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El contacto piel con piel desde el momento del nacimiento, los beneficios de la lactancia materna sin sustitutos lácteos y la indicación de que la madre cuente con la ayuda de personal médico para empezar a alimentar a su bebé con su propia leche, son algunas de las recomendaciones que establece la Organización Mundial de la Salud para la
atención al recién nacido.
El método canguro busca el contacto piel a piel entre una madre o padre y su recién nacido. Desde Hospitales Nisa explican que en el caso de un bebé prematuro, además, se siente en un ambiente más parecido al útero materno, por lo que ofrece múltiples beneficios:
– Favorece la adaptación del recién nacido a la vida extrauterina.
– Disminuye el nivel de estrés, favoreciendo el estado de “alerta tranquila”.
– Ayuda a la termorregulación.
– Mejora la estabilidad cardiorrespiratoria.
– Ayuda a estabilizar los niveles de glucosa.
– Favorece el inicio satisfactorio de la lactancia.
– Favorece la creación del vínculo afectivo.
– Disminuye el estrés y ansiedad de las madres y padres, ayudándoles a desarrollar y favorecer su confianza y las conductas de apego materno.
“El método canguro no sustituye a la atención médica y los tratamientos complejos que el niño requiera, sino que humaniza y complementa la elevada tecnología y cuidados de los profesionales con los cuidados que estos niños necesitan de sus padres”, aclara el Dr. Salvador Martínez Arenas, responsable junto al Dr. Javier Miranda de los servicios de pediatria de los hospitales Nisa en la Comunidad Valenciana.
El caso de Hugo y Edgar
Recientemente, nacieron en la UCI-pediátrica del Hospital Rey Don Jaime dos gemelos prematuros de 27 semanas de gestación. Hugo, nació con un peso de 1135 gramos, y Edgar de 1125 gramos. Tras un periodo inicial de estabilización, empezaron a realizar método canguro. En el caso de los pequeños Edgar y Hugo, “la realización del método canguro ha supuesto una ayuda en su evolución y ha resultado una experiencia muy gratificante para los padres, que se han sentido en todo momento partícipes de los cuidados y mejoría de sus hijos”, asegura Ana Palomares, supervisora de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica del Hospital Nisa Rey Don Jaime.
Cuando el método canguro se aplica a nacimientos gemelares, se adapta a la presencia conjunta del padre y de la madre o sólo de uno de los dos. “Cuando los dos padres están presentes, cada uno de ellos se pone en contacto piel con piel con uno de los gemelos. Si sólo uno de los padres está presente, los dos gemelos se ponen en contacto directo con su piel, juntos, existiendo así también contacto directo entre los dos hermanos”.
“El hecho de llevar soporte respiratorio no invasivo, como es el caso de la oxigenoterapia de alto flujo (OAF), no supone ningún inconveniente, de hecho, durante las primeras semanas que han realizado el método canguro, lo han hecho con dicho soporte”, explica el Dr. Javier Miranda. El método canguro, puede realizarse tanto en la unidad de cuidados intensivos, como cuando pasan a la unidad de neonatos.
Edgar y Hugo nacieron trece semanas antes de que el embarazo de Melisa llegara a término. Ni ella ni su marido, David, pudieron tocarlos hasta quince días después.Trascurrido este tiempo, pudieron acariciar sus manitas a través de los accesos abiertos en las incubadoras de las Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica del Hospital Nisa Rey Don Jaime. Melisa recuerda aquellos días con amargura: “Ninguna madre está preparada para algo así. Irte a casa cada día sin tus bebés, sin apenas poder tocarlos, sentirlos…”.
Cuando casi un mes después pudo, por fin, coger a Hugo gracias al método canguro, la frustración dio paso, por fin, a la maternidad. “Cuando lo tuve encima y pude sentirlo piel con piel pensé: ahora sí que soy mamá”. Para Melisa, la reacción de los pequeños al contacto piel con piel es inmediata. “Se relajan de forma instantánea; a los dos minutos están dormidos”. Los lloros al ser devueltos a la incubadora eran irremediables.
Tres meses después de su nacimiento, Edgar y Hugo pudieron, por fin, dormir en sus cunas. Por decisión propia, Melisa y David siguen practicando en casa el método canguro.