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Tener una pancreatitis aguda te puede llevar a no contarlo en un 20% de los casos considerados graves. Se trata de una inflamación súbita del páncreas que puede ser leve o potencialmente mortal, pero que en general remite. Actuar en las primeras 72 horas se vuelve crucial para predecir su gravedad y pautar el tratamiento más adecuado.
Según explican desde la Federación Española del Aparato Digestivo (FEAD), la pancreatitis aguda es un proceso inflamatorio que afecta a la glándula pancreática situada en el abdomen y que puede estar provocado por una litiasis biliar (la presencia de cálculos o “piedras” en la vesícula biliar o en los conductos biliares), lo que provoca una pancreatitis litiásica y afecta más a las mujeres; o por el consumo de alcohol y tabaco, lo que provoca una pancreatitis tóxica, que afecta más a los hombres.
Otros factores de riesgo son tener obesidad, diabetes o antecedentes familiares de pancreatitis.
Es importante que en la mayoría de los hospitales haya un gastroenterólogo de guardia para monitorizar correctamente a los pacientes y evitar que su pronóstico empeore.
Cómo da la cara
- Dolor abdominal: suele estar muy localizado en la zona epigástrica (zona alta de abdomen) e irradia en cinturón hasta la espalda.
- Sensibilidad al tocar el abdomen.
- Fiebre.
- Pulso acelerado.
- Náuseas.
- Vómitos.
Leve o grave
La pancreatitis aguda puede ser leve y causar una mínima disfunción de órganos, o grave y asociarse a complicaciones locales o a un fallo orgánico. Las complicaciones asociadas a los casos graves pueden ser locales y afectar al páncreas (necrosis e infección), o darse en órganos a distancia, principalmente corazón, pulmón y riñones. Cuanto mayor es la necrosis de páncreas y sobre todo si esta se infecta, mayor es el riesgo de fracaso de otros órganos.
En la mayor parte de los casos la inflamación es leve, en cuyo caso el pronóstico es bueno y la recuperación es completa. Sin embargo, los pacientes con cuadros graves (en 1 de cada 5 casos) tienen un riesgo de fallecer de hasta el 20%, generalmente en personas con necrosis extensa del páncreas e insuficiencia de varios órganos o funciones. Por ello, los médicos insisten en la importancia de distinguir lo antes posible las pancreatitis graves de las leves, con intención de atender adecuadamente los casos graves.
¿Se puede cronificar?
Tras repetidos episodios de pancreatitis aguda, el páncreas puede dañarse y producir una pancreatitis crónica, formándose tejido cicatricial en el páncreas y provocando una pérdida funcional que cause problemas digestivos y diabetes.
Cuando se complica…
Entre las complicaciones que se pueden derivar de una pancreatitis aguda están una insuficiencia renal; la formación en el vientre de «bolsas» que contienen líquido inflamatorio y que se llaman pseudoquistes, los cuales pueden provocar dolor o complicarse con infección, produciendo un absceso, rotura, sangrado u obstrucción del tubo digestivo; infecciones pancreáticas, que son graves y requieren tratamiento intensivo, como una cirugía, para eliminar el tejido infectado; malnutrición, ya que se producen menos enzimas que las necesarias para descomponer y procesar los nutrientes de los alimentos que consumimos, provocando diarrea y pérdida de peso; diabetes, por el daño a las células productoras de insulina en el páncreas; problemas respiratorios, al provocar cambios químicos en el organismo que afectan la actividad pulmonar, lo que hace que el nivel de oxígeno en sangre baje peligrosamente; y cáncer de páncreas, ya que la inflamación del páncreas por tiempo prolongado causada por la pancreatitis crónica constituye un factor de riesgo de desarrollar este tipo de tumor.
3 pilares de tratamiento: fluidoterapia, nutrición y analgesia
- Fluidoterapia: consiste en administrar líquidos por vía venosa para mantener la estabilidad hemodinámica y el equilibrio hidroelectrolítico. En los últimos años, las recomendaciones en las guías de práctica clínica han cambiado: de aplicar una fluidoterapia muy agresiva (a través de un importante suministro durante las primeras horas de evolución), a una más moderada y por objetivos hemodinámicos concretos.
- Nutrición: en la actualidad, se ha pasado de recomendar un reposo digestivo absoluto a una nutrición precoz, permitiendo al paciente comer cuanto antes y por vía oral, preferiblemente.
- Analgesia: eliminación de cualquier sensación de dolor.