técnica iFR
técnica iFR

Antes de decidir la implantación de un stent a un paciente con enfermedad coronaria, debe haber una técnica que evidencie un estrechamiento relevante en alguna de dichas arterias. Hasta ahora, en la mayoría de los casos, esta evaluación se realiza mediante angiografía, una técnica de imagen que permite ver los estrechamientos en las arterias rellenas de contraste pero que, sin embargo, no proporciona una información fidedigna sobre la repercusión de los estrechamientos y que, por tanto, puede llevar a implantar un stent o realizar otro tipo de intervención cardiaca en pacientes que realmente no lo necesitan.

Para evitar este hecho, en los últimos 20 años se ha utilizado una tecnología alternativa con un nivel de sensibilidad diagnóstica mucho mayor: la reserva fraccional del flujo coronario (FFR), medida mediante una guía de presión coronaria (un filamento flexible y muy fino, equipado con un microsensor y que se avanza dentro de las arterias coronarias para evaluar los cambios de presión causados por los estrechamientos). Sin embargo, a pesar del alto grado de recomendación del FFR en las guías de práctica clínica internacionales, esta técnica apenas se utiliza más allá de un 15% de los casos. Uno de los motivos aducidos para explicar una utilización tan baja del FFR es que este índice requiere el uso de un fármaco vasodilatador, la adenosina, que supone una ralentización del procedimiento hospitalario y frecuentemente causa durante el estudio efectos secundarios a los pacientes, como dolor de pecho, sensación de ahogamiento o náuseas.

En 2011 se realizó un avance tecnológico en este campo, con el desarrollo de una nueva técnica, el iFR (ratio de presiones en el intervalo libre de ondas), en la que no hace falta el fármaco vasodilatado. El primer estudio sobre iFR se realizó conjuntamente por el Imperial College de Londres y el Hospital Clínico San Carlos, y fue publicado en 2012 en el Journal of American College of Cardiology, arrojando resultados muy esperanzadores. Desde entonces, el iFR ha generado un gran interés en la comunidad científica, con la publicación de numerosos trabajos de investigación sobre el mismo. Pero hasta ahora no se contaba con ningún estudio que comparase el beneficio clínico del iFR con el FFR. Y este es precisamente el trabajo que ha llegado a la edición 2017 de la ACC como uno de los estudios más relevantes, destacado como late breaking clinical trial: el DEFINE FLAIR.

Como afirma el Dr. Javier Escaned, co-investigador principal del estudio y miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), los resultados de este estudio en el que han participado 49 centros de 19 países con un total de 2.492 pacientes, “revelan que la técnica IFR no es inferior a FFR, de forma que los resultados clínicos a un año eran equivalentes, con independencia de si se había evaluado el estrechamiento de la arteria coronaria con una u otra técnica”.



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María José Merino

María José Merino

Sevillana de adopción y Granadina de nacimiento y de corazón, donde no dudo en escaparme cada vez que puedo. Licenciada en periodismo por la Universidad de Navarra, trabajé durante la carrera en los...