Con la idea de arrojar un poco de luz sobre el -cada vez más- complejo mundo de la formulación cosmética, hemos analizado las señas de identidad de algunos de esos ingredientes de los que todo el mundo habla para que conozcas de primera mano qué puedes esperar de ellos, facilitarte la elección y ayudarte a optimizar sus beneficios.

El “catálogo” de activos cosméticos está en continuo crecimiento, así que no es difícil “perderse” y no saber muy bien qué aporta cada uno o determinar cuál es el mejor para un problema cutáneo concreto. Antiedad, redensificante, antioxidante, reparador, calmante… Al buscar un producto cosmético la prioridad suele ser el efecto que produce en la piel y/o el beneficio que puede aportar a una necesidad o situación cutánea concreta. Sin embargo, hay una serie de principios activos -algunos ya “veteranos”, otros de nueva generación- que tienen tal protagonismo y “entidad” por sí mismos que llegan a eclipsar otras peculiaridades del producto en el que están incluidos. “Clásicos” como la vitamina C, omnipresentes como el ácido hilaurónico o en pleno auge como el bakuchiol son los protagonistas absolutos de la cosmética actual, de ahí la importancia de conocerlos, saber sus propiedades, cómo actúan y la forma de utilizarlos adecuadamente.

Lo primero de todo: a cada piel, su activo

Antes de profundizar en las características de los ingredientes más punteros, es importante tener claro cuáles son los más indicados al tipo y características de cada piel, tal y como explica la farmacéutica Belén Acero, experta en dermocosmética y titular de la Farmacia Avenida de América, de Madrid:  

-Pieles grasas: “Este tipo de pieles pueden tener también tendencia al acné, y en ellas lo que se persigue es controlar la producción excesiva de sebo, para que no obstruya los poros y evitar que aparezca un brote de acné, mantener a raya los brillos indeseados, mejorar la textura de la piel e hidratar y fortalecer la barrera cutánea con el objetivo de mantenerla sana. En este sentido, principios activos como el ácido salicílico, con propiedades queratolíticas y seborreguladoras, penetran en el interior del poro, disolviendo la grasa y, de esta forma, ayudando a controlar la aparición de imperfecciones, mejorando además las marcas de acné y la textura de la piel”.

“El ácido glicólico, por su parte, es un buen aliado de las pieles grasas ya que tiene propiedades exfoliantes que hacen que se renueve la piel, eliminando las células muertas. Por último, el retinol también supone una gran apuesta para esta tipología cutánea porque mejora la textura, disminuye la producción de sebo, previene las arrugas y mejora el tono”, añade Belén Acero.

-Pieles secas: La farmacéutica comenta que las pieles secas suelen presentar una falta de lípidos estructurales, por eso deberían utilizar activos que las nutran y, en definitiva, que aporten esos lípidos de los que carecen. “Entre estos activos destacan las mantecas, los aceites y las ceramidas. Además, en muchas ocasiones, estas pieles también están deshidratadas, por lo que sería interesante aportar sustancias que retengan la hidratación y eviten la pérdida de agua transepidérmica”.

Sin duda, el activo más adecuado para esta tipología cutánea es el ácido hialurónico: “Tiene capacidades restauradoras, aumenta el contenido de humedad de la piel y la defiende de la deshidratación. Este ingrediente es capaz de retener hasta 1.000 veces su propio peso en agua, lo que lo convierte en un hidratante óptimo para todo tipo de pieles, incluidas las secas y sensibles. El escualano es otro activo que reduce la evaporación del agua y ayuda a hidratar la piel, al igual que el ácido poliglutámico, un principio activo natural, derivado de la fermentación de la soja, que tiene propiedades hidratantes”.

-Pieles sensibles: “La niacinamida es ideal en estos casos porque ayuda a reparar la barrera cutánea. Por su parte la centella asiática tiene propiedades calmantes y cicatrizantes, y contribuye a mantener la humedad de la piel. Otro ingrediente recomendado para estas pieles es el pantenol, muy recomendable para la sensibilidad cutánea pues cuenta con propiedades hidratantes, emolientes y antiinflamatorias”.

-Pieles maduras: Para Belén Acero, en el caso de las pieles maduras es interesante utilizar activos que promuevan la síntesis de colágeno, una sustancia presente de forma natural en la epidermis cuyo contenido se reduce considerablemente con el paso de los años. “Entre ellos, el retinol es el principio activo antiedad por excelencia: atenúa las líneas finas y las arrugas; mejora el estado de las manchas; aporta mucha luminosidad al rostro e incluso controla muy bien los posibles brotes de acné que pueden darse en la edad adulta”.

Sin embargo, en algunos momentos como el embarazo, su uso está contraindicado, de ahí que se recomienden otras alternativas como el bakuchiol, que es la versión vegetal del retinol. “Otros activos que ayudan a los fibroblastos a sintetizar colágeno son la vitamina C, un ingrediente de eficacia demostrada frente a la acción de los radicales libres. “También me gusta recomendar péptidos como el argeline, conocido como botox-like, que inhibe parcialmente la contracción del músculo favoreciendo así que aparezcan menos arrugas de expresión”.

Los tres más “populares” y con mayor protagonismo

1-Vitamina C: beneficios de amplio espectro

1-Vitamina C: beneficios de amplio espectro

-Características: “La vitamina C es una molécula vital tanto para la salud como para el aspecto general de nuestra piel, ya que la protege del daño causado por los radicales libres generados por la luz del sol, el tabaco y la contaminación. Y, además, mejora el envejecimiento prematuro. Todas estas cualidades la convierten en un activo imprescindible en cualquier rutina facial”, explica Anna Puelles Lostao, directora del Centro de Estética Lostao, en Zaragoza.

-Beneficios: “No es que sea el activo más potente, sino que es el que ofrece más beneficios”, apunta la experta. Las principales propiedades de este ingrediente se derivan de su efecto antioxidante, que se manifiesta en sus múltiples capacidades protectoras: estimula la generación de colágeno, por lo que mejora las arrugas y la flacidez; interviene en el tratamiento de las manchas cutáneas; favorece la cicatrización de las heridas, y tiene un efecto antiinflamatorio. “Aporta beneficios a todo tipo de pieles. En las grasas mejora muchísimo su textura y equilibra la secreción sebácea, mientras que en las maduras corrige los signos del envejecimiento. También tiene efectos positivos sobre el estado de las pieles sensibles”, dice Anna Puelles Lostao.

-Lo que hay que saber:

  1. “Se trata de uno de los activos más complicados de formular, ya que es muy inestable y no todas las vitaminas C tienen un efecto antioxidante. Para que proporcione, de hecho, este efecto, debe cumplir unos parámetros de formulación concretos: que sea vitamina C pura (los derivados aportan mucha luminosidad, pero no tienen ese efecto antioxidante); que tenga entre 10-15% de vitamina C pura; y, muy importante, que su pH esté por debajo de 3,5, algo que es difícil de comprobar para el consumidor ya que se trata de detalles muy técnicos”, apunta Puelles Lostao.
  2. Debe aplicarse de manera ininterrumpida y preferiblemente por la mañana.
  3. Lo ideal es utilizarla junto a un SPF (factor de protector solar) ya que, como destaca la experta, ambos ingredientes son complementarios y uno refuerza la acción del otro.
  4. No existe una edad exacta a partir de la cual haya que empezar a usar este activo, sino que depende del estilo de vida. Está especialmente indicada en las personas que toman el sol en exceso o que acuden a cabinas de rayos UVA sin protección, y también en las fumadoras y en las que practican deporte en el exterior con frecuencia”.
  5. Los productos que incluyen vitamina C con el tiempo se oxidan de manera natural, “por ello, hay que evitar que esté en contacto con la luz directa y también guardarlo en un lugar en el que haga mucho calor. Sin embargo, esta peculiaridad no es algo que afecte a la calidad, ya que el cosmético, una vez abierto, se mantiene en perfecto estado durante 12 meses”, señala Anna Puelles Lostao.

1-Neoretin Discrom Control Concentrate, de Cantabria labs. Solución concentrada en ácido glicólico y otros ingredientes despigmentantes de uso diario para unificar e iluminar el tono, reduciendo visiblemente las manchas y la hiperpigmentación.

2-C-VIT 5, de Sesderma. Sérum antiedad con 5 tipos de vitamina C estabilizadas y liposomadas, creando una fórmula perfecta para todo tipo de pieles.

2-Bakuchiol: las bondades del fito-retinol

-Características: Conocido popularmente como la “alternativa vegetal” al retinol, este activo procede de una planta originaria de la India, la Psoralea corylifolia, también conocida como Babchi. De ella (concretamente de sus hojas y semillas) procede un activo, el bakuchiol, que ha demostrado tener un comportamiento muy similar al retinol porque activa los mismos receptores retinoicos de este principio activo. Este rol de opción natural al retinol está avalado por estudios científicos, el más revelador de los cuales se publicó en el International Journal of Cosmetic Science, en el que se demostraban sus propiedades antienvejecimiento y antibacterianas, con acción directa sobre el colágeno y la elastina, reduciendo las arrugas y líneas de expresión, mejorando la elasticidad y la firmeza de la piel, además de sus propiedades cicatrizantes, que minimizan la decoloración asociada a los procesos inflamatorios.

-Beneficios: Las “bondades cosméticas” de esta sustancia se suelen explicar en base a su comparación con el retinol. “Los dos son activos con una clarísima y efectiva función antiedad. Aunque la labor rejuvenecedora del bakuchiol se alarga en el tiempo (es menos rápida), sus efectos son similares con un uso continuado”, comenta Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8.

Tanto el bakuchiol como el retinol tienen capacidad antioxidante, ofreciendo por tanto una acción protectora ante los efectos negativos de los radicales libres de distinta procedencia. “Donde sí hay una notable diferencia es en cuanto al efecto calmante: mientras que el bakuchiol tiene una clara actividad calmante al inhibir ciertas respuestas inflamatorias de la piel, el retinol no presenta dicha inhibición y, de hecho, aumenta las citoquinas proinflamatorias. Por ello, siempre se recomienda un periodo de adaptación al empezar a usar retinol e ir aplicándolo poco a poco, una precaución que no es necesaria en el caso del bakuchiol”, apunta San Gregorio.

-Lo que hay que saber:

  1. -El bakuchiol es un activo muy fácil de utilizar, se puede añadir a la formulación en cualquier momento; no tiene ninguna contraindicación con otros componentes y es un ingrediente perfecto para estabilizar el retinol. “De hecho, puede usarse en combinación con el retinol para potenciar sus efectos sin necesidad de aumentar la potencia de los tratamientos con retinoides”, señala Elisabeth San Gregorio.
  2. A diferencia del retinol, cuyo uso más recomendado es el nocturno, el bakuchiol puede aplicarse mañana y noche sin problema.
  3. Para los expertos, la elección de uno u otro activo depende de la tipología cutánea y los gustos personales, pero el bakuchiol está especialmente recomendado para las personas que sufren de hipersensibilidad cutánea y también para las que se encuentran en periodos de embarazo o lactancia (circunstancias en las que no está aconsejado el uso del retinol).

3-Teracell Eye Cream, de Laboratorios LaviGor. Crema para el contorno de ojos con ácido hialurónico puro y biológico y bakuchiol, con una potente acción revitalizadora celular.

4-Serum Healthyaging +, de Babé. Sérum multi función con bakuchiol y textura crema-gel que actúa como escudo protector frente al exposoma y sobre los signos del envejecimiento.

3-Acido glicólico: Más allá de la exfoliación

-Características: Es un alfahidroxiácido (AHA) que actúa como uno de los mayores exfoliantes ya que debido a su bajo peso molecular puede llegar a las capas más profundas de la piel, regenerándola a nivel celular y estimulando la producción de colágeno.

-Beneficios: Tal y como explica Piluca Barrau, farmacéutica especializada en Dermatología, la función del ácido glicólico es humectante, debido a su capacidad para retener moléculas de agua, “pero principalmente se trata de un activo exfoliante, ya que ayuda a disminuir la unión entre las células, favoreciendo así que se realice la descamación, es decir, acelera el ciclo de intercambio celular, eliminando las células antiguas que permanecen en la superficie del rostro y haciendo que aparezcan las nuevas, que son de mejor calidad”. Tanto los tratamientos como los cosméticos que incluyen ácido glicólico proporcionan efectos muy visibles: mejoran el tono y textura de la piel, haciendo que ésta se vea más unificada; reducen los poros abiertos; eliminan las manchas cutáneas (combinados con otros productos despigmentantes); eliminan el acné y sus cicatrices; en pieles con rosácea minimizan las rojeces; reducen las arrugas de expresión (al conseguir aumentar el volumen de la piel); y estimulan producción de colágeno y ácido hialurónico de forma natural.

-Lo que hay que saber:

  1. La acción exfoliante de este ingrediente ayuda a mejorar el aspecto de la piel “pero hay que tener en cuenta que también hace que ésta quede más expuesta a la radiación solar y al exposoma, de ahí que sea indispensable usar una protección solar de amplio espectro durante el día y combinarlo, a ser posible, con un buen antioxidante”, advierte Piluca Barrau.
  2. Según la experta, el uso de ácido glicólico está especialmente indicado en las pieles con acné, ya que elimina la obstrucción que puede existir en el folículo, “sobre todo los comedones que se producen en pieles acneicas y las lesiones de inflamación de los granos”.
  3. A nivel corporal ayuda a combatir el aspecto de las estrías blancas, debido a su capacidad para favorecer la síntesis de las fibras de colágeno.
  4. En cuanto a los tratamientos médico estético a base de este ácido, la enfermera dermocosmética Rachel Keys apunta que “aunque en principio el ácido glicólico es apto para todo tipo de pieles, será el profesional sanitario el que valore el tratamiento que mejor se adecúe a las necesidades de cada persona, ya que se debe seguir un protocolo exhaustivo para no producir irritaciones en la piel”.

Ácido hialurónico: conocerlo es usarlo (para siempre)

“Técnicamente”, el ácido hialurónico -conocido también como hialuronano o hialuronato- es una sustancia viscosa y resbaladiza que el cuerpo produce de forma natural. De hecho, los científicos han constatado su presencia en todo el organismo, especialmente en los ojos, las articulaciones y la piel. “El ácido hialurónico es ideal para todo tipo de pieles. Por lo general, no irrita y no desencadena en acné, rosácea ni reacciones cutáneas alérgicas”, explica Felipe Martín Núñez, farmacéutico titular de la Farmacia Galileo 61, de Madrid, y creador de la firma JustElements. “Sin embargo (añade el experto) las personas con piel seca y/o madura son las que más se benefician de su uso”.

El especialista destaca cuáles son las principales acciones que tiene este ingrediente cosmético a nivel cutáneo:

  1. Ayuda a mantener la hidratación, debido a su enorme capacidad para retener el agua, de ahí que sea uno de los activos de elección para tratar los problemas de sequedad.
  2. Aporta flexibilidad a la piel: ayuda a la piel a estirarse y flexionarse, reduciendo de esta forma las arrugas y las líneas de expresión.
  3. Favorece la curación de las heridas cutáneas: Se ha demostrado que el ácido hialurónico ayuda a que las heridas cicatricen y se curen más rápido, pudiendo reducir la formación de cicatrices.

A pesar de llevar en su nombre la palabra “ácido” el farmacéutico destaca que se trata de un principio activo totalmente seguro: “No se conocen efectos secundarios a su utilización. No hay que olvidar que se trata de una sustancia que produce el propio cuerpo”.

Martín Núñez explica por qué es tan importante incorporar este principio activo en la rutina diaria del cuidado de la piel: “A medida que envejecemos, perdemos colágeno y ácido hialurónico de forma natural, por lo que la piel se deshidrata más fácilmente. Además, las inclemencias del tiempo, las calefacciones durante el invierno, ciertos productos para el cuidado de la piel y las afecciones cutáneas subyacentes pueden provocar pequeñas roturas en la barrera protectora de la piel, permitiendo que el agua se escape. Por eso, crear una rutina de cuidado de la piel a medida, que incluya productos hidratantes formulados con ácido hialurónico, puede ser muy beneficioso”

5-Hyaluronic Moisture, de Isdin. Dúo de cremas hidratantes (pieles normales a secas y pieles sensibles) con dos tipos de ácido hialurónico que aportan hidratación intensa, mantenida y reforzada.

6-Benzacare Gel Exfoliante Anti Puntos Negros, de Galderma. Exfolia suavemente gracias a la combinación de ácido glicólico y ácido salicílico, mejorando la textura de la piel y aportando luminosidad.

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Carla Nieto

Venezolana de nacimiento y gallega de corazón. Me licencié en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Desde hace 30 años escribo sobre salud & medicina, nutrición,...