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La gota se caracteriza por la formación de cristales de ácido úrico en los tejidos, principalmente en articulaciones, tendones y ligamentos. Se trata de una enfermedad crónica que ha incrementado su prevalencia en los países occidentales debido fundamentalmente al aumento de la longevidad. El ácido úrico elevado puede responder a factores genéticos como la mayor o menor capacidad para eliminarlo por el riñón o el intestino; a una dieta poco equilibrada, a la toma algunos medicamentos deberse a patologías como la enfermedad renal crónica. En contra de la creencia más extendida, en la mayoría de las ocasiones la gota no está provocada por el paciente.
La gota grave aumenta dos veces el riesgo de mortalidad prematura cuando no está controlada, una cifra que coloca esta patología cerca de la diabetes, que la aumentaría en cuatro veces, y el consumo de tabaco, que lo haría en tres, según expertos en Reumatología y Nefrología. En este sentido el doctor Enrique Calvo, reumatólogo en el Servicio de Reumatología Hospital Universitario HM Sanchinarro, ha reconocido que «algunos pacientes llegan a la especialidad de Reumatología con un retraso diagnóstico y terapéutico en muchos casos demasiado tardío y poco conveniente para el enfermo por sus consecuencias y secuelas articulares y en otros órganos y sistemas».
Grünenthal y la Liga Reumatológica Española (LIRE) han publicado un estudio que, bajo el título «La percepción de la Gota en España», muestra el desconocimiento por parte de la población española sobre la gota y la necesidad de crear más concienciación sobre la enfermedad. Así, el informe revela que solo el 56,7% de los encuestados ha calificado la gota como una enfermedad, un porcentaje aún menor en los hombres (53,8%), aunque ellos están afectados en mayor medida. Casi la mitad, 4 de cada 10 participantes, la ha definido como un «dolor intenso asociado a malos hábitos de alimentación», una percepción que demuestra que el ácido úrico elevado sigue siendo una enfermedad estigmatizada, que se considera auto infligida por los malos hábitos de vida. Además, un alto porcentaje, un 42% de la población, que piensa que la gota es incurable o desconoce si lo es o no, un porcentaje que asciende a más de la mitad entre los españoles de 30-34 años.
En este sentido, el vicepresidente y secretario General de la LIRE, Fernando Vega, ha asegurado que la gota es una enfermedad a la que se le ha dado “muy poco cariño” en el ámbito médico y social: “Apenas existen estudios sobre ella y socialmente prevalece una idea muy equivocada de lo que es y de las consecuencias que puede tener en la salud en el medio/largo plazo”.