?craving?. Durante el tiempo que dure
esta terapia, el médico o farmacéutico irá reduciendo progresivamente la
cantidad de nicotina, a medida que el paciente vaya avanzando en su empeño. En
contra de lo que se pueda pensar, el aporte de nicotina que proporciona la TSN
es suficiente para controlar el ?craving? y sus síntomas, pero el aporte más
lento de nicotina significa que no refuerza la sensación placentera que los
fumadores experimentan gracias a la nicotina inhalada en los cigarrillos y por
lo tanto no provoca adición. Como media, la cantidad de nicotina que se
dispensa a través de la TSN se sitúa entre un 30 % y un 50 % de la total
obtenida a través de cigarrillo, de manera que la cantidad de nicotina en el
plasma de la sangre es siempre inferior que cuando se fuma.
Cómo funcionan los chicles
En
contra de lo que pudiera pensarse, la nicotina no es dañina. Son el resto de
componentes del humo de tabaco (más de 4.000), los que son sustancias tóxicas,
de las cuales, unas 40 sustancias son cancerígenas, entre ellas el alquitrán y
una gran variedad de químicos. Al sustituir físicamente al cigarrillo y
proporcionar una baja dosis de nicotina, la terapia sustitutiva con chicles de
nicotina está altamente recomendada, ya que proporciona satisfacción al
paciente evitándole sufrimientos, si bien hay que decir que el camino no es
fácil y las recaídas son parte del proceso, sobre todo durante los tres
primeros meses.
v
Las
presentaciones de los chicles de
nicotina, en 2 y 4 mg, las recomendará el farmacéutico en función del menor o
mayor grado de dependencia tabáquica (lo que equivale a fumar menos de un
paquete diario y más de un paquete diario de 20 cigarros respectivamente).
v
La
correcta masticación del chicle es
fundamental para garantizar su eficacia y la ausencia de efectos secundarios.
Cada chicle debe ser masticado lentamente hasta sentir un fuerte sabor
(nicotina que se libera). A continuación se debe dejar de mascar hasta que el
fuerte sabor desaparezca. Luego se repite el proceso hasta que se haya liberado
toda la nicotina (transcurridos unos 20-30 minutos).
v
Si
se mastican rápidamente pueden aparecer efectos
secundarios, aunque de ninguna gravedad, como irritación de boca y
garganta, hipo y vértigo
Cómo funcionan los parches
Los
parches de nicotina también han probado su eficacia para ayudar a dejar de
fumar. La nicotina contenida en los parches se concentra en una película de
tres capas: una que tiene la función de soporte, una media que contiene
nicotina y adhesivo, y una muy delgada que controla la liberación y que es la
que se pone en contacto con la piel. Cuando el parche se aplica sobre ésta, la
nicotina se libera lentamente y se absorbe sin producir los picos altos y
rápidos en la concentración plasmática que sí se observan después de fumar
cigarrillos.
v
Los
parches deben colocarse al levantarse por
la mañana.
v
Deben
aplicarse sobre la piel limpia, sin
heridas y preferiblemente en una zona sin vello.
v
Es
aconsejable cambiar el lugar de
aplicación del parche para evitar excesivas irritaciones de la zona.
v
Los parches de 16 horas están especialmente
diseñados para limitar la dosis de nicotina a las horas de vigilia. Así se
evita que el organismo reciba esta sustancia durante el sueño (reproduciendo
fielmente los períodos del día en que se aportaba nicotina durante el hábito
tabáquico). Con ello, además, se evita el insomnio que la nicotina puede llegar
a provocar.
Un aspecto fundamental del
TSN es la reducción al 100 % de los riesgos para los fumadores pasivos