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Una endocarditis se produce cuando microorganismos llegan desde el torrente sanguíneo y se instalan en el corazón, fijándose en el endocardio
Normalmente la endocarditis ocurre en personas con alguna cardiopatía congénita, valvulopatía o en portadores de válvulas. Se trata de una situación urgente y con mal pronóstico cuya mortalidad no ha disminuido en las últimas tres décadas, a pesar de los avances.
La endocarditis infecciosa es la inflamación del revestimiento interno de las válvulas y cavidades cardiacas (endocardio), producida por la infección por un microorganismo, generalmente bacterias, que comienzan a multiplicarse, formando vegetaciones. Son muchas las especies de microorganismos que pueden causar una endocarditis, pero las más frecuentes son las bacterias, sobre todo, estreptococos y estafilococos. Alrededor del 20% de los pacientes con endocarditis infecciosa son portadores de válvulas cardíacas protésicas y/o dispositivos intracardiacos, constituyendo un factor que predispone a la infección y convierte a estos pacientes en un grupo especialmente vulnerable.
Palabras mayores
El crecimiento de los microorganismos y la respuesta del sistema inmunitario para controlar la infección pueden ocasionar alteraciones en la función de la válvula. Los síntomas de una endocarditis son fiebre, escalofríos, sudoración nocturna, malestar general, disminución del apetito, fatiga, debilidad y molestias musculoesqueléticas. Pueden aparecer síntomas de insuficiencia cardiaca producida por la disfunción de la válvula afectada.
En los casos más graves, también pueden formarse abscesos (acúmulos de pus) y producirse embolias (al desprenderse un fragmento de la vegetación y migrar por el torrente sanguíneo hasta que se impacta en un vaso sanguíneo, comprometiendo el riego sanguíneo de esa zona del cuerpo).
Endocarditis: mejoras en el diagnóstico
Estos síntomas pueden durar varias semanas antes de llegar al diagnóstico, que sin embargo resulta vital para “coger” la infección a tiempo. Para realizar el diagnóstico es importante demostrar la presencia de los microorganismos en la sangre y detectar las vegetaciones, y para ello se realizan hemocultivos, que además de detectar el microorganismo causal de la endocarditis, también sirven para seleccionar el tratamiento antibiótico más adecuado para ese microorganismo en concreto. Las vegetaciones se detectan mediante las técnicas de imagen cardiaca.
Una herramienta que ha demostrado ser de gran ayuda para el diagnóstico, sobre todo para el diagnóstico de la endocarditis infecciosa en pacientes portadores de válvulas protésicas, es el llamado PET-TC Cardíaco, que combina una técnica con gran sensibilidad para detectar actividad inflamatoria-infecciosa (PET) y una técnica con gran resolución anatómica (TAC) para valorar las lesiones estructurales asociadas a la endocarditis. Una de las aplicaciones más relevantes del PET-TC Cardíaco es que permite, un diagnóstico difícil de conseguir con otras técnicas. Según describe el doctor Santiago Aguadé, responsable del Área Cardiológica de la Unidad de Medicina Nuclear del grupo de centros médicos especializados Creu Blanca, “esta técnica híbrida, con una sensibilidad diagnóstica de entre el 91-97%, se ha convertido en una herramienta de diagnóstico útil en la sospecha de endocarditis infecciosa de pacientes con válvulas protésicas o dispositivos, muy difícil de conseguir con otras técnicas”.
La puerta de entrada
*Fuente: Fundación Española del Corazón
1. Las bacterias pueden penetrar en el torrente sanguíneo cuando se ven afectadas tanto la integridad de la piel o las mucosas, como es el caso de intervenciones en el dentista que implican sangrado.
2. Intervenciones del tracto respiratorio (adenoidectomía, amigdalectomía, broncoscopia con broncoscopio rígido…).
3. Intervenciones del tracto gastrointestinal (esclerosis de varices esofágicas, dilatación esofágica, cirugía del tracto biliar, operaciones quirúrgicas que involucran mucosa intestinal…).
4. Intervenciones genitourinarias (citoscopias, dilatación uretral, sondaje uretral si existe infección urinaria, cirugía uretral si existe infección urinaria, cirugía prostática, histerectomía vaginal, parto vía vaginal con infección…).
5. En adictos a drogas por vía parenteral es característica la endocarditis sobre las válvulas derechas del corazón (tricúspide y pulmonar).
Cómo se trata
· La infección generalmente se trata con antibióticos intravenosos, que inicialmente se administran sin conocer con detalle el microorganismo que lo causa, y posteriormente se seleccionan en función del microorganismo aislado en los hemocultivos. El tratamiento dura varias semanas.
· También deben tratarse las complicaciones derivadas de la endocarditis (insuficiencia cardiaca, embolias).
· Y en aquellos casos en que sea necesario sustituir la válvula afectada por una prótesis, se aplica un tratamiento quirúrgico, indicado cuando existen abscesos o cuando el riesgo de que se produzcan embolias es muy alto.