La guinda del pastel
Muchas veces son los grandes olvidados, pero una imagen 10 requiere unos pies y manos en perfecto estado.
Tal vez debido a que, por su posición corporal, “pillan un poco a desmano” o por simple desinterés, lo cierto es que las manos y los pies suelen quedar relegados de los cuidados corporales, un gran error a subsanar ya que son zonas que requieren mimos específicos y que merecen que nos acordemos de ellas a diario… y no sólo cuando toca retocar o actualizar la manicura-pedicura.
Las manos y los pies, aparte de la “multifunción” que cumplen y de su posición “extrema” en la estructura del cuerpo, comparten unas peculiaridades específicas (sobre todo en lo que se refiere a la piel que los recubre) que hacen que acusen de forma especial -y, también, prematura- tanto los efectos del envejecimiento como las agresiones medioambientales o la falta de cuidados adecuados. En este sentido, la llegada de los primeros fríos supone un excelente recordatorio de la necesidad de tenerlos presentes en la rutina cosmética diaria y utilizar para ello productos específicos.
Manos: listas para el frío
Se puede decir que nuestras manos son un “libro abierto” ya que como explica la farmacéutica Belén Acero, titular de Farmacia Avenida de América y especialista en dermofarmacia, es la zona del cuerpo que antes acusa el envejecimiento prematuro y donde primero se evidencia la formación de manchas y arrugas. “La piel de las manos tiende a deteriorarse más rápidamente que la de otras partes de nuestro cuerpo debido a sus peculiaridades. La que recubre las palmas, las yemas de los dedos y los pulgares tiene un estrato córneo grueso y resistente que la protege del trabajo diario; es rica en tejido adiposo y conectivo; carece de pelo y de glándulas sebáceas; tiene una densidad muy alta de glándulas sudoríparas y está muy limitada en cuanto a factores hidratantes naturales”.
La zona de más riesgo es la piel del dorso, “pues casi no tiene tejido graso y está envuelta por un vello muy fino, lo que significa que posee menos glándulas sebáceas y, también, menor cantidad de agua, lo que tiene como resultado que sea más vulnerable a la deshidratación y que se seque rápidamente, sobre todo en invierno, a causa del frío y las temperaturas extremas”, dice Belén Acero.
Exposición constante + agresores añadidos
Las manos siempre, siempre, siempre están expuestas a todo tipo de condiciones y circunstancias: al sol (principal causante de la aparición de manchas), al frío, al agua, al aire seco de los interiores, al jabón, a productos y detergentes de distinto tipo…
Aunque todos estos factores deterioran mucho la piel que las recubre, hay algunos que lo hacen especialmente, según señala Belén Acero:
- Manipulación de ciertos productos: “Sobre todo de jabones agresivos, algunos detergentes y productos químicos que aumentan la sequedad y provocan irritaciones y grietas. Por ello, además de evitar en la medida de lo posible el uso de productos con estas características, es fundamental usar guantes al manipularlos”.
- Lavado constante: Imprescindible para una higiene adecuada, este gesto tiene como daño colateral alterar el estado de la piel, deshidratándola y resecándola en exceso: “Por eso se recomienda elegir jabones e hidrogeles que respeten la barrera cutánea”.
- Frío y viento: Tanto estos factores externos como el calor y los ambientes resecos que provoca la calefacción aceleran la deshidratación de la piel de las manos. Frente a ello, nada mejor que adquirir el hábito de aplicar siempre una crema específica (preferiblemente que incorpore SPF) antes de salir de casa y reaplicar cuando se note la piel seca y tirante.
Cuidados “manuales” bajo cero
Belén Acero describe los cuidados imprescindibles para proteger a la piel de las manos y mantenerla en perfecto estado frente a las “inclemencias” invernales:
-Multiplicar la hidratación y aplicar crema diariamente. “Lo ideal es hacerlo siempre después de lavarse las manos, pero al menos debemos hidratarlas dos veces, por la mañana y antes de acostarnos, para que la crema actúe durante toda la noche”.
-Una buena selección de productos. Hay que evitar los jabones agresivos y elegir los productos que tengan un pH similar al de la piel (5,5). “Los llamados syndet (jabón sin jabón) son muy recomendables. Y en caso de utilizar un hidrogel, apostar por uno que no sea irritante”.
-Outfit imprescindible. La experta incide en la importancia de ponerse guantes siempre que se manipulen detergentes y, también, al salir al exterior, como una prenda de ropa más.
-Fotoprotección (sí, también ahora). El daño solar no es exclusivo del verano, “sino que la radiación ultravioleta que puede provocar manchas, aumentar la deshidratación y acelerar el envejecimiento prematuro también está presente en los meses más fríos”.
-El calor, de lejos. “Hay que evitar la exposición de las manos a las fuentes de calor directas, como el agua demasiado caliente, los secadores o las calefacciones y calentadores de aire”.
-Plan semanal. Es muy importante incorporar en la rutina de cuidados tratamientos semanales para esta zona, “como las mascarillas específicas de manos, que suponen un extra de hidratación instantáneo y suelen producir un efecto antes y después muy notorio”.
Exfoliación: la mejor aliada para pisar con glamour
“Lo esencial para tener unos pies bonitos y mantenerlos saludables, junto con la hidratación, es la exfoliación”. Así de “rotunda” se muestra la cosmetóloga Raquel González, directora de formación de Perricone MD.
La experta explica que los beneficios de este gesto cosmético cuando se realiza en la piel de los pies son muy desconocidos, y recuerda que la exfoliación es un proceso que ayuda a eliminar las células muertas, estimula la renovación celular y promueve una piel más suave y de aspecto más saludable, “pero en el caso de los pies tiene el plus añadido de que también mejora la circulación sanguínea, al mismo tiempo que previene la aparición de problemas comunes como los callos y las durezas”.
Los talones resultan especialmente beneficiados de este tratamiento. Para Bella Hurtado, directora técnica de Boutijour, las grietas en esta zona son el “talón de Aquiles” del cuidado de los pies: “Estas grietas resultan antiestéticas, pero también son muy molestas. Para evitarlas y favorecer que los productos hidratantes (cremas y mascarillas) penetren en profundidad y se optimicen sus propiedades es necesario exfoliar los pies”. ¿Y cuándo y cómo hacer esta exfoliación? “Cualquier momento es bueno”, apunta Raquel González, siempre que vaya acompañada de un baño o una ducha (el momento idóneo es hacerlo antes o después, cuando la piel está suave y húmeda): “El agua caliente ayuda a ablandar la piel y abre los poros, lo que facilita la eliminación de las células muertas y la penetración de los productos exfoliantes”.
Para potenciar el efecto de este cuidado cosmético y añadirle un extra de relax, lo mejor es exfoliar los pies por la noche, pero si se hace por el día (lo que implica tener que calzarse después) es muy importante secarlos bien, sobre todo entre los dedos, ya que la humedad puede generar hongos, favorecer la aparición de grietas y producir roces. Y, siempre y en cualquier caso, finalizar el tratamiento exfoliante con la aplicación de una crema hidratante/nutritiva específica para los pies.
Ritual reset para pies agotados
Al igual que ocurre con las manos, la piel de los pies no sólo es más vulnerable que la del resto del cuerpo sino que acusa especialmente el desgaste que supone el “uso y disfrute” diario. Por tanto, es imprescindible cuidarla adecuadamente, no sólo por estética sino también por una cuestión de salud. Los especialistas de Eucerin describen cuál es el plan básico para asegurar unos pies en buen estado:
- Limpieza diaria. Hay que “acordarse” de aplicar el gel o jabón en los pies al ducharse (por mucha prisa que se tenga) y lavarlos con agua y jabón siempre que se ensucien o se note pesadez, cansancio o sensación de sequedad.
- Siempre, crema hidratante. Desde Eucerin también inciden en la importancia de exfoliar regularmente los pies para eliminar las células muertas y mejorar la absorción de la crema hidratante, un producto insustituible que se debe aplicar después de cada ducha o baño, incidiendo especialmente en las áreas más secas, como los talones.
- Masaje, el compañero ideal. Es muy recomendable acompañar la aplicación de la hidratante y otros productos específicos para los pies de un suave masaje, un gesto con doble efecto: estimula la circulación sanguínea y aumenta la absorción del producto.
- El truco “caliente”. Los expertos aconsejan usar calcetines de algodón después de aplicar la crema hidratante y dejarla actuar unos minutos, para favorecer así que la piel absorba el producto. “Si este truco se aplica durante la noche, se logra potenciar sus efectos durante más tiempo”.
Por su parte, Ana Yuste, responsable de formación de Aromatherapy Associates, recomienda incorporar el uso de aceites esenciales y relajantes en el ritual de cuidados de esta zona corporal, y explica por qué: “Poca gente sabe que los efectos de los aceites esenciales son mayores si se aplican en la planta de los pies, ya que los poros de la piel de esta área son más gruesos y, por tanto, tienen mayor capacidad de absorción. Debido a esta peculiaridad, al aplicarlos en la planta las propiedades de los aceites esenciales pueden llegar al torrente sanguíneo en poquísimo tiempo (unos 20 segundos)”.
“Además -continúa la experta- tanto las plantas de los pies como las palmas de las manos son los únicos ‘rincones’ de nuestro cuerpo que carecen de sustancias sebáceas, y si tenemos en cuenta que el sebo actúa como escudo, esto significa que esas zonas están más preparadas para absorber las propiedades del aceite esencial. Por eso, si elegimos un aceite relajante, los efectos serán mayores”.
Uñas: más allá de la mani-pedi
El color de uñas es un must en todo outfit, pero la base para lucirlo en condiciones es que se aplique sobre unas uñas que estén en perfectas condiciones (fuertes, sanas, sin estrías…), algo que no siempre es fácil ya que, como explican los profesionales de la firma Unglax, las uñas están formadas por aproximadamente 150 capas de queratina superpuestas que, unidas, forman la lámina ungueal. Sin embargo, esta estructura no siempre está “intacta”, sino que debido a causas de distinto tipo, puede alterarse, dando lugar a que las uñas se vuelvan frágiles y/o quebradizas.
Entre las razones que pueden dañar a las uñas o volverlas más vulnerables se encuentran el paso de los años, los cambios bruscos y frecuentes de temperatura, el uso continuado de agua o la utilización de geles hidroalcohólicos. “A esto hay que unir que actualmente es común realizar manicuras con gel, esmalte semipermanente o extensiones de uñas, una tendencia que a veces da lugar a problemas derivados de la forma en la que se aplican y retiran estos esmaltes y también de los componentes utilizados en estos productos. Asimismo, la proliferación de centros de uñas low-cost, que emplean productos de calidad inferior, da lugar a problemas como la sequedad, el astillamiento o la descamación de las uñas, entre otros”.
Desde Unglax se ofrecen una serie de consejos para prevenir estos problemas y fortalecer las uñas frágiles o quebradizas:
-Evitar los factores agravantes. No lavar en exceso las manos y los pies; evitar los traumatismos repetidos (tecleo fuerte en el ordenador, contacto con las zapatillas al correr); y no utilizar agentes tóxicos sin guantes (detergentes, productos de limpieza).
-Limpiar las uñas adecuadamente. Lo mejor es hacerlo con un cepillo suave y jabón neutro (tanto en las manos como en los pies).
-Asegurar la hidratación. Para ello, se aconseja sumergir las manos y/o los pies en agua tibia durante 10-20 minutos y aplicar después una leche o crema hidratante.
-Espaciar las manicuras y pedicuras. Si bien es cierto que la laca protege a las uñas, el uso de determinados quitaesmaltes puede contrarrestar este efecto beneficioso. Por ello, los expertos recomiendan no utilizarlo más de una vez por semana. “Y también hay que recordar que las manicuras agresivas pueden favorecer la fragilidad de las uñas”.
-Utilizar siempre productos de calidad. Antes de realizar una manicura o pedicura, y para mantener la salud de las uñas, hay que comprobar que se van a utilizar productos de calidad contrastada y con resultados probados.
-Seguir una dieta equilibrada. Las uñas son un “reflejo” del estado de salud, así que también se benefician de mantener una dieta saludable y variada, rica en vitaminas y minerales, que son nutrientes necesarios para asegurar que crecen sanas.
¡Cuidado con los esmaltes permanentes!
Las manicuras y pedicuras permanentes -con su amplio abanico de posibilidades y diseños- han “llegado para quedarse”, y ya forman parte de los cuidados cosmético-estéticos habituales. Prueba de ello es la proliferación generalizada de centros especializados en esta técnica y, también, la extensa oferta comercial de versiones de lacas de uñas cada vez más duraderas. Sin embargo, tanto no ponerse en manos de profesionales debidamente cualificados como abusar de estos métodos puede conllevar riesgos, sobre todo en el caso de las uñas de los pies.
De ello se advierte desde el Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana (ICOPCV), cuya responsable, Maite García, explica que “las lacas y geles de uñas cada día son más duraderos y, por lo tanto, más duros. Cuando los aplicamos creamos una capa cerrada sobre la uña sin dejar el curso natural de su crecimiento. Además, con el calor y la humedad se crea una capa húmeda entre laca y uña que provoca la aparición de hongos. A esto hay que añadir que estos productos son químicos que se usan con adhesivos para prolongar su duración, lo que hace que no sean adecuados para unas uñas que ya están alteradas”.
La presidenta del ICOPCV describe las principales consecuencias negativas que los especialistas están viendo en la consulta podológica como consecuencia de estas técnicas, y ofrece algunas recomendaciones para prevenirlas:
- “En primer lugar, si las uñas no están en buen estado o se tiende a padecer problemas que afectan a esta zona, hay que evitar utilizar las lacas más potentes (como los esmaltes permanentes) y cambiarlas cada 15 días como máximo”.
- “En cuanto a las uñas de porcelana o derivados, hay que tener en cuenta que estamos alargando nuestras uñas de forma no real y añadiendo más peso a nuestra lámina ungueal. Evidentemente, esto no es natural y por eso el uso prolongado de esta modalidad puede cuartear la uña e, incluso, estresar la matriz”, añade la experta.
- Otro problema frecuente asociado a este tipo de pedicuras es la eliminación de las cutículas, que es una de las principales causas de las paroniquias que, como explica Maite García, “son infecciones de las partes blandas de los dedos que precisan de un tratamiento con antibiótico e incluso, en algunos casos, de la extracción de la propia uña”.
- “También nos encontramos en consulta con pacientes que vienen con patologías derivadas de un abuso del limado en los talones agrietados, cuando estos deberían haber sido manejados con un tratamiento específico indicado por el podólogo, y también vemos con frecuencia otro tipo de alteraciones de la piel de esta zona que deberían ser tratadas por un profesional de la salud de los pies y no en un centro de estética de uñas”, afirma la presidenta del ICOPCV.
Productos:
1-Anti-Pigment Crema Corporal, de Eucerin. Tratamiento antimanchas formulado con Thiamidol para aplicar en zonas localizadas (como las manos) y reducir de forma significativa las manchas, además de regenerar suavemente la piel.
2-Unglax Booster Regenerador, de Laboratorios Viñas. Serum SOS específico para tratar las uñas dañadas y sensibilizadas como consecuencia de las manicuras agresivas.
3-Body-Nutri Bálsamo SOS Reparador, de Lierac. Producto multiusos con fórmula altamente nutritiva que resulta especialmente eficaz para tratar las cutículas con falta de hidratación.
4-Hydra-Mousse, de Vitry. Espuma hidratante que envuelve los pies y los talones secos con una textura de nube ultra-ligera, que aporta hidratación inmediata sin engrasar.
5-Kit Manicura Perfecta, de Camaleon. Base alisadora (para preparar y proteger la uña antes de aplicar el esmalte) y top coat (para aportar fuerza, brillo y duración a la manicura).
6-Aceite de Árbol de Té Puro Especial Uñas, de Saluvital. Solución natural y ultra-efectiva para suavizar las cutículas y mejorar el estado de las manos (añadir unas gotas a la crema de manos habitual).