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CosmoCaixa acoge un encuentro internacional sobre microbioma, convocada por B·Debate, una iniciativa de Biocat y la Obra Social “la Caixa”, y liderada por el Instituto de Innvestigación del Sida IrsiCaixa. A lo largo de hoy y mañana expertos internacionales debatirán sobre la relación del microbioma con la dieta, las alergias, el cáncer, la infección por VIH o las nuevas vías que se abren para modificar la microbiota a través de los trasplantes fecales o probióticos.
Billones de microorganismos –bacterias, virus y hongos– colonizan nuestro cuerpo y preservan nuestra salud. Nos ayudan a desarrollar un gran número de procesos biológicos, desde la respuesta de nuestro sistema inmunitario hasta la digestión o la síntesis de vitaminas. La configuración de esta microbiota es crucial y cualquier cambio puede comportar problemas de salud en la edad infantil y adulta, como patologías crónicas no transmisibles (obesidad o la diabetes), y pueden afectar la respuesta a los tratamientos contra el VIH y el cáncer. Por ejemplo, un estudio reciente demuestra que los bebés que sufren alteraciones en cuatro tipos concretos de bacterias intestinales durante los primeros 100 días de vida tienen más riesgo de desarrollar asma. Estos resultados podrían contribuir al diseño de nuevas pruebas de detección precoz de riesgo a desarrollar asma y a la identificación de nuevos tratamientos probióticos para prevenirlo.
La microbiota durante el embarazo
Contrariamente a lo que se pensaba hasta ahora, la primera fuente de adquisición de la microbiota no es el parto, sino la placenta. El bebé convive desde el vientre de la madre con una comunidad de bacterias, similares a las de la boca, que dan forma a su salud e influyen en el curso del embarazo. Los científicos sospechan que variaciones en su composición podrían estar detrás de nacimientos prematuros, que afectan uno de cada 100 nacimientos, según la Organización Mundial de la Salud.
Los investigadores ven los primeros años de vida como una oportunidad para introducir cambios en la microbiota y prevenir ciertos problemas de salud, asociados a un ecosistema bacteriano poco rico y diverso. También se diseñan nuevos tratamientos para modificar el microbioma de personas adultas. Ya se ha demostrado que el trasplante de heces es una estrategia muy eficaz para revertir la diarrea (Clostridium difficile) en cuestión de horas. Los probióticos son otra línea de investigación importante, en la que se utilizan microorganismos vivos para mejorar la salud de las personas mediante la modificación de la microbiota con productos, medicamentos y suplementos dietéticos.