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Para la mayoría (de expertas y usuarias) el retinol es “el principio cosmético” por antonomasia debido a sus múltiples beneficios (especialmente su acción antienvejecimiento). Pero igual que cuenta con adeptas (casi adictas) también hay personas reticentes a utilizarlo por la creencia de que se trata de un ingrediente “fuerte” y no apto para todo tipo de pieles. Tal y como explica la farmacéutica Belén Acero, titular de la Farmacia Avenida de América y especialista en dermocosmética, la clave está en usarlo adecuadamente:
“El retinol es un derivado de la vitamina A y forma parte de la familia de los retinoides, un término general que se aplica a todo tipo de derivados de esta vitamina, tanto de venta libre como recetados. Cuando se trata del cuidado de la piel, el retinol es bien conocido como un activo antienvejecimiento muy poderoso con muchos beneficios, como favorecer la renovación celular y la capacidad de suavizar las líneas finas y arrugas, además de mejorar la textura de la piel y unificar el tono. También actúa como un exfoliante eficaz que limpia los poros en profundidad y equilibra la producción de sebo, para evitar los brotes de acné”.
Para comprender todo este potencial de beneficios cosméticos hay que tener muy en cuenta cómo actúa el retinol: “Penetra en las capas más profundas de la piel, donde estimula la síntesis de colágeno y elastina. Al aplicar retinol esencialmente se está enseñando a las células cutáneas a regenerarse más rápido”, dice la experta, quien lanza una serie de recomendaciones para las principiantes o no iniciadas en este principio activo:
- “Es posible que cuando se empiece a usarlo por primera vez la piel pase por un periodo de sequedad, enrojecimiento o descamación, hasta que quede completamente retinizada. Estos ‘efectos secundarios’ no ocurren siempre, por lo que no tienes que pensar que si a ti no te ocurre es que el retinol no está haciendo efecto. Y en caso de que sí se manifiesten estos efectos, hay que tener paciencia, porque suelen ser pasajeros”.
- “Se recomienda comenzar a usarlo como parte de un régimen preventivo antienvejecimiento a partir de los 26-27 años, cuando la producción de colágeno y elastina y de ácido hialurónico comienza a disminuir”.
- “Los efectos secundarios del retinol se discuten ampliamente, tanto como sus beneficios, pero éstos, sin duda, superan a los ‘daños’ que además son temporales cuando esta sustancia se usa adecuadamente, y su aparición no significa que haya que prescindir de este ingrediente”.
- Asimismo, la experta advierte que el retinol es un ingrediente fotosensible, lo que hace que la molécula se desestabilice y pierda su eficacia con la luz del sol. “Por lo tanto, se recomienda utilizarlo por la noche y usar siempre SPF al día siguiente como parte de la rutina matutina. Por la misma razón, no es recomendable comenzar con el retinol en verano ya que si se produce irritación y sobre esa piel irritada actúa la luz solar, puede salir una mancha o hiperpigmentación post inflamatoria. De hecho, el otoño es la mejor época para iniciarse en su uso”.
- La pauta de aplicación es sencilla: basta con una pequeña cantidad en el rostro, cuello y escote, teniendo cuidado de evitar la zona del contorno de ojos y los labios, después de una doble limpieza. “Después, dejar que la piel absorba el retinol durante aproximadamente 15 minutos, aplicando seguidamente una crema hidratante con algunos principios activos que ayuden a fortalecer la barrera cutánea (ceramidas, niacinamida), así como activos hidratantes, como el ácido hialurónico o el ácido poliglutámico”.


Guía práctica para iniciarse en el retinol
En los casos en los que nunca se haya usado esta sustancia o se tenga la piel sensible, Belén Acero aconseja comenzar con un producto con un porcentaje muy bajo en retinol, como por ejemplo 0,1%, un 0,2% o, incluso, un derivado de retinol, como el retinyl palmitate. “Básicamente, la piel necesita aprender a tolerar la molécula, y la mejor manera de hacerlo es comenzar lentamente y avanzar gradualmente hacia una fórmula más potente con el tiempo”. Comenzar utilizando el producto con retinol una vez a la semana durante 10 días y, si no se experimenta ninguna reacción, se puede aumentar la dosis a dos veces alternas por semana durante otros diez días. “Después, si la piel responde bien, se puede aumentar la frecuencia a un día sí y otro no. Cada una conoce su piel, así que hay que tomárselo con calma y prestar atención a cómo luce cada semana. Cuando se hayan superado esos primeros días, se podrá aplicar el retinol todas las noches, recordando, eso sí, utilizar protección solar de amplio espectro por la mañana”, dice la farmacéutica.