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“En mis dos farmacias favoritas siempre me aconsejan para mis peques sea la hora que sea”
El pasado mes de marzo, el informativo presentado por Esther Vaquero junto a Vicente Vallés, Noticias 2 (Antena 3) fue el más visto en España. La naturalidad y calma de Esther, su dulzura y seriedad en pantalla, su profesionalidad, suma cada día nuevos fans que confían en ella para estar informados de lo que ocurre en el mundo. Presentadora de espacios informativos como Espejo Público, esta periodista todoterreno puede hacer especiales como la boda del príncipe Harry y Meghan Markle, debates políticos, programas con fines sociales o directos desde sedes electorales. Salmantina de pies a cabeza, madre de dos peques, intenta conciliar y educar en el respeto y el amor por la lectura. A pesar de su frenética agenda, no quiere perderse nada que luego pueda contarnos desde los medios de comunicación.
En un lugar de Salamanca, una niña quería ser…
Quise ser muchas cosas, desde profesora hasta bailarina o peluquera. Pero cuando cumplí nueve años me pasé una semana en casa con varicela y viendo lo que había en la tele, que era el estallido de la guerra del Golfo. Aquello me impresionó mucho. Unido a que me encanta escribir y me fascina la radio… A los catorce años ya había decidido que quería ser periodista, sonaba muy intrépido.
¿Qué aprendió en sus inicios que ahora pone en práctica cada día en su trabajo?
Pues empecé como becaria en El Adelanto y La Gaceta de Salamanca. Allí perdí la vergüenza de descolgar teléfonos o de acercarme a alguien para buscar información. Cuando sales de la Universidad estás muy “tiernecito”, y en esta profesión el oficio se aprender a hacer sobre todo en el terreno.
¿Cómo fue habituarse a vivir «del revés» cuando presentaba el informativo matinal de Antena 3?
Pues muy duro, no te lo voy a negar. Tienes que obligar a tu cuerpo a ir a la contra constantemente, a dormir de día y vivir de noche, y no siempre te responde… Me acostaba a las siete de la tarde y me despertaba a las dos de la madrugada para entrar en la tele a las tres. Así que los fines de semana dejé de quedar para cenar, por ejemplo, porque no aguantaba despierta. ¡A las diez me dormía encima del plato!
¿Cómo vivió el salto de redactora a reportera y después presentadora en pantalla? ¿Quién fue su periodista más inspiradora?
Muchas veces soñaba con escaletas en blanco… Algo así como que se nos caía el sistema y yo no sabía dónde teníamos que ir o qué había que contar después. Al final aprendes que cuando eso pasa, siempre hay recursos y lo mejor es la naturalidad. ¿Mi periodista inspiradora? Hay muchas, pero Concha García Campoy ocupa un lugar especial. Con ella compartí mi primera vez en un plató de televisión y fue maravillosa.
Cuénteme su rutina diaria y coordinación entre vida personal y trabajo.
Me despierto a las siete para preparar el desayuno y la ropa y cosas del cole de mis hijos, que tienen cinco y dos años. A partir de ahí comienza la maratón diaria. Les dejo a las nueve y hasta las doce me dedico a preparar algún trabajo al margen de la tele (presento muchos eventos, escribo artículos, imparto formaciones) y también a organizar la casa, hacer la compra o cocinar. A las doce recojo otra vez a los peques para que coman conmigo, porque si no, apenas los vería entre semana… Con mi horario de la tele es difícil conciliar. Hacemos la primera reunión para el informativo desde casa por teléfono y ya por la tarde vamos de forma presencial.
Ahora tiene dos peques, imagino que tendrá alguna farmacia de referencia, ¿me cuenta un poco su relación con los farmacéuticos?
Tengo dos farmacias favoritas en mi barrio. Me aconsejan bien y abren muchas horas, algo que cuando tienes niños es muy útil, porque nunca sabes cuándo tienes que bajar corriendo a por algo urgente. Y soy toda una experta en cremas para piel atópica, por ejemplo.
Está muy implicada en la educación de los peques apostando por cuentos educativos y enseñanzas en la igualdad.
Sí, yo siempre he sido una enamorada de la lectura y me encantaría que ellos heredasen esa pasión. Si además se les puede enseñar a comer bien, a tratar bien a sus compañeros y a no sentirse mal por ser diferentes en algo… pues hemos ganado el doble.
Parece una persona muy tranquila en pantalla ¿cómo gestiona los nervios?
Intento parecerlo, pero soy bastante torbellino. De hecho, suelo hablar bastante rápido, pero vivo obsesionada con ralentizar cuando me pongo frente a la cámara. En general, creo que soy bastante sensata y muy sensible. Empatizo mucho con la gente cuando hago entrevistas (excepto si son el típico político que te quiere “colocar su libro”) jajaja.
¿Cómo vivió durante la pandemia su trabajo?
Pues el 11 de marzo de 2020 me pilló de baja por maternidad de mi hija pequeña, Emma. Me incorporé en abril y ya lo hice con la redacción prácticamente vacía. Todo el mundo estaba teletrabajando, las reuniones se hacían desde casa, no teníamos servicio de maquillaje… Así que tuvimos que aprender a apañarnos como pudimos y con la responsabilidad de que el consumo televisivo se disparó. Hubo mucho agobio en los comienzos, pero al final salimos airosos.
Ha dirigido debates entre nuestros políticos más importantes ¿cómo son de cerca cuando nadie los graba?
Suelen ser muy amables e incluso cercanos, te preguntan por la familia… Pero en mitad del debate, aprovechan los minutos al máximo para reunirse con su equipo de asesores. Son días muy importantes en los que se juegan mucho.
Ahora estamos viviendo una situación crítica con Ucrania, qué cree que aportan desde su equipo y cómo gestiona emocionalmente esa carga.
Intentamos ser muy honestos, muy sensibles y filtrar todo al máximo. Estamos viviendo un momento de “fake news” como nunca antes y debemos tener muchísimo cuidado porque te juegas mucho, nosotros vivimos de nuestra credibilidad. Es muy duro ver lo que está viviendo tanta gente, te pones en su lugar todo el tiempo.
Para conocerla mejor
Un lugar para perderse. ¿Salamanca vale? Jajaja, hay muchos, pero soy una salmantina muy pesada, muy embajadora de su ciudad.
Qué lleva siempre en su «botiquín» del bolso. ¡Labiales! Los cacaos nunca son suficientes. Y desde que soy madre, toallitas.
Su look casero fuera de las noticias. Soy muy de cara lavada, vaqueros y zapatillas.
El mejor consejo personal y profesional. Ser honesto en todo. Y escuchar antes de hablar.
Su mayor defecto. Soy una ordenada-desordenada. Para algunas cosas brillante, para otras un caos.
Algo que sea su «guilty pleasure». El chocolate. Como los labiales del bolso, nunca es suficiente