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¿Te imaginas lo que es vivir con la sensación de que todo da vueltas a tu alrededor?, ¿tumbarte en la cama y que parezca que vas montado en un barco? Se llama vértigo, un trastorno real que nada tiene que ver con el miedo a las alturas, y que, a menudo, lleva aparejados fenómenos de ansiedad y depresión secundarios.
El 80% de la población ha sufrido algún episodio de vértigo en su vida. De hecho, el vértigo y la sensación de mareo son la tercera causa de consultas en Atención Primaria y una de las más habituales en las consultas de otorrinologaringología. Existen dos tipos de vértigo: la sensación irreal de desplazamiento de los objetos del entorno (vértigo objetivo o externo), o bien, de movimiento propio (vértigo subjetivo o interno).
Esta sensación de movimiento no debe confundirse con el vértigo de altura, tal y como señala el doctor Pedro Amaro, jefe de servicio del Instituto Oto Vértigo de Madrid y coordinador de la Guía clínica sobre el diagnóstico y tratamiento del vértigo, avalada por la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC). Según este experto, los síntomas incluyen mareos, náuseas o vómitos, inestabilidad postural, caídas con o sin síncope, oscilopsia, lateropulsión, etc. Pueden ocurrir a diario (una o varias veces al día), semanalmente, mensualmente, o incluso tener un único episodio. Además, en torno a un 5% de los casos, el mareo y el vértigo se producen como reacciones adversas a algunos medicamentos, y en el caso de algunos fármacos como los inhibidores de la recaptación de serotonina o antidepresivos tricíclicos, nunca deben retirarse de manera brusca, ya que pueden producir mareo, vértigo o ataxia.
Está demostrado que afecta en mayor medida a mujeres frente a hombres y en personas mayores, la incidencia aumenta de forma significativa. Más del 5% de episodios de mareos y vértigo se debe a reacciones adversas de los medicamentos.
El porqué de las náuseas y vómitos
Cuando el sistema vestibular se estimula enérgicamente por movimiento real o por vértigo se produce una súbita activación del centro del vómito troncoencefálico y aparece el cuadro de náuseas y vómitos. Según el doctor Amaro, en ocasiones este cuadro es más intenso e incapacitante que el propio vértigo, por lo que se considera su control como prioritario en el manejo óptimo. El grupo de fármacos que tienen eficacia para atenuar el vértigo y los síntomas vegetativos son los sedantes vestibulares asociados con antieméticos.
Un solo término para muchas variantes
· Según explica el doctor Amaro en su guía, el vértigo posicional paroxístico benigno es la entidad más frecuente de todos los casos (30%). Unas partículas de carbonato cálcico (denominadas otoconias) se desplazan desde su posición natural y se cuelan en unos de los conductos semicirculares; cuando el paciente cambia de posición su cabeza, por efecto gravitacional, esas partículas se desplazan dentro del conducto y ello genera una información errónea de movimiento (vértigo). Es el vértigo asociado, cuando el paciente se tumba o se gira en la cama, o cuando levanta la cabeza para coger algo de un estante. ‘Es un cuadro que dentro del mundo médico se achaca erróneamente a un problema de columna cervical pero, por otra parte, es el vértigo con mejor tasa de curación’, señala el doctor Amaro.
· Otros cuadros que producen vértigo periférico, con origen en el oído interno, son: la enfermedad de Menière es una patología crónica del oído interno, que afecta a 3 de cada 1.000 españoles.
· Migraña vestibular: es la segunda causa mundial de vértigo episódico. Tanto la enfermedad de Menière o la migraña vestibular pueden tener una historia familiar de vértigo.
· Neuritis vestibular, que suele ser de origen vírico.