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La pancreatitis crónica no representa una situación urgente aunque sí importante
Consiste en una inflamación mantenida del páncreas que provoca fibrosis del mismo (una especie de cicatrización). Esto dar lugar a una pérdida de tejido que termina por alterar el funcionamiento de la glándula, lo que a largo plazo la pancreatitis crónica puede provocar diabetes y maldigestión.
El páncreas es un órgano localizado detrás del estómago con dos funciones principales. De un lado segrega enzimas necesarias para digerir los alimentos. A su vez, produce hormonas que participan de modo importante en el mantenimiento de la concentración normal de glucosa en la sangre, como la insulina y el glucagón. Cuando se presenta cicatrización del páncreas, el órgano ya no es capaz de producir adecuadamente estas sustancias provocando distintas complicaciones.
Alcohol, la causa más frecuente
En la mayor parte de los casos la pancreatitis la causa una ingesta abusiva de bebidas alcohólicas. También puede aparecer vinculada a trastornos o enfermedades del metabolismo, como la hipercalcemia (un exceso de calcio en la sangre) o la insuficiencia renal crónica. Además, pueden incidir en su desarrollo factores nutricionales (dietas muy bajas en proteínas y muy bajas o excesivas en grasa) y genéticos. En otros casos no es posible identificar una causa concreta.
Sus síntomas
El dolor abdominal es un síntoma común a la mayoría de los pacientes. Suele producirse después de las comidas y se localiza en el centro del abdomen irradiándose a la espalda por ambos lados “en cinturón”. La pancreatitis crónica puede provocar además, náuseas y vómitos, diarrea, pérdida de peso o ictericia (color amarillento de los ojos y la piel).
¿Cómo se trata la pancreatitis crónica?
La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) explica que, aunque es un proceso crónico, en algunos casos la administración de un tratamiento adecuado consigue controlar la enfermedad y en ocasiones revertir en cierta medida las lesiones. En contraposición a la pancreatitis aguda que requiere hospitalización inmediata, la forma crónica no representa una situación urgente aunque sí importante. El tratamiento está encaminado a mejorar la calidad de vida y paliar las complicaciones. Se deberá evitar el alcohol y realizar una dieta ligera con comidas frecuentes y poco cuantiosas. Para paliar el dolor pueden ser necesarios analgésicos asociados a tranquilizantes o a opiáceos. La función que el páncreas va perdiendo se suplirá mediante la administración por vía oral de enzimas. Si se desencadena una diabetes, debe tratarse adecuadamente al igual que otras complicaciones que puedan aparecer.