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El juego es esencial para el desarrollo integral del niño, ¿qué pasaría entonces si un niño no jugase durante su infancia?: “sufriría una patología”. Así de convencido se muestra Javier Urra, reconocido psicólogo infantil y ex Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, en el marco de una rueda de prensa organizada por Imaginarium para presentar su campaña’Vuelve a Jugar’ que quiere fomentar el juego social.
Los niños están cada vez más rodeados de pantallas que ofrecen gran cantidad de información y estímulos. Sin embargo, ¿se estimulan a través del juego como lo hacían otras generaciones? El juego tradicional no sólo es divertido, sino que ayuda a crear relaciones sociales. El juego es colectivo y ayuda a que en un futuro sean unos adultos perfectamente desarrollados ya que, jugando con otros, se aprende a manejar la competitividad, la comunicación, los roles sociales, las reglas… El hecho de que estos niños vivan ya en un mundo completamente digital no debe quitarles la oportunidad de ‘jugar de verdad’. El juego es una actividad natural para el ser humano. Es la herramienta a través de la cual los niños se comunican con otras personas desde pequeños y que utilizan para observar y explorar la realidad que les rodea. Es el medio por el que comprenden cómo es el mundo y se integran en él.
¿Qué beneficios tiene el juego tradicional para los niños?
El juego tradicional tiene muchos beneficios para un niño. Uno desarrolla la imaginación, la creatividad, la capacidad verbal, la comunicación gestual y sobretodo el contacto con el otro. Una cosa es estar ante una imagen solo y otra cosa es estar ante un juego tradicional que permite jugar solo, con otra pareja, en grupo, con los padres o con los abuelos. Y en el juego tradicional están también aspectos del deporte, aspectos de la naturaleza, aspectos musicales, aspectos de la plástica. El juego tradicional es absolutamente necesario hoy y en el futuro.
¿Qué papel desempeñan los juguetes en el desarrollo de un niño?
El juego a la larga al niño a le va haciendo aceptar la frustración, diferir la gratificación. El juego al niño, como herramienta, le hace un desarrollo cognitivo muy importante pero también le hace que tenga un equilibrio emocional, por lo tanto el juego es esencial. Hemos visto que los niños sin juego están privados estimularmente. El juego para un niño quizás es lo más serio.
¿Cuáles son los mejores juguetes para un niño?
Los que son propios de sus edades: de 0 a 3, de 3 a 6 y de 6 en adelante. Que sean juguetes variopintos, de los sentidos, de instrumentos musicales, de deporte, de juego en grupo. De esas características pero siempre, al ser posible, que sean fabricados en España y a ser posible que sean muy distintos los distintos juegos. Y desde luego un juego donde pueda jugar también con sus iguales, con sus padres y con sus abuelos. Esos son los mejores juguetes.
¿Qué criterios hay que tener en cuenta a la hora de elegir un juguete?
Yo creo que a la hora de escoger un juguete lo que hay que mirar es que no sea tecnológicamente muy complejo, que no frustre al niño, que no le haga todo. Es decir, el niño tienen que conducir, el niño tiene que jugar, el niño tienen que cuidar, el niño tiene que tener un juego simbólico, que juegue a que es un médico. Es el niño el actor principal. El juego y el juguete son las herramientas para desarrollar y desarrollarse.
¿Qué reivindica la campaña ‘Vuelve a Jugar’?
Jugar con el juguete tradicional, con el que hemos jugado los padres, con el que han jugado los abuelos. Eso no quiere decir que estemos todo el día con la peonza, con el aro o con un balón de futbol, que también. Pero es volver a tocar, volver a tener sentimientos desde los sentidos, es pensar, es hacer. Es entender que la tecnología es un instrumento más. Pero si tu dejas en el laboratorio de un taller a los niños, los niños miran los colores, las formas, los contactos. Ellos son el autor principal y no algo que ya viene precocinado.