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Durante el día de ayer tuvo lugar en el 21 Congreso Nacional Farmacéutico la mesa debate: «Acceso a medicamentos innovadores ¿Realidad o ficción?», moderada por el vocal nacional de Docencia e Investigación del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Francisco Zaragozá. En ella se puso de manifiesto que el farmacéutico comunitario cuenta con los conocimientos necesarios para, a través de la formación continuada, poder dispensar los medicamentos más avanzados. Zaragozá ha marcado como punto de arranque del debate el hecho de que “el farmacéutico de farmacia comunitaria está preparado para dispensar los más avanzados medicamentos, pues cuenta con la base de conocimientos para formarse en las más innovadoras técnicas farmacoterapéuticas”; y, a partir de ahí, ha instado a que se revise “la dispensación hospitalaria con criterios objetivos que incluyan las necesidades del paciente y no solo económicos”.
Así lo defiende también Jesús Gómez, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC), quien nos revela su convencimiento sobre el hecho de que, «por razones de eficiencia, algunos DH volverán a las farmacias».
• Junto con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), la SEFAC publicaba este año una Guía para la implantación de proyectos de cooperación entre la farmacia hospitalaria y la farmacia comunitaria, ¿qué líneas principales destacaría? ¿En qué punto se encuentra su consecución?
El objetivo de este documento es proporcionar una serie de pautas a servicios de farmacia hospitalaria y farmacias comunitarias de su ámbito para que puedan iniciar proyectos colaborativos, implantarlos de forma adecuada y obtener resultados medibles. El documento supone la plasmación de la voluntad de farmacéuticos que creen en la cooperación, más allá de modelos de autorización de medicamentos que los sitúan en el hospital o en la farmacia comunitaria. Uno de los grandes problemas a los que se puede enfrentar el sistema sanitario es la falta de continuidad asistencial y la escasa comunicación entre niveles asistenciales y esa falta de continuidad asistencial puede suponer riesgos para la salud del paciente. De ahí este documento, porque la cooperación inter e intraniveles es un elemento imprescindible para garantizar la continuidad asistencial y la seguridad de los pacientes después de cualquier transición. El documento es reciente y esperamos que sea un primer paso para mejorar la comunicación y coordinación entre farmacéuticos de hospital y comunitarios.
• ¿Hay buena sintonía entre ambas sociedades?
SEFAC y SEFH tienen firmado un convenio de colaboración desde hace años. Son muchos los puntos de coincidencia aunque también, como es lógico, los hay de visión distinta pero estoy convencido que podemos seguir avanzando en los puntos de interés común. Personalmente, tengo una relación próxima y cordial con Miguel Ángel Calleja, presidente de la SEFH, como también la tuve con José Luis Poveda, con quien firmamos el convenio en su día, y eso facilita el encontrar proyectos comunes.
«Que los medicamentos que deban ser gestionados en farmacia comunitaria estén allí en las condiciones más eficientes para todos debe ser un aspecto incuestionable para la viabilidad de la farmacia comunitaria y poder cumplir con los objetivos marcados».
• Respecto a la dispensación de a través de la farmacia comunitaria ¿se ha llegado a algún punto de consenso? ¿Ve voluntad, ve factible la vuelta de medicamentos de diagnóstico hospitalario (DH) a la farmacia comunitaria?
Este es un asunto que ha dado mucho que hablar y al que en SEFAC hemos dedicado mucho tiempo. No en vano, fuimos una de las primeras organizaciones en denunciar que la salida del canal de la farmacia comunitaria de determinados medicamentos innovadores y de diagnóstico hospitalario no estaba justificada por razones sanitarias, sino exclusivamente por mal entendidas razones económicas. Pero no solo nos quedamos en eso, sino que también hicimos una propuesta, de sobra conocida, para intentar encontrar un equilibrio y que estos medicamentos pudieran seguir en las farmacias para beneficio de los pacientes sin perjudicar la sostenibilidad económica del Sistema Nacional de Salud y buscando siempre fomentar la necesaria colaboración con los compañeros de hospital. Lo que no puede ser es penalizar a los pacientes y que tengan que desplazarse a los hospitales a por tratamientos que hasta hace no mucho podían adquirir fácil y cómodamente en sus farmacias comunitarias. Creo que con la SEFH estamos de acuerdo en que en todos aquellos medicamentos en los que sea necesario un especial control o seguimiento es lógico que tengan que llevarse desde el hospital, pero en el resto el farmacéutico comunitario está perfectamente capacitado para dispensar esa medicación a los pacientes y, si es necesario, por el tipo de medicamento o patología seguiremos reforzando la formación con planes específicos y con coordinación de los dos niveles asistenciales. Así lo hemos venido manifestando y debatiendo con los propios compañeros de la SEFH y con otros agentes en las distintas jornadas que este año hemos celebrado en nuestras delegaciones, donde hubo un coloquio muy interesante sobre este asunto. Estoy convencido que por razones de eficiencia algunos de esos medicamentos volverán a las farmacias, y los futuros que estén por llegar salir vayan a la farmacia comunitaria si es ahí su lugar de dispensación.
• En esta tesitura los pacientes también se han posicionado. Un reciente estudio realizado por los COF de Barcelona y Madrid, a través del Foro Español de Pacientes, indicaba que el 80 por ciento de ellos querrían acceder a los DH a través de la farmacia comunitaria. Lo que sí está claro es que para el paciente la dispensación en farmacia comunitaria implica mayor comodidad, mejor adherencia al tratamiento…
Sin duda. Lo he comentado anteriormente. No se puede perjudicar a los pacientes con una medida que solo tiene un mal llamado objetivo económico. Porque no podemos olvidar que hay muchos pacientes que no tienen un hospital cerca. No podemos pensar solo en los que viven en grandes ciudades, donde ya es una incomodidad evidente, sino en los que viven en zonas rurales o fuera de grandes ciudades donde el hospital de referencia está a kilómetros de distancia. Y esto no afecta solo a los pacientes, también a los familiares que en ocasiones tienen que acompañar a esos pacientes, con las consiguientes pérdidas de tiempo en desplazamientos, horas de trabajo, etc. No tiene sentido.