Gema Herrerías, farmacéutica, bloguera y experta en dermofarmacia, protagoniza el segundo número de Consejos Profesional

¿Por qué apostaste por la dermocosmética en tu farmacia? En líneas generales, ¿te parece un servicio a tener en cuenta en base al volumen de consultas?
La Dermofarmacia es mi pasión desde que terminé la carrera, y he conseguido profesionalizar y protocolizar mi actuación farmacéutica durante estos más de 15 años. Si lo veo necesario, ya que sin duda recibimos numerosas consultas sobre distintos problemas de salud dermatológicos, de ahí la importancia de ofrecer un servicio especializado en esta categoría.

Te gusta diferenciar entre dermocosmética y dermofarmacia…
La dermocosmética es la cosmética que se puede adquirir en cualquier establecimiento, y la Dermofarmacia tal y como su nombre indica, hace referencia a la farmacia con el aval del consejo farmacéutico detrás. Representa un consejo farmacéutico experto valorando además factores que puedan afectar al estado de la piel como son la medicación empleada o la necesidad de derivación al médico especialista. Otra ventaja del canal farmacia es nuestra responsabilidad de identificar y comunicar las posibles reacciones adversas producidas por un cosmético, es a lo que se llama Cosmetovigilancia. Suelen ser leves irritaciones transitorias o dermatitis de contacto, aunque podrían llegar a ser tan graves como una urticaria con angioedema. En estos casos el farmacéutico notificará esta incidencia al sistema español de cosmetovigilancia para proteger la salud de los consumidores.

¿En qué se diferencian los cosméticos que se venden en perfumerías de los que se compran en farmacias? ¿Qué valor añadido aporta la farmacia, y por qué no, qué los puede hacer menos competitivos o atractivos?
A pesar de que podemos encontrar productos de calidad tanto en la farmacia como en otros canales, lo más importante realmente es el consejo experto que sepa detectar las necesidades de la piel en cada caso y aconsejar los productos adecuados y en la combinación correcta para una mayor eficacia.
Sin el consejo farmacéutico, no se percibiría la diferencia entre adquirir los productos en un canal como la perfumería o el supermercado y un canal sanitario especializado como la farmacia, donde el valor añadido es aportado por un asesoramiento experto.
Dada la amplia oferta cosmética disponible, sin asesoramiento nos podemos equivocar y dejarnos guiar por reclamos de marketing. El farmacéutico está formado en la combinación de activos cosméticos basados en la evidencia científica. El usuario será asesorado y obtendrá una mayor eficacia para el cuidado de la piel, tanto para soluciones antienvejecimiento o piel sensible, como para complementos en caso de patologías como el acné, las alteraciones de la pigmentación, la rosácea, la atopia, la alopecia o la dermatitis seborreica. Además, en caso de las pieles sensibles es dónde se puede encontrar la mayor selección de productos de tratamiento específicos.

En un momento dado te lanzas y creas un blog específico de esta materia, A5 Blog Dermofarmacia, ¿qué te impulsó a ello? Porque fuiste pionera en este sentido…
Ser de las primeras en la red fue una oportunidad, y gracias a esto conseguí gran visibilidad. En 2010 creé el blog como vía de comunicación con usuarias de Dermofarmacia, que buscaban un site de referencia actualizado, con contenidos de calidad, que les generara confianza, donde poder realizar consultas sobre las soluciones personalizadas para el cuidado de su piel. En ese momento la presencia de la farmacia española en la red era mínima, y las personas que abordaban este tema en internet eran periodistas o las mismas usuarias.

¿Qué consejos daría a una farmacia que quiere implantar el servicio de dermofarmacia?
Antes de implantar un servicio como el de Dermofarmacia hay que realizar un check list de los requisitos básicos. El más importante es tener al menos a dos personas del equipo de la farmacia especializadas, formadas, motivadas y con experiencia. Son necesarios un espacio diferenciado para realizar el servicio, una selección de producto adecuada, gestión de la categoría y un plan de fidelización. Muy útil el uso de herramientas de medición de parámetros y de seguimiento como los dermoanalizadores. Y antes de comenzar es necesario desarrollar protocolos normalizados de trabajo para todas las patologías y los criterios de derivación al médico en caso necesario.

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