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Por Francisco González Lara, Dr. en Farmacia
Las conquistas de Alejandro Magno marcaron el comienzo de un nuevo período, el Alejandrino, que duró tres siglos, desde el 330 a.C. hasta el establecimiento del imperio
romano por Augusto en el 30 a.C.
La parte más importante del mundo Alejandrino fue una región de Egipto. Allí fue fundada la ciudad de Alejandría. En este período, el veneno, apartado de cualquier consideración mágica y diferenciado perfectamente de los medicamentos, tuvo gran importancia en el mundo alejandrino porque se utilizó abundantemente con fines políticos.
Ya en el S. II a.C. Nicandro de Colofón, un poeta didáctico, escribió dos poemas Theriaca en el que trata de las mordeduras de animales venenosos y sus remedios, y Alexipharmaca dedicado a describir los auxilios necesarios en caso de envenenamiento por alimentos. Cita 125 plantas y prescribe remedios contra 21 venenos diferentes y se encuentra en ellos una de las primeras menciones de la famosa triaca que luego fue corregida y ampliada por Andrómaco.
Si tenemos en cuenta que la Farmacia de aquella época se preocupaba principalmente de la preparación de venenos y sus antídotos, no es de extrañar que las personas que tenían más temor de ser envenenadas fuesen las que más interés tenían por este tema.
Entre otros monarcas de este tiempo, Mitridates el Grande, rey del Ponto, cultivaba en sus jardines hierbas ponzoñosas. Creó el famoso Mitridato, hacía sus experimentos con los prisioneros, que empleaba como animales de experimentación y fue tan escrupuloso en inmunizarse contra los venenos, que se cuenta que derrotado y queriendo morir, no pudo envenenarse y tuvo que ordenar a un esclavo que le matara.
Mitridates confeccionó su electurario alexiterico universal con 54 drogas, entre las que figuran la mirra, el azafrán, agárico, jengibre, canela, cassia lignea, hojas de ruda, pimienta blanca, almendras, higos, escinso marino, pimienta larga, castóreo, rizoma de valeriana mayor, cálamo aromático, semillas de hinojo y de anís verde, etc. Esta medicación, que recibió el nombre genérico de alexifármaco, fue cambiando y perfeccionándose según el criterio de sus preparadores.
Uno de estos electuarios se hizo famoso por su eficacia, debida, según se creyó entonces y durante muchos siglos, a que en su composición entraba la carne de víbora. Este electuario fue modificado por Andrómaco, médico del emperador Nerón, preparando la panacea que le daría renombre universal, el galeno (tranquilo), así llamado porque los que eran aquejados de peste o habían sido mordidos por algún animal venenoso, se curaban con su uso y se tranquilizaban. Sólo más tarde Critón, médico contemporáneo de Trajano, dará al remedio el nombre de triaca.
La composición original fue modificada por Andrómaco, que lo preparó con 64 drogas, aumentando este médico de Nerón no sólo la proporción de opio en el nuevo electuario, sino que le añadió escila, raíz de aristoloquia, asfalto de Judea, centaura, castóreo, y sobre todo trociscos de víboras que se preparaban así: ?elegid a finales de la primavera o al principio del otoño unas víboras largas, pesadas, de ojos vivos, de hocico remangado, que se hayan alimentado con semillas de hinojo verde, cortad la cabeza y la cola, quitadles las entrañas y la piel y hervid su tronco así desollado en agua con un poco de sal y eneldo. Luego prensad ligeramente la carne cocida después de que se haya desprendido de los huesos y mezcladla con pan seco pulverizado para hacer con ello pequeños trociscos que secaréis al mediodía dándoles frecuentemente la vuelta?. Estos trociscos eran la base original del medicamento que recibió elnombre de Triaca Magna de Andrómaco, y contribuyeron seguramente al éxito del preparado, un éxito excepcional, pues durante 18 siglos, la triaca será considerada por la mayoría como el más preciado de los antídotos. Poco a poco se fue convirtiendo en la panacea universal capaz de contrarrestar cualquier veneno y de curar todas las enfermedades. Según se iban descubriendo nuevos mundos se agregaban a la triaca todas las drogas que en ello se encontraban, llegando por tanto a ser un medicamento descomunal formado por 150 sustancias y cuya vigencia llega hasta el pórtico del siglo XX.